Un nuevo Codelco
Los cambios que hemos visto en Codelco en los últimos meses dan cuenta de una acertada aplicación de su ley de Gobiernos Corporativos, la cual acaba de cumplir 10 años desde su promulgación. La renovación de sus principales autoridades ejecutivas en el estricto marco de la ley, incluyendo a su presidente, y de su dirigencia sindical, que aceptando las legítimas diferencias, se produce en un ambiente de respeto, tolerancia y altura de miras velando por del futuro de la Corporación, representan un buen augurio para lo que podemos esperar en el futuro.
Los desafíos de Codelco no son menores y por todos conocidos. Una inversión presupuestada de US$ 40.000 millones para la próxima década resulta desafiante e inédita en la Corporación. La concreción y puesta en operación de los proyectos estructurales, que garantizan la producción a precios competitivos, resulta fundamental para la supervivencia de la empresa en el largo plazo. Proyectos que han sufrido interminables postergaciones y demoras, producto de la falta de financiamiento, constituyen hoy el eje de su desarrollo. La optimización de la productividad también representa una tarea pendiente en el cual se debe avanzar. Cumplir con los niveles de emisión establecidos en la ley para las fundiciones y continuar el trabajo de optimización en el uso de agua dulce en la producción, en un momento en que el país y el planeta sufren por el cambio climático y una sequía de grandes proporciones, representan un imperativo, no solo técnico, sino también ético.
La nueva presidencia ejecutiva en conjunto con los trabajadores, ahora representados en una recién asumida dirigencia sindical en la Federación de Trabajadores del Cobre, FTC, tienen la responsabilidad de superar estos desafíos y llevar a la empresa al nivel de liderazgo mundial que nunca debió perder. La función principal de Codelco, y en esto no debemos tener dudas, es la de producir cobre, de la más alta calidad, optimizar su productividad y operar con los más altos estándares de seguridad y a los menores costos, de modo de generar el máximo de excedentes que le permitan sustentar su plan de inversiones, y lo más importante, financiar las políticas sociales del país. Codelco, como empresa pública, solo tiene sentido si es capaz de generar aportes al Estado de Chile, que permitan abordar las crecientes necesidades de la población. Si estos objetivos no se cumplen la existencia de la empresa, en las actuales condiciones que le conocemos hoy, estaría en tela de juicio.
Debemos ser optimistas, Codelco cuenta con una ley de Gobierno Corporativo que comienza a dar sus frutos. Las proyecciones del precio del metal rojo indican una cierta estabilidad a futuro con un valor razonable en torno a los US$ 2,9 la libra, el equipo directivo de la empresa está compuesto por profesionales de comprobada capacidad técnica y dilatada trayectoria en la empresa, la nueva dirigencia sindical ha manifestado su disponibilidad y compromiso para avanzar en los temas estratégicos que hoy, más que nunca, se requiere abordar con prontitud y eficiencia. Esperemos que los resultados estén a la altura de las expectativas que todos los chilenos tenemos de Codelco.
Santiago González, rector U. Central y ex ministro de Minería
Catorce puntos menos
La confianza empresarial de 2019 cayó a su nivel más bajo en los 16 años desde que existe este indicador (IMCE). Triste resultado, pero no sorpresivo, dada la incertidumbre en que está el país. Lo más duro para nosotros fue que en diciembre, el descenso sectorial más fuerte en este indicador fue el de la minería, con casi catorce puntos de diferencia respecto de noviembre. Y no es la única cifra que nos incomoda. El último Imacec tampoco le fue favorable a la industria, registrando una caída de 5,1%, lo que contrasta duramente con el resultado del mes anterior, cuando fue uno de los pocos sectores que se mantuvo positivo (2,0%).La minería es clave en el país, más con una agenda social que viene cargada de compromisos fuertes y de largo plazo. Nos pega la pérdida de confianza. En la encuesta anual de Fraser Institute de 2019, Chile se ubicó primero entre los países más atractivos de América Latina para invertir en minería y sexto a nivel mundial. Uno de los principales factores que lo posicionaron en ese nivel fue la estabilidad política y social. La misma que hoy extrañamos.Sin confianza no hay inversión, sin inversión no hay desarrollo. Por esto, ahora más que nunca debemos creer y confiar en nuestras capacidades de reconstruir confianzas dentro de la industria, y su relación con el entorno que la rodea. La minería no es solo una inversión rentable que aporta de manera significativa al desarrollo económico; es un actor relevante para resolver los problemas del entorno social y debe asumir su liderazgo como parte de la construcción de confianza social e inversión que el país necesita para seguir creciendo.
Juan Cariamc, socio Vantaz Group