El femicidio frustrado de la localidad de Los Loros que dejó a una mujer grave en la UCI del Hospital Regional, fue la cruda antesala de la marcha del 8M, que reunió a miles a lo largo de la región.
Había ido al velorio de su hijo y a las horas, recibió una golpiza que la dejó con fracturas y pérdida de dientes, entre otras lesiones, siendo ayudada cuando salió a la calle para ser derivada en el recinto asistencial.
Su caso vuelve a mostrar que la Violencia Intrafamiliar (VIF) es uno de los males más terribles que viven las mujeres, sin que se logre detener pese a los paquetes de medidas elaborados en el último tiempo, lo que muestra la profundidad de las raíces.
Como se ha escuchado en los últimos días a propósito del 8M, para una mujer es mucho más fácil sufrir una agresión de la pareja e incluso morir por el ataque, a sufrir por un virus o enfermedad como de los que se habla tanto actualmente.
El apoyo fuera del entorno, en este caso del sistema judicial, sigue siendo ineficaz con sujetos que se acercan a las mujeres a pesar de medidas cautelares. Por ello, ayer el Presidente Sebastián Piñera anunció un proyecto que permitirá un monitoreo telemático, para impedir o dificultar que el hombre se acerque a la víctima, resolviendo en parte la nula eficacia de la medida cautelar que se les decreta en la Justicia, pero que es incumplida constantemente. Esto debería reducir este tipo de hechos, pero hay mucho más que abarcar.
La dependencia económica y emocional con el conviviente, el eventual rechazo familiar que puede provocar el denunciar al agresor y el actuar impune y constante del agresor, terminan normalizando los ataques que jamás son puestos a disposición de la Justicia. Un estudio de la Fundación Vivienda y Geógrafas Chile, agrega que mujeres en sectores con déficit habitacional están más expuestas a VIF, lo que se condice con los factores mencionados.
El círculo vicioso es terrible y los esfuerzos de instituciones puede que termine siendo inútil, lo que muestra que debe haber medidas más integrales, como insertar a las mujeres en el mundo laboral y hacer entender a los entornos que no es normal que una mujer sea golpeada. Sacarlas de ahí es difícil, pero el esfuerzo debe ser sobrehumano porque hay miles que viven un calvario diario.
