Significado de la Navidad
Señor director: El significado de la Navidad, tanto para el creyente como para el que no lo es, tiene un mensaje del valor universal del amor y de la paz, que nos interpela especialmente en estos tiempos de turbulencia social. Ojalá que en esta Navidad nos reconciliemos, aunque sea en el interior del corazón, con todos aquellos con los que nos sentimos separados por su manera de pensar o actuar.
Asimismo, que el mensaje navideño no se desvirtúe en pérdida de tiempo de gasto compulsivo y frenesí de compras, sino que nos mueva a la generosidad con los que tienen menos bienes materiales y con los que sufren carencias de todo tipo: soledad, enfermedad y desesperanza. No se trata solo de dar cosas materiales, sino también de acompañar, comprender, consolar, perdonar y escuchar.
Jimena Valenzuela del Valle, directora del Instituto de Ciencias de la Familia (ICF) Universidad de los Andes
Descripción de una realidad
Con angustia veo como continúan los ataques a carabineros, a las instalaciones públicas y privadas y al normal funcionamiento y circulación ciudadana, sin que se tomen medidas que desincentiven a los agresores. Es así como estos últimos se adueñan de las circunstancias y sienten la confianza de que son ellos quienes determinan hasta donde llegar y por cuanto tiempo.
Miguel Paúl Latorre, ingeniero civil industrial
¿Y dónde está Dios?
En el génesis 6, se lee "Al ver Dios que crecía la maldad….dijo borraré de la tierra al hombre que he creado". Pero, Noé, recto y honrado, alcanzó el favor del Señor, a quien le manifestó: "Entra al arca con toda tu familia, porque tú eres el único hombre honrado que he encontrado en tu generación". Permitió que la hija del faraón salvara de las aguas al niño hebreo, a quien adoptó y llamó Moisés; y éste, estando exiliado en Madián, quiso eludir la misión de salvar a su pueblo de Egipto, argumentando a Dios "Soy torpe de boca y lengua". Otros profetas, quisieron correrse respondiendo a Dios: "Soy un hombre de labios impuros" (Isaías); "Soy un muchacho" (Jeremías) y "Soy un pastor con mi rebaño" (Amos). Luego que, "Juan el Bautista", bautizara a Jesús, se oyó una voz del cielo que decía "Tú es mi hijo querido" y, este hijo predilecto expresó "Ay de ustedes, letrados y fariseos hipócritas, que comentan "Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros antepasados, no habríamos participado en el asesinato de los profetas". En estas semanas de crisis, muchos habrán preguntado ¿y dónde está Dios?. Dios está en su hijo Jesús, al lado del que sufre en esta sociedad de mercado, por los actos de corrupción, codicia, ambición, abusos, salud, desigualdades, bajas pensiones, demandas no resueltas, saqueos, incendios, aumento de víctimas y cesantía.
Derico Cofré Catril
Retórica del ego
Los hechos socio-políticos ocurridos en estas semanas nos hacen, sin duda, reflexionar un poco en torno a la filosofía griega. Aristóteles (384 A.C.-322 AC) explicó la retórica como las reglas o principios del buen hablar y escribir para deleitar, conmover, convencer y persuadir. Proviene del vocablo griego "retoriké" = estilo y efecto. Así, es el arte de la expresión efectiva cuando hablamos o escribimos. Por otro lado, "ego" significa simplemente "yo", componente inconsciente de la personalidad que a menudo controla la conducta verbal de un hablante y hace posible el contacto con la realidad. Es nuestro "sí mismo" el que se expresa como agregado o defecto psicológico opacando al Ser, nuestra propia esencia, la misma que nos acompaña en el aprendizaje de la vida. Es la individualidad manifestada con sus propios proyectos o ideas que se traduce - sostiene C. Naranjo- como la suma de factores de protestas o discordias (catexis negativa), energías psíquicas que se niegan a los "acuerdos". Es esta retórica la que hemos escuchado y visto últimamente por la situación que atraviesa nuestro país. Parece que el Ser Humano hoy se parece más a un "bípedo tricerebrado" (camina, siente, cree) con limitadas capacidades de espiritualidad, sinceridad, transparencia y compasión. Adora, por así decirlo, al "becerro" de un agnosticismo recalcitrante.
Una de las formas en las que podemos hoy percibir este tipo de estilo expresivo son las declaraciones de personeros con responsabilidades políticas y administrativas. Recuerde Ud. algunas como "si el precio de la leche es bajo, cómanse las vacas", "hacer vida social en las filas de un consultorio", "la educación es un bien de consumo", "levantarse temprano para pagar menos en el transporte público": un discurso patético y sin humanidad.
Omer Silva, profesor y lingüista