Ego te absolvo
"Son chiquillos que no tienen nada que perder, porque no tienen nada"
Esta verdadera "absolución" que el cura Felipe Berríos les brinda a los que él llama "chiquillos", que destruyen todo lo que se les atraviese en su camino, saqueando, sembrando el temor y que a la luz de los hechos, todo indica que no están "ni ahí" con los acuerdos que se han logrado en estos últimos dos meses, entre los chilenos, tal vez, muchos más que los logrados en los últimos 40 años, tal vez si la hubiese dicho hace unos buenos años atrás, cuando la Iglesia Católica tenía "voz y voto" en la Historia de Chile, cuando tenía la altura para ser considerada y llamada a ser un mediador de fuste entre posiciones tan extremas, pero hoy con una imagen tan desmedrada ante la ciudadanía y en especial ante sus propios fieles, por los masivos y sistemáticos abusos sexuales acometidos por curas en contra de niños y personas vulnerables a lo largo de mucho tiempo y que permanecían ocultos y muy bien guardados por la superioridad de la misma Iglesia Católica.
Por lo que sus palabras, en el contexto de la imagen que hoy tiene la ciudadanía de la propia Iglesia Católica, con casos como los del Cura Karadima y sus secuaces, las andanzas del ex Cura Poblete, que pasó de ser el paladín del Padre Hurtado en la ayuda a los desamparados a un "depredador sexual desatado", etcétera, son entendidas como un "pase liberado", "un todo vale", que dada la situación del país en el día de hoy, que dados todos los esfuerzos que hacemos casi todos los chilenos por salir adelante, con los mismos ó más problemas que los que menciona el señor Felipe Berríos en sus palabras, simplemente resultan ser las menos esperadas de su parte, simplemente una "absolución" que en nada aporta a cambiarles la vida a los chilenos en general y muchísimo menos ayuda a sus propios "chiquillos"...
Nota: "Ego te absolvo" significa absuelvo en latín
Luis Enrique Soler Milla
El día de la escritura chilena
El 23 de enero de 2015 el cronista Pedro Lemebel partía, el cáncer a la laringe fue más fuerte que su cuerpo, pero por ningún motivo más eterno que su prosa poética aguda y afilada como sable, una narrativa que durante dos décadas hizo equilibrismo desde los bordes de la marginalidad.
Tres años más tarde, el calendario nuevamente detenido en el 23 del primer mes, en esta ocasión se nos iba del mapa el antipoeta, el Nicanor Parra de San Fabián de Alico, el escritor que revolucionó las formas de la poesía nacional, el hombre que puso al ingenio como la primera piedra de las nuevas sinapsis del lenguaje.
Y ahora recién, con el calendario tibio y en el mismo día que los otros dos, se va de este lado de la muerte el poeta Armando Uribe, un intelectual de raza, un indignado permanente de un mundo que siempre le pareció incomprensible.
No serán pocos los que se morderán las uñas pensando en los próximos 23 de enero, como el día en que la muerte se acuerda de venir a buscar a los grandes de la literatura chilena que nos van quedando.
En un país donde damos tribuna al 'día de lo uno' o al 'día de lo otro', creo que tenemos la obligación ética de entregar al menos un día al año la oportunidad para conmemorar con rabia, ternura, dolor y orgullo el 'Día de la Escritura Chilena', y qué más simbólico que un 23 de enero, el día en que los que escriben se retiran de nuestra geografía, pero nunca de nuestra historia.
Franco Muzzio, Extensión Cultural, U. Central
Visitadores médicos
Mientras continúa el debate por el acceso a medicamentos, y se sigue discutiendo la Ley de Fármacos II, me parece relevante no dejar de lado la labor de los visitadores médicos, quienes no han recibido un buen trato en el último tiempo, y han sido caricaturizados por los medios, juzgándolos sin fundamentos válidos y exponiéndolos de manera indirecta e injusta a una calificación inapropiada.
Desde siempre, las Sociedades Científicas y Médicas han valorado el rol de la visita médica como una fuente de información válida y seria; a través de ella, las y los médicos no solo se dan por enterados sobre los avances en investigación y desarrollo de nuevas moléculas, además de tomar decisiones acerca de la mejor forma de abordar patologías complejas agudas o crónicas, de acuerdo con cada caso y paciente que se les presenta.
La visita médica, además, contribuye al desarrollo e incremento del conocimiento del cuerpo médico sobre el mundo farmacéutico. Hasta hoy las carreras de Medicina no incluyen como prioridad el ramo de Farmacología; baste para ello, mirar la malla de las dos escuelas más reconocidas que imparten la carrera, mientras en la Universidad de Chile se realizan dos semestres de Farmacología en la Universidad Católica hay solo uno.
Marcelo Flores