Daniela Munizaga

Hoy y mañana se llevará a cabo el 1° Encuentro Nacional de Educadores de Párvulos en la ciudad de Antofagasta, actividad que fue organizada por la "Revolución de los cotonas verdes". A esta instancia asistirá Francisco Santillana, educador de párvulos del jardín infantil Auqui de Tierra Amarilla, el único hombre en esta profesión que trabaja en una sala de clases a nivel país.

Sobre el objetivo del encuentro, el joven señaló que apunta a conversatorios y seminarios al que asistirán educadores de párvulos hombres (con labores administrativas) del país y también profesionales del extranjero. En cuanto a su rol en la jornada, Santillana dijo que realizará un conversatorio sobre su rol en el aula. " Voy para allá (a Antofagasta) a compartir mi experiencia estando en sala. Actualmente ellos no trabajan en sala por tema de prejuicios y están en labores administrativas", dijo.

Para ambos días se tienen programadas diversas charlas con profesionales. Este es el primer encuentro y esperan seguir recorriendo el territorio nacional y "hacer conciencia que pueden haber hombres estudiando educación parvularia. Las carreras no son un tema de género social, sino que todos podemos hacer lo mismo, tanto hombres como mujeres, y ese es nuestro objetivo, que más hombres puedan estudiar y trabajar en esta profesión", señaló Francisco.

Experiencia

El educador relató que desde siempre le gustó la labor de enseñar a los más pequeños y "siento que la educación parvularia es donde se van creando sueños y se le puede decir a los niños y niñas que pueden hacer lo que ellos quieran. Ese es mi objetivo y donde voy siempre con mi bandera de lucha, es que tanto hombres como mujeres pueden estudiar esto, y que lo importante es la motivación que tengamos y la disposición de dar todo lo que podamos a los niños y niñas para que aprendan", comentó.

Él salió el 2016 de la carrera e indicó que hasta ahora no ha tenido ningún problema de discriminación o con las familias de su jardín, teniendo una experiencia bastante positiva hasta ahora. Esto lo atribuye a la forma en que desarrolla su trabajo, pero no por el hecho de ser hombre, sino que al poner lo mejor de sí mismo valoran su labor y calidad educativa que entrega.

Reconoce que cuando estaba estudiando recibió comentarios negativos como que se cambiara de carrera o que no encontraría trabajo. Sin embargo, actualmente cuenta con un trabajo estable y su experiencia ha sido bastante grata.

Consultado por los prejuicios por ser hombre y educador de párvulos, Francisco indicó que sí existen y señaló tener conocimiento de otros casos en que tienen dificultades con los apoderados o equipos de trabajo, y en esa línea agradece la oportunidad de poder estar desarrollando su labor en sala. De igual forma, señaló que las nuevas generaciones tienen una perspectiva más amplia que ha permitido ir cambiando ciertos prejuicios.

Actualmente el profesional trabaja junto a dos agentes educativas en el jardín, a cargo de 30 niños, y señaló que "hacemos un trabajo con pinzas y creo que eso es fundamental en el éxito que tenemos hoy, porque nuestros 30 niños están sobre lo esperado en el aprendizaje. Mi mejor evaluación son ellos".