El grito de estudiantes de Copiapó y regiones
Señor director:
El país ha colapsado y se derrumba ante el asombro de todos, de quienes previnieron esta situación y de quienes aún no lo comprenden, ya sabíamos que lo estudiantes de los colegios más caros sobre el millón mensual y mucho más, además de considerar los viajes al extranjero y las posibilidades que le brindan esos recursos, -tienen asegurado su futuro-, no solo porque con apoyos en capacitaciones con los mejores profesores pueden ingresar a buenas carreras y lo más sorprendente, pagando menos de la mitad de lo que pagaban en sus colegios, por ejemplo medicina que cuesta poco más de 400 mil mensuales. Es ese Chile que emerge e intenta mediante a golpes de preuniversitarios, intentar que alguno de los alumnos se "adiestren para superar la PSU", remendando con ello el déficit y la segregación que representa la educación, la salud, el deporte, el arte, las comunicaciones y todas aquellas actividades que requiere la población, especialmente en regiones y los más rezagados, los habitantes de las zonas rurales. Porque aunque se cumpliera con medir lo que el currículo exige, de todos modos se repite la inequidad, porque el sistema es desigual, ahí pesa el nivel socioeconómico y el capital cultural.
Por cierto que es necesario modificar los instrumentos, pero debemos emparejar la cancha, de lo contrario se seguirá reproduciendo la desigualdad. En el pasado los estudiantes atacameños tuvimos maestros preparados en las escuelas normales, que regaron de cariño y conocimientos a sus alumnos, poesía, música, ciencias. Hoy el desafío es diferente y no existen ni las competencias ni el cariños hacia estas generaciones, esta sociedad requiere de nuevos conocimientos y los maestros no están lo suficientemente preparados y además no existen los estímulos para ello, se cae en el desánimo y esto se replica hacia los estudiantes, por ello el grito es más doloroso viniendo de Atacama y más que culpar a los estudiantes, las autoridades deben entender cual es el verdadero mensaje de este desgarrador grito.
Fernando Orellana
PSU
"No me gusta la PSU, entonces te amenazo si se te ocurre ir a rendirla"= "No me gusta la Constitución, si no la cambias te agrederé , saquearé el país y lo incendiaré hasta que ella sea cómo quiero que sea"= "No importa ganar o perder en las elecciones democráticamente realizadas, siempre la violencia callejera puede lograr lo que con votos no podemos obtener"...
Felipe Munizaga
PSU II
Mucho se ha hablado de la salud mental de nuestros jóvenes, la PSU sin lugar a dudas juega un rol importante en el estado anímico. Con la postergación de la PSU 2019, sumado a la gran cantidad de jóvenes que no pudieron rendirla por los más de 60 establecimientos que presentaron inconvenientes hace aumentar la ansiedad.
Cada año vemos como un porcentaje importante de jóvenes que no alcanza el puntaje deseado para poder ingresar a la carrera que anhelan o más lamentable aun incluso quienes no logran el puntaje mínimo para poder postular a cualquier carrera, lo que les genera dudas en su futuro y desmotivación. Además, deben esperar un año para poder nuevamente dar la PSU, así que algunos deciden ingresar al medio laboral o simplemente estudiar en una carrera no deseada para no ser parte de los NiNi. En este lapso de tiempo, la incertidumbre se apodera de sus vidas, podrían incluso no ingresar a la educación superior; quién sabe si estamos perdieron grandes profesionales, académicos o científicos.
Que la PSU se pueda rendir dos veces en el año sólo para quienes la van a rendir nuevamente. De esta forma, habrá una segunda oportunidad que no condena a los postulantes a esperar un año, incluso no solo podrían ser 6 meses para repasar los contenidos, sino que además podría ser una oportunidad de búsqueda de justicia educacional donde podríamos buscar herramientas y metodologías para preparar a estos jóvenes en un ambiente dedicado, para que la PSU deje de ser una brecha socio-educacional.
Stephen S. Cortés y Carolina Zanzana A.
Flor de real alarde
El rey alardea con su arribo en helicóptero al estadio. El estrafalario diputado, con una frugal colación en el hemiciclo, actos en nada habituales. No obstante el actual estallido social del pueblo, que clama por dignidad, equidad y justicia, no faltan quienes los aplauden.
La "abuela" guarda su numerito para más adelante, porque atrás no se queda.
Jorge Saavedra Moena