El chantaje del poder
El Banco Central, brazo cautelador de los movimientos de las arcas nacionales, ha señalado que Chile retrocederá 27 años en su sistema económico debido a los efectos de los movimientos sociales que desde el 18 de octubre remecieron la conciencia de los poderes Ejecutivo y Legislativo, deslizando las cortinas de un país real con lacras sociales que quedaron en evidencia en el escenario donde los actores principales son los pobres con sueldos esmirriados y pensiones ínfimas que condenan al sufrimientos a miles de chilenos.
Da la impresión que desde antes del Día D vivíamos en una nación ideal donde todos éramos felices en un sistema de libre mercado de oportunidades a la mano y había que solamente tomarlas, como lo señala el más pinochetista que Pinochet, Hermógenes Pérez de Arce, tan circunspecto como siempre.
Los poderes fácticos de Chile están planteando que el descalabro económico nacional se ha presentado por el nivel de protesta de los chilenos, "dirigidos por las siniestras mentes del marxismo internacional que desea destruir a uno de los mejores países de América Latina".
El comentarista Sergio Melnick, integrante del gobierno de Pinochet, está alucinado con un nuevo Plan Zeta, según lo que señaló hace poco en Radio Agricultura, "La Voz de los Gremios", de donde emergió Gabriel Hernández, Gabito, el locutor y relator del golpe cívico militar de 1973. Habla de un plan siniestro para desestabilizar el gobierno de Piñera como si ese millón 200 mil personas en Santiago el 25 de octubre respondiera a órdenes marxistas. No es tan poderosa esa ideología.
Cifras oficiales mencionan los 1. 780 millones de dólares en destrozos y saqueos desde el 18 de octubre. El analista Javier Ruiz Tagle ha informado que la dictadura cívico militar entregó empresas estatales entre 1988 y febrero de 1990 a empresarios de la derecha chilena por un valor de 23 mil millones de dólares. Nadie ha mencionado el término saqueo. Nadie. Ni los gobierno de la Concertación que siguieron gobernando. ¿Fueron parte de los acuerdos a espaldas del Pueblo?
Es un evidente chantaje del poder que impera en Chile y que está apuntando con su dedo sucio al corazón y ojos del Pueblo. El 95 % de los 3. 400 heridos pertenece al Pueblo que protesta, al Pueblo que no saquea.
Osman Cortés Argandoña
La Primavera que no fue
Si alguien ve con esperanza el futuro que se avecina después del 18 de octubre, que por favor me dé razones para sentir que en verdad es una primavera, porque desde lo más profundo siento que es un invierno lo que vendrá.
Esto, no solamente por el alza de dólar y la inevitable cesantía producto de un comercio destrozado y quebrado, sino por la pérdida de soberanía real. La violencia y la falta de conducion real del mundo político a combatirla, solo nos ha hecho entregar terreno a los narcos que hoy reinan en La Granja, La Pintana y Santiago centro, entre otros muchos lados.
Todo lo anterior, amparado en un increíble proceso de amarrar las facultades de las policías para asegurar el estado de derecho, en un mal entendido "derecho humano" que a estas alturas solo funciona como escudo de los que producen desmanes y no vela, por la tranquilidad de población. Ante este escenario, el resultado fue uno solo " la violencia se impone a la política e impone su agenda", trayendo a colación la instauración de una nueva constitución, como si fuese la piedra filosofal a toda la problemática social.
No obstante, el germen de la violencia encuentra justificación de las masas, que ven en todo acto policial un efecto represivo y por lo tanto, altamente castigable mediáticamente entregando al lumpen la facultad de cometer sus fechorías y quitándole el uso de la fuerza a los únicos que deben emplearla. Por lo tanto, ¿Quién asegura hoy que no habrán locales de votación quemados para el plebiscito? ¿Quién de los manifestantes pacíficos entregará seguridad a los trabajadores, para que estos confíen en que no perderán su trabajo?
Es por ello que esta ola revolucionaria no trae buenos auspicios, porque ante el mar de legítimas y buenas intenciones, hemos entregado el poder al crimen organizado y solo guardamos silencio en sus nocturnos actos. ¿Estamos cerca de la historia venezolana? Creo que no. Estamos más cerca a un conflicto mexicanos, donde será muy improbable retomar el control del estado, en las zonas que hemos regalado a los narcos.
Hugo Ramos