Declaración
Las mujeres de Atacama una vez más hemos decidido, en forma amplia, participativa y democrática, organizarnos para reivindicar nuestras demandas, que han sido sistemáticamente ignoradas. El sistema las ha invisibilizado y se ha mantenido en silencio ante nuestro reconocimiento social.
Somos una articulación de mujeres autoconvocadas y de distintas colectividades representativas del género en Copiapó, que nos rebelamos contra el sistema patriarcal que por siglos nos ha subordinado, omitido y nos ha reducido a labores estereotipadas alimentadas y eternizadas por la alianza criminal capital-patriarcado.
La necesidad de unirnos hoy se sustenta en nuestra fuerza y la necesidad de justicia por todas las calladas, las que no están -ya sea por estar presas o desaparecidas- por las nuevas generaciones de niñas, por las que trabajamos para entregarles las herramientas para empoderarse y lograr una sociedad feminista que enfrente a este sistema de mercado que beneficia al patriarcado.
Nuestra Asamblea alza una bandera de lucha clara y apartidista que tiene como propósito reivindicar la memoria feminista y la defensa de los DDHH, la autonomía y soberanía sobre nuestras cuerpas; romper con la moral heteronormativa; condenar la precarización en los trabajos, las paupérrimas condiciones laborales y, por sobre todo, la histórica violencia patriarcal desde la perspectiva económica, educativa sexista, física, sexual, entre muchas otras.
Esta instancia tiene plena conciencia de la realidad nacional, desde el territorio comunal que la alberga. Las negligencias del sistema judicial en los casos de las compañeras asesinadas por la violencia machista es una situación que se repite y no podemos dejar pasar, al igual que el sistemático castigo estatal que sufrimos las mujeres a diario.
Por todas las injusticias sufridas a lo largo de décadas que deriva en un descontento femenino cotidiano, hacemos un llamado a todas las mujeres pobladoras, obreras, jefas de hogar, estudiantes, inmigrantes, profesionales, disidentes, a todas las rebeldes que no están dispuestas a perpetuar el sistema que nos pisotea, las motivamos a paralizar sus funciones y a manifestarse con fuerza, unidad y organización, contra el único enemigo que siempre ha existido entre nosotras: el patriarcado, sistema que ha trabajado mediante la religión y la iglesia, el Estado y el capital. Actores encargados de cegar a la sociedad en su conjunto, especialmente a nosotras a través de la culpa y la sumisión.
Desde nuestros diferentes frentes, colectividades, organizaciones e incluso realidades, tenemos una historia en común que contar y un futuro que defender. ¡Ahora con más potencia que nunca!
Ahora que estamos juntas, ahora que sí nos ven, abajo el patriarcado, se va a caer, se va a caer.
Asamblea de Mujeres y Disidencias de Copiapó
Sobre nuestra historia constitucional
Señor director: Las constituciones en Chile, desde siempre han estado, lamentablemente, en manos de nuestra poderosa oligarquía. Las cartas magnas, más influyentes son las de: 1833, autoritaria, centralista, clasista, segregacionista, machista, llamada portaliana. La de 1925, denominada democrática presidencial, y finalmente la del 80, hecha en el marco de la dictadura cívico - militar, por un grupo reducido de personajes ultraconservadores, que fue una herramienta para la represión, tortura y cuando no muerte. Hoy se ha convertido en un obstáculo; primero, para el crecimiento económico, segundo, para un desarrollo equilibrado y con respeto al medio ambiente y tercero; qué duda cabe, esta constitución es un escollo para mejorar la participación y la democracia en Chile.
Un profesor de Música, me explicaba, por qué debíamos aprobar una nueva constitución, esencialmente decía que aprobar, era vivir en una país con justicia, decencia social, y con derechos que permitan progresar económicamente. Por lo anterior, surge la necesidad de promover que los y las ciudadanas, nos volvamos en expertos en política y constitucionalismo. Favorablemente hemos constatado que importantes académicos, como el Profesor Francisco Berrios Drolett, en este último tiempo, ha podido explicar a la ciudadanía de Copiapó, sobre la historia constitucional chilena, lo que ha sido un proceso de formación en civilidad, estos actos de tipo republicanos, sin duda se agradecen.
En el momento actual, y pensándolo con cordura y sosiego, pero, teniendo a la mano los análisis documentado que nos entrega la historia, concluimos que para tener un país más democrático, justo y desarrollado, aprobar una nueva constitución, es una gran solución. Claro esta, donde todas y todos seamos sus forjadores mediante una asamblea constituyente, sería lo mejor . Finalmente decir con sensatez, que en una nueva carta magna, está la normalización y mejora de nuestra accidentada historia constitucional.
Guillermo Cortés, doctor en Historia