Estudios sobre la afectación de las catástrofes naturales y crisis sociales en la ciudadanía, dan cuenta que estos sucesos causan estrés, ansiedad y angustia entre otras sintomatologías, afectando negativamente la salud de las personas, provocando sucesos como los partos prematuros.
En el caso de Copiapó, según datos del Servicio de Salud Atacama, se han registrado diez durante el periodo del estallido social, lo que significa un alza, que no es tan marcada, según el Colegio de Matronas y Matrones de Atacama, pero que prende la alerta.
Al respecto, la presidenta del gremio, Jessica Rojas, enfatizó que "el número de partos prematuros desde el comienzo del estallido social a la fecha es preocupante, pone en riesgo todos los esfuerzos que han realizado los equipos de salud en mejorar este indicador relevante y que incide directamente en la morbimortalidad (enfermedad y muerte) neonatal, excluyendo a las malformaciones congénitas, explica tres de cada cuatro muertes perinatales y la mitad de las anormalidades neurológicas de la infancia (...) Es efectivo que las situaciones de crisis sociales y catástrofes aumentan los partos prematuros, hay estudios sobre el tema".
Además que "en este momento afecta bastante la limitación respecto de la atención, la situación relacionada con estrés respecto del conflicto social. Estamos trabajando con turnos éticos de 8 a 10 y 14 a 16 horas en Copiapó, la población objetivo en este momento son las embarazadas, sobre todo las embarazadas del tercer trimestre, aquellas mujeres que presentan síntomas, riesgos y antecedentes de parto prematuro hay que ponerles atención", sostuvo Rojas.
Las marchas programadas son en si mismas un factor de riesgo de parto prematuro. "Si las embarazadas acuden a las marchas programadas el riesgo de parto prematuro es todavía mayor, porque van a estar sometidas al estrés y además de eso a una carga física importante. Los gases lacrimógenos son sustancias nocivas que producen un efecto, muchas veces mayor irritabilidad del útero, favorece las contracciones y el parto prematuro (...) Apelamos como colegio al autocuidado, y el llamado también es a la autoridad para que se preocupe de los grupos de riesgo", finalizó la matrona.
Salud mental
Por su parte, la directora de la Escuela de Psicología de la Universidad Santo Tomás, Sara Arena, sostuvo que la sintomatología asociada con el estallido social "tienen que ver con la ansiedad, angustia, trastornos asociados al sueño y la alimentación. Se ha liberado mucho estrés y adrenalina desde la euforia y todas las emociones, nuestro cuerpo se está adaptando y está hipervigilante, eso nos lleva a estar más irascibles y emocionalmente afectados por todo esto".
Con el objetivo de minimizar el daño emocional provocado por las movilizaciones, la psicóloga recomendó "hacer cosas que nos generen placer (ideal una hora diaria), acciones que nos generen relajación sí o sí y lo más importante, conversar con las personas que tenemos cerca sobre las emociones respecto a esto, qué me pasa a mí respecto a esto (estallido social). La idea es que el otro pueda escuchar sin cuestionar, para que uno pueda ir modulando la emoción, ponerle nombre".
Arenas manifestó que se deben externalizar las emociones causadas por la crisis social para evitar el daño a futuro relacionado a la contingencia nacional. "Es probable que podamos tener un estrés postraumático, que es cuando tú no tuviste contención emocional, los síntomas aparecen seis meses después, hasta un año después de haber vivido mucha tensión", explicó la psicóloga.
Adicciones y delitos
Mientras que el director del Centro Integral de Tratamiento y Adicciones (CITA), Patricio Moya, explicó que catástrofes naturales y crisis sociales inciden en los hábitos de la ciudadanía. "Es inminente que por razones de cuidado del dinero, las personas no beban mucho más de lo que hacían antes de iniciada la crisis, más bien el mercado del alcohol se contrae. Por su parte el mercado del tabaquismo se incrementa, ya que este funciona como válvula de escape y relajación", expresó Moya.
Respecto al consumo de drogas en situaciones de crisis, Moya sostiene que "ocurre un fenómeno de 'orfandad en la seguridad de los barrios', donde la oferta de consumo aumenta producto que las policías están ocupadas en otras labores y eso genera una liberación en la venta y traslado de estupefacientes. Por otra parte el consumo se ajusta, por la pérdida de puestos de trabajo y la disminución de esa capacidad adquisitiva merma la demanda. Lo que a su vez, puede eventualmente, generar un aumento en los índices de delincuencia".
Además que "las catástrofes o crisis sociales, generan un aumento del 5% del consumo y reincidencias de consumo (...) Lo que sí aumenta considerablemente, es el índice de depresión que experimentan los ciudadanos, por la incertidumbre laboral y económica", dijo el director de CITA.
Medidas de prevención
Para prevenir situaciones que lleven a cuadros de estrés, Patricio Moya recomienda "evitar la exposición permanente a noticias que a nadie dejan indiferente, romper y destruir un almacén de barrio resulta igual de estresante, que ver a las policías golpeando descanalizadamente a gente inocente. Efectuar un plan de trabajo diario, con actividades, no relacionadas a la política o a la excesiva noticia, no se trata de 'extirparse del acontecer nacional', se trata de equilibrar, cuanto estresor consumo".