Decisión pedagógica en vez de castigo
La repitencia, como estaba concebida hasta antes de la aprobación del nuevo decreto, no era una medida positiva para el desarrollo del estudiante por varios motivos. El alumno debía repetir-además de las asignaturas deficientes- las que ya había aprobado; era separado de sus pares, con las consecuencias socioemocionales que esto conlleva; y se le enseñaba con las mismas metodologías de enseñanza que para él no habían dado resultado. En síntesis, la repitencia en el decreto derogado estaba concebida como un castigo que responsabilizaba al niño del fracaso.
El nuevo decreto (67) pretende corregir la idea de repitencia como castigo y se instala como una medida excepcional, en la que se consideran no solo las notas del estudiante, sino todo el contexto familiar y escolar que lo llevó a una situación de repitencia. De este modo la repitencia se transforma de una decisión punitiva a una decisión pedagógica, que considera además el acompañamiento del estudiante en este proceso.Este último punto es el más importante, para que la repitencia promueva el desarrollo del niño, los profesores deben contar con las condiciones necesarias para poder dar acompañamiento a los estudiantes que lo necesiten.
Marianela Navarro
Un agresor nunca será un buen padre
Esta semana se dieron a conocer el caso de una niña de 4 años que se encuentra en riesgo vital después de haber sufrido agresiones por parte de su padre en la comuna de Colina y el caso del niño de 11 años asesinado por su padre en Tinguiririca. Progenitores que también habían agredido a las mujeres madres. Uno será formalizado por femicidio y parricidio frustrado y el otro por parricidio consumado.
Las mujeres madres víctimas de violencia en contexto de pareja cuando logran separarse de sus agresores y salir del circuito de violencia, buscan también proteger a sus hijos del agresor, muchas veces negándoles las visitas por miedo a que los dañe. El agresor tiene muy claro que el único vínculo que le queda con su víctima son los hijos en común, por tanto, la forma de seguir ejerciendo violencia y control sobre ellas es mediante la instrumentalización y daño que puedan infringir a las y los hijos.
Es en estos momentos en los que se nos vienen a la mente la interminable lista de juicios en los que las mujeres reclaman que quieren alejar a los agresores de sus hijos, y no lo logran, porque los tribunales de familia subestiman y normalizan la violencia de género, culpando a las madres por negar las visitas sin considerar los antecedentes de violencia (todo lo contrario a lo que prescribe el artículo 31 del Convenio de Estambul sobre prevención y lucha contra la violencia contra la mujer y la violencia doméstica). De esta manera -y contra la voluntad y esfuerzo que ha hecho la mujer para proteger a los niños- las presionan a conciliar regímenes de relación directa y regular entregando a manos de sus agresores, abusadores sexuales o asesinos (todos progenitores) a los hijos e hijas en común, debido a que los tribunales disocian al agresor del padre siendo que es una misma persona que ejerce la relación de poder. Un agresor de mujeres jamás va a ser un buen padre si atenta contra la integridad y vida de la cuidadora principal de sus hijos, de los cuales, además no cuida cotidianamente, porque delega sus cuidados en la mujer que violenta.
Eso es violencia institucional de género, que afecta el igualitario acceso a la justicia de las mujeres. Una práctica judicial de desidia en la protección de sus derechos y con ello exponiendo a sus hijos e hijas a los cuales ha buscado proteger del agresor progenitor. Así, el mismo estado de derecho en Chile cultiva una sociedad en que la violencia de género hacia mujeres y niñ@s se facilita en impunidad llenando los titulares diarios.
Daniela López Leiva, AML Defensa de Mujeres
¿Y podrá el coronavirus?
¿Podrá también el coronavirus detener la violencia callejera desatada a lo largo de todo Chile de una vez, en todas sus mutantes versiones, al igual como ha cambiado todas las agendas mundiales, ha cerrado fronteras, ha hecho detener eventos deportivos, musicales y de otras materias, ni hablar de su repercusión en la economía mundial, etcétera, considerando que claramente y los hechos así lo demuestran, los tres poderes del Estado de Chile y todos sus aparatajes asociados, sustentados en las cientos de leyes con que cuentan y que a la vez los obligan a actuar en consecuencia, para hacer respetar el estado de derecho en plenitud , no lo han podido lograr?
Muchos en Chile, no deben estar haciendo bien su pega, las que las leyes vigentes les mandatan a realizar, en virtud a las funciones de los importantes cargos que detentan, para que los chilenos lleguen a pensar, como un último recurso que...
No hay mal (llegada del coronavirus) que por bien (término de la violencia) no venga.
Luis Enrique Soler Milla