El Consejo para la Transparencia (CPLT) pidió no publicar informaciones falsas o sin confirmar, a propósito de la crisis social que estalló durante estos días en Chile. La petición adquiere relevancia con los datos que van circulando en redes sociales acerca de desabastecimiento, suspensiones de clases y otros. A esto se suman videos y fotos que pueden mostrar una supuesta realidad, pero que no corresponden a lo que está sucediendo como aquellos registros tomados hace años en otros países y que quieren ser viralizados como si hubiesen pasado acá.
Si las redes sociales son peligrosas en periodos tranquilos, la situación se vuelve mucho más complicada con etapas violentas como la actual, donde los ánimos están mucho más crispados.
El problema es que, a pesar de las advertencias dadas hace años, estos mensajes siguen reproduciéndose como ciertos, alentando a las personas a creer en hechos que jamás ocurrieron o que fueron tergiversados.
Tal como lo dice el Consejo de la Transparencia, las expectativas informativas son gigantescas, lo que supone un desafío importantísimo de los medios de comunicación en no hacerse eco de datos que solamente pueden empeorar la situación.
Sin embargo, la tarea no es nada de fácil. Las "fake news" han adquirido un tremendo poder, dado que pueden propagarse más rápido y con mayor fuerza respecto a las noticias verdaderas en un fenómeno sociológico, que expertos han intentado dilucidar. Algunos expertos creen que hay hechos falsos que al ser acordes y gratos al pensamiento de las personas, terminan siendo aceptados como reales no así las informaciones verdaderas.
Un estudio realizado por el Digital Journalism, una de las revistas científicas con mayor impacto en periodismo digital, apunta a que en Chile solo el 24% de los encuestados dice que las afirmaciones de redes sociales son "muy" o "extremadamente creíbles". Sin embargo, las técnicas de propagación han cambiado con contenidos que parecen reales (falsos comunicados de autoridades por ejemplo), como también de videos. En cuanto a esto último el desafío es mayor, dado que hay imágenes que pueden ser usadas como "evidencia" para mostrar un hecho, pero en realidad el contexto es otro, lo que termina por ser mal interpretado.
En todo esto, como lo dice el Consejo, es importante que las instituciones públicas entreguen información de manera expedita y rápida a los medios de comunicación, como también estos tiene la responsabilidad de mostrar "las distintas caras de la moneda".