Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Opinión
  • Actualidad general
  • Deportes
  • Clasificados
  • Espectáculos

Enfermedades raras y financiamiento del sistema de salud

Patricio Urquieta , Intendente de Atacama, Pamela Schellman Jaramillo, Médico Pediatra
E-mail Compartir

Las declaraciones del presidente Piñera respecto de los fallos judiciales en torno al financiamiento de tratamientos de alto costo para enfermedades raras, son una oportunidad para reflexionar sobre la organización de salud en Chile.

La condición de salud depende fundamentalmente de:

Genética: fuera del alcance de cada individuo. La ciencia ha avanzado logrando fabricar tratamientos, que son de alto costo.

Determinantes sociales: lo que incide desde afuera, dependiente de políticas públicas. Pobreza, hacinamiento, contaminación medioambiental, educación deficiente, falta de espacios y tiempo para descanso, etc.

Enfermedades infecciosas: cambiantes, pero siempre presentes.

Ante el antagonismo planteado por el presidente Piñera entre el financiamiento del sector público de salud (que atiende al 80% de la población de Chile, con una gran carga de enfermedad vinculada a determinantes sociales) y el de las "enfermedades raras" (por su escasa frecuencia en la población, en general genéticas, no elegidas ni modificables por las personas que las sufren) y asumiendo que los recursos son finitos y deben ser priorizados, la cuestión es cuáles serían los criterios éticamente aceptables rectores de las políticas públicas de salud y de qué manera cada persona aporta al todo.

Si las políticas públicas intersectoriales (educación, vivienda, trabajo, etc) no se orientan a la protección y promoción de la salud, el gasto en el tratamiento y la rehabilitación de enfermedades asociadas a determinantes sociales, nunca podrá reorientarse hacia otras necesidades.

Si cada uno de nosotros, no se hace cargo de aquellos factores que podemos modificar con decisiones personales como alimentación saludable; ejercicio; disminución de consumo de tabaco, alcohol y drogas; adhesión a campañas de vacunación y controles de salud preventivos; uso de condón; uso de cinturón de seguridad y otros , ponemos en mayor riesgo nuestra salud, aumentamos el gasto en resolución de patologías potencialmente prevenibles y hacemos más difícil la reorientación de recursos hacia enfermedades que no son modificables por quien las sufre.

En relación con el financiamiento de la atención de salud, un criterio ineludible debiera ser que el acceso a determinadas técnicas diagnósticas o terapéuticas, sea el mismo para todos los ciudadanos del país.

Se debiera analizar la repercusión que podría tener la reorientación de las utilidades del sistema privado de salud, hacia las necesidades no cubiertas, concretando la atención de salud como un derecho de todos en forma equitativa.

El problema no está en los jueces, que dirimen enmarcados en leyes que debemos actualizar según las definiciones del ideal de sociedad que definamos entre todos.

Dado que cada vez habrá más tratamientos específicos de alto costo, es imprescindible que se establezcan protocolos basados en evidencia, contextualizados en nuestra realidad social y sostenidos sobre criterios de equidad y universalidad.


¿Qué viene en marzo?

Antes nos preguntaremos, qué queremos que ocurra en marzo. Nuestro Gobierno está trabajando en tres temas fundamentales. Primero, queremos que los chilenos vivan en paz; segundo, queremos que se reduzca el costo de la vida y aumenten sus ingresos, y tercero, queremos promover una sociedad más justa y con mayor igualdad de oportunidades.

Y porque queremos que los chilenos vivan en paz, nuestro Gobierno ha hecho un categórico llamado a todos los sectores políticos a condenar sin ambigüedades la violencia que Chile ha sufrido. El Presidente Piñera logró una ley que sanciona con mayor rigor los saqueos y las barricadas, y sigue impulsando una agenda de modernización de nuestras policías para que puedan cumplir mejor con su labor de resguardar el orden público y la seguridad ciudadana.

Porque queremos que se reduzca el costo de la vida y aumenten los ingresos, el Presidente Piñera impulsó una potente agenda social.

Entre las medidas más destacadas se encuentra: a) El aumento de las pensiones: en diciembre se comenzó a pagar el aumento del Pilar Solidario, que alcanza los $55.100 adicionales a la pensión. b) El Ingreso Mínimo Garantizado: un subsidio directo al bolsillo de quienes tienen un sueldo en torno al salario mínimo. Con esta medida, quienes reciben hoy el salario mínimo se les garantiza recibir $300.000 pesos líquidos. c) La reducción del costo de los medicamentos: el convenio de FONASA con farmacias para acceder a descuentos y la intermediación de CENABAST para la compra de medicamentos, permitirán reducir el gasto de los chilenos en remedios. d) La reducción en las contribuciones de los adultos mayores: el aprobado proyecto de Modernización Tributaria elimina el pago de contribuciones para los adultos mayores del primer tramo del Impuesto Global Complementario, y reduce a la mitad las de aquellos que se encuentran en el segundo tramo. e) La condonación de los intereses del CAE (inicia en marzo), que además permite que quienes retomen el pago de su crédito puedan acceder a los beneficios de pago del Crédito con Garantía Estatal, bajando la tasa de interés real a 2%.

Lo que viene en marzo es seguir trabajando incansablemente, como esperan todos los chilenos, para lograr los avances que se necesitan, con sentido de urgencia y un compromiso país que exija a todos los actores involucrados el empuje de estas iniciativas, para que las personas puedan seguir recibiendo los beneficios ya en implementación y también los otros beneficios que necesitan de la aprobación del Congreso.