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Planta desalinizadora presenta un 80% de avance y confirman alza en la tarifa cuando entre en operación

SUMINISTRO DE AGUA. Estiman que en junio del próximo año esté terminada la primera etapa del proyecto. Autoridades indicaron que el alza en las cuentas de agua será mínima, sin cargo por la construcción, solo un costo por la operación.
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Hasta el sector de Punta Zorro, en la comuna de Caldera, llegaron autoridades regionales para recorrer las instalaciones en construcción de la planta desalinizadora de agua de mar que dará abastecimiento de recurso hídrico para consumo humano a cuatro comunas de la Región de Atacama (Caldera, Copiapó, Tierra Amarilla y Chañaral). Desde Econssa, empresa estatal que lidera el proyecto, indicaron que esta obra cuenta con un 80% de avance y se espera que para junio del 2020 esté culminada su primera etapa.

Además, confirmaron que una vez que entre en operación la planta habrá un alza en la tarifa de agua de los usuarios, pero que el proyecto al tener fondos públicos, será mucho menor a lo que hubiese significado si privados la hubieran realizado. Es decir, solo habrá un costo asociado a la operación, sin recargo por la construcción.

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A la jornada asistió el intendente de Atacama, Patricio Urquieta, quien señaló que la obra presenta un anhelo de muchos años para la región, en el cual trabajaron de forma transversal tres gobiernos, y que de esta forma se garantiza el abastecimiento para consumo humano de este recurso.

"Estamos contentos, los avances son significativos y desde luego nos posiciona mucho mejor que a otras regiones que están viviendo esta situación de escasez hídrica porque vamos a estar en mejores condiciones para enfrentar los desafíos a futuro. Este es un trabajo que ha realizado durante muchos años, donde existe una consciencia de la región sobre la necesidad de encontrar nuevas fuentes de agua y en el mar hemos encontrado una de las alternativas para poder tener una mejor gestión del agua", dijo el intendente.

Sobre la inversión, la máxima autoridad regional detalló que en esta primera etapa se han invertido 150 millones de dólares ($100 mil millones) y que se sumarán recursos para las siguientes etapas, pero son menos costosas. Una vez en funcionamiento la planta, beneficiará a 220 mil personas de la región.

En el recorrido acompañó a las autoridades el gerente general de Econssa, Patricio Herrera, quien destacó que "en un momento donde el estrés hídrico es tan relevante en muchas regiones del país, es una suerte que esta región, en que ha estado afectada la percepción de los clientes, tanto en la calidad como en la continuidad del suministro de agua potable, pueda ser una de las primeras regiones a nivel país que pueda asegurar su fuente de abastecimiento a largo plazo".

En la misma línea, la alcaldesa de Caldera, Brunilda González, indicó que "esto hace un antes y después en materia de lo que significa la escasez hídrica, aquí se ha puesto en el centro a las personas, al consumo humano, como un derecho fundamental, donde el Estado de Chile durante tres gobiernos consecutivos tomaron una adecuada decisión política que hoy nos permite enfrentar esta crisis hídrica que amenaza a tantos chilenos a lo largo de nuestro territorio. Caldera es el centro del norte de Chile y está dando el mejor ejemplo en materia de tecnología".

Tarifas

Una duda que surge con la planta desalinizadora es qué pasará con las cuentas de agua de los clientes, si habrá alza o no y de cuánto seria. A fines del 2018, tanto desde Econssa como la Siss, indicaron que no debería haber un efecto muy significativo en las cuentas, con costos mínimos. Sin embargo, en agosto de este año en el medio El Financiero publicaron que debido a que la desaladora se financia en un 100% por el Estado, no implicaría un aumento en las tarifas de los usuarios.

Para aclarar la situación, el intendente de Atacama señaló que el proyecto al tener fondos públicos, el impacto en la tarifa será mucho menor en comparación a que si una sanitaria hubiese realizado la inversión.

Al respecto, el gerente general de Econssa detalló que una vez terminada la desaladora, la misma empresa que provee la tecnología, Inima, va a tomar la operación del proyecto y posteriormente las instalaciones van a traspasarse a Aguas Chañar. "Y desde el punto de vista tarifario, es solamente recoger los costos de operación que involucra este proyecto, no así los costos de inversión, que en definitiva son los más relevantes", dijo.

Sobre cuánto podría subir la cuenta, el profesional señaló que "hay un estudio tarifario que realiza la Superintendencia que todavía no tengo los detalles de cómo va a concluir y ahí se verá, pero es un incremento significativamente menor a lo que hubiera significado la opción de que la realizará una sanitaria".

Frente a este mismo punto, la alcaldesa de Caldera comentó que desde un inicio se indicó que el proyecto tendría un impacto en las boletas de los consumidores, pero que seria mínimo. Además, apuntó a que habrá una "gran ahorro" al no tener que comprar agua envasada, que en ocasiones representa igual monto o superior que la boleta de consumo, ya que será agua potable.

Mano de obra y lo que viene

De igual forma, la autoridad de Caldera destacó que la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) permitió garantizar el 50% de mano de obra local, siendo Caldera el 37% de mano de obra y es resto de otras partes de la Región de Atacama. El otro 50% viene de otros lugares y tiene la obligación de hospedarse en hoteles y residencias de la comuna.

Por último, en relación a lo que viene dentro de los próximos meses en el proyecto, desde Econssa señalaron que trabajarán en las obras eléctricas; ampliación de la subestación Caldera y conductos a construir hacia el estanque de Caldera, hacia la línea de Chañaral y hacia Piedra Colgada para el abastecimiento de Copiapó y Tierra Amarilla. "En conjunto, esta obra debería estar entrega en 2020 para su plena operación en beneficio de la población", concluyó Patricio Herrera.

La construcción de la planta se ejecuta en tres etapas: en la primera llegará a una capacidad total para 450 L/s; luego, a otros 450 L/s, alcanzando un total de 900 L/s); y, finalmente, a una capacidad de 300 L/s, completando los 1.200 L/s de agua tratada.

El proyecto fue licitado y adjudicado al consorcio Inima-CVV en septiembre de 2017 y las obras comenzaron a ejecutarse el 2 de enero.

El proyecto, en sus tres etapas, tiene un costo total estimado de US$ 250.000.000. El Estado comprometió el financiamiento de la primera fase de la planta desalinizadora mediante la capitalización de Econssa Chile, por un monto de US$158.000.000.

Esta es la planta desalinizadora de agua de mar más grande que se construye en Chile para consumo humano.

150 millones de dólares