Reconciliación en Chile
Respetado señor: Como ya es habitual el 1 y 2 de noviembre los camposantos de todo el mundo recibirán a millones de personas que irán a dejar diferentes ofrendas a los seres queridos que ya terminaron su tránsito terrenal y descansan en el sueño eterno.
El recuerdo de quién ha fallecido llenará los corazones de nostalgia de aquellos familiares o amigos que con su visita revivirán momentos compartidos con alegrías y tristezas.
Estos días nos hacen presente nuestra finitud, algún día todos tendremos como última morada terrenal, un nicho, mausoleo, la tierra o tal vez un ánfora donde se guarden nuestras cenizas si es que éstas no se esparcen por algún lugar que haya tenido un significado especial para el que falleció. Recordemos con cariño a nuestros difuntos y esmerémonos en ser mejores personas para que cuando llegue el momento en que tengamos que partir lo hagamos con la alegría de que vivimos una vida plena de sentido y que entregamos el máximo de amor que poseíamos de manera que realmente podamos cerrar los ojos a este mundo e iniciar el tránsito al más allá con la conciencia tranquila y paz en el corazón.
Miguel Angel Aguirre, Chañaral
¡Cuidado con las expectativas!
Resultaban muy preocupante por decir lo menos, que las conclusiones de una encuesta de hace unos meses que medía las opiniones de los chilenos con respecto al hecho de tener una nueva Constitución y en particular a los logros prácticos e inmediatos que ellos obtendrían por la promulgación de una nueva carta magna, fueran por ejemplo que una gran mayoría de los encuestados apostaban todas sus fichas a que casi todos los problemas que en ese momento los aquejaban, tales como las colas de la salud, falta de hospitales, la inequidad en la educación, la durabilidad y calidad de los trabajos, el mejoramiento de los medios de transportes, el valor de las pensiones, el abuso, el nepotismo, las colusiones y un sinfín de otras materias que sería largo enumerarlas, tendrían solución inmediata, solo con el hecho de tener una nueva Constitución...
Si estos resultados llamaban a realizar una reflexión muy seria, hace unos meses, debido a que se notaba claramente la presencia en cada uno de los encuestados, enormes expectativas de poder solucionar "ipso facto" todos sus problemas con la sola llegada de una nueva Constitución, con mayor razón habría que hacerlo hoy, porque ante todos los problemas, los mismos anteriores detallados más varios nuevos que desencadenaron la crisis social que hoy tiene Chile, la respuesta casi al unísono de las personas durante las jornadas de protestas ha sido la necesidad de tener una nueva Constitución, dejando claramente establecido que sin ello, no se tendría la solución definitiva e inmediata de los temas que terminaron en la profunda crisis presente. Esto a primera vista debiera preocupar a las autoridades y a los que promueven con gran entusiasmo una nueva Constitución, como que fuera la panacea, la cura de todos los males y lo mejor de todo de forma inmediata, porque no se necesita ser un experto en estos temas para concluir que no es as.
No hay que tener mucha imaginación hollywoodense para saber el crítico panorama que se vendría nuevamente encima de Chile, es por ello que se debe hacer un llamado a quienes corresponda, a que no alimenten grandes expectativas en la ciudadanía, con el propósito de tener réditos personales y grupales, sin pensar en sus gravísimas consecuencias de no cumplirse lo esperado y que como siempre ha pasado, las pruebas están en la historia política más reciente, nadie absolutamente nadie se hace responsable, y como siempre lo terminan pagando quienes se supone eran los primeros beneficiados con lo prometido con tanto fervor...
¡Cuidado con crear grandes expectativas!
Luis Enrique Soler Milla
O'Higgins y el ejército
Durante toda su vida O`Higgins mantuvo una especial y profunda relación con el Ejército, del cual fue en dos ocasiones su Comandante en Jefe.
En la Patria Vieja participó junto a él en la gran mayoría de las acciones bélicas llevadas a cabo, ganándose el derecho a ser considerado como el primer soldado patriota, en especial por su valor y convicción libertaria.
Se produce desde entonces una simbiosis especialy única, en que la relación se profundiza y se hace permanente.
Cuando llega la Patria Nueva es Bernardo el que da forma al nuevo Ejército patriota, organizando unidades para que integraran la Expedición Libertadora al Perú, junto con otras para que en el territorio nacional pudieran enfrentar las acciones de la Guerra a Muerte.
Antonuio Yakcich