El Instituto de Salud Pública (ISP) informó ayer de un alza sostenida en las ventas de cinco antibióticos: amoxicilina, ciprofloxacino, azitromicina, cefadroxilo y amoxicilina con ácido clavulánico, indicó la entidad, advirtiendo, además, que una de las principales consecuencias del consumo desmedido de antibióticos -pese a que en Chile se venden solo con receta -es el desarrollo de bacterias resistentes a ellos -conocidas como súperbacterias -, es decir, de nuevas enfermedades cuyo tratamiento aún no ha sido creado.
El ISP realizó un estudio junto a la consultora IQVIA, donde se detectó el aumento en el consumo de cinco antibióticos desde octubre de 2014 a septiembre de 2019, de acuerdo a los volúmenes de venta de tres grandes cadenas y siete distribuidores farmacéuticos nacionales, los que dan cuenta de la venta de las farmacias privadas.
La investigación arrojó que los principios activos más vendidos en este periodo fueron amoxicilina, con más de seis millones y medio de cajas vendidas, mostrando un aumento de 17,4% respecto a 2014. Luego apareció el ciprofloxacino, con más de tres millones y medio de cajas, lo que representó un alza de 2,9%.
De azitromicina se registraron casi tres millones de cajas vendidas entre 2014 y 2019, con un incremento en su consumo de 34%, mientras que de cefadroxilo se comercializaron casi dos millones de cajas, con una subida de 19%, y de la amoxicilina con ácido clavulánico, más de un millón y medio de cajas, conllevando un alza del 22,9% en cinco años.
Resistencia
La resistencia a los antibióticos es la capacidad que tienen las bacterias de impedir que estos medicamentos actúen contra ellas. "En consecuencia, algunos tratamientos habituales se vuelven ineficaces, las infecciones persisten y pueden transmitirse a otras personas", detalló el ISP, pidiendo usar los remedios con responsabilidad, es decir, no automedicarse.
"Los agentes infecciosos más resistentes son aquellos responsables de las infecciones en hospitales y centros asistenciales", conocidos como bacterias multirresistentes o súperbacterias, cuyo tratamiento aún está en desarrollo y, por ende, "pueden provocar infecciones graves y a menudo letales, como infecciones del torrente sanguíneo y neumonías".
"Estos cuadros prolongan la estadía de los pacientes en los centros asistenciales, generando mayores costos en salud", detalló el ISP, agregando que "es fundamental el compromiso del paciente a seguir fielmente las indicaciones del médico".