Llama la atención la diferencia en las regulaciones propias del trabajo de la educación con niños en el país. Mientras que al interior de los colegios, liceos y escuelas, las normativas y reglas buscan ser más marcadas, en el caso del transporte escolar en Atacama y en el país, pareciera que funciona de manera más desordenada y desprolija con "vacíos" legales y normativos.
Los llamados "furgones piratas" fueron nuevamente denunciados por los transportistas regulados. La práctica es común, pero no parece desaparecer a pesar de los llamados a fiscalizar y a que la ciudadanía estampe sus reclamos.
Este tipo de transporte puede circular sin las regulaciones pertinentes, que no son pocas, es decir sin inscripción en Registro Nacional de Transporte Escolar, ni luz de seguridad estroboscópica, ni tarjeta, ni asistente en caso que se necesite, entre otras características. Esto en una ciudad como Copiapó donde no hay una intensa fiscalización en general a los vehículos en tránsito, aumenta la competencia desfavorable y los riesgos.
La falta de regulación se extiende a las condiciones de del servicio. La suspensión de clases desde finales de octubre del año pasado provocaron el quiebre entre parte de transportistas y padres y apoderados, producto del no pago de uno o más meses, por lo que contratos o acuerdos que son "anuales", lo que hace necesaria una demarcación clara de estos.
La Federación del Norte de Furgones Escolares reclamó a "papás que no cancelan el compromiso", lo que puede ser válido desde su perspectiva, pero que choca con otro punto de vista: si realmente se debe desembolsar dinero por un servicio no prestado.
¿Qué derecho o responsabilidad prima en este caso? La posición de los transportistas puede ser entendible, pero también hay que entender que hay regulaciones por el no uso de productos y servicios, aunque en este caso no hay precisión de cómo operaría la normativa.
Por otra parte al ser un emprendimiento propio, la carga laboral puede terminar dependiendo del conductor, quien podría hacer turnos extensos al abarcar más recintos, lo que puede alterar descansos, traslados más apurados y por ende, puede generar condiciones que no son las más óptimas, generando episodios no deseados en las calles.