Reforma laboral de 40 o 41 horas semanales, ¿Cuál es el debate de fondo?
Estas últimas semanas hemos presenciado el debate sobre el proyecto de ley de reducir las horas de trabajo semanal en nuestro país. El gobierno presenta un proyecto de 41 horas semanales, donde la última palabra en flexibilidad laboral la tiene el empleador. Por otra parte, parlamentarios de izquierda plantean reducir la jornada a 40 horas semanales donde el empleador debe acatar la normativa y adecuarse a esta nueva jornada priorizando el derecho del trabajador.
Más allá del debate nacional, existe una realidad mundial sobre la jornada de trabajo. Los países desarrollados han reducido su jornada en promedio a 35 horas semanales (de 30 a 35 horas en Países Bajos, Suiza, Suecia, Dinamarca o Alemania), mientras que en Chile actualmente la jornada es de 45 horas semanales, es decir, 10 horas más en que las personas que trabajan dejan de realizar actividades que inciden en su calidad de vida familiar, de ocio, de recreación o de cultura.
¿Se imagina salir de su trabajo cada día a las cuatro de la tarde?, ¿Cuántas actividades que ahora no puede realizar, podría realizar cada día?. He aquí el debate de fondo; hoy los chilenos están estresados, no tienen tiempo para dedicar a la familia o relaciones sociales y por ende somos una sociedad enferma y desmotivada, que además no observamos óptimos niveles de productividad de acuerdo al parámetro OCDE y por este motivo estamos también en los rankings de países con más horas de trabajo semanal y menor productividad del mundo.
Fabiola Freire
¿Pan batido o marraqueta... o pan francés?
El resurgir de la polémica del "pan batido" o "marraqueta" nos recuerda que la centralización también es cultural, imponiendo una forma de ver el mundo que muchas veces puede parecer totalitaria.
La historia sobre este sabroso pan, creo que ahí no hay debate, se remonta a Valparaíso cuando los hermanos Marraquet instalan su panadería y venden una variante del Baguett, hecho accidental, que da origen al "pan batido".
Tras su traslado a Santiago los populares panaderos siguieron su fama, siendo masificó el "pan batido" como "el pan de los hermanos Marraquet", cosa que fue popularizada en dicha ciudad como "marraqueta".
Su masificación a otras zonas, como el sur de Chile, simplemente la receta fue nombrada como "pan francés", replicando el éxito inicial que se ha ganado un espacio en nuestras mesas.
Es por lo tanto necesario hacer prevalecer la denominación de origen pero también reconocer la cultura local, la cual ha generado identidad tan importante en diferentes regiones de nuestro país.
"Paladines del pan Batido" como el historiador Francisco Sánchez y "vocero" Andres Permontti nos dan luces que esta es una polémica de larga data, que debe ser vista desde una perspectiva de descentralización y sobre todo recordando en esencia la identidad local, al fin y al cabo lo claro es que nos une en la mesa.
Hugo Ramos, Círculo Acton Chile
Fiestas Patrias
Celebrar el 18 de septiembre está relacionado con el patriotismo, sin embargo, encierra ya algo paradójico pues parte desde el error. Lo que conmemoramos no es la Independencia de Chile, como la mayoría de la gente piensa, sino la creación de la Primera Junta de Gobierno. Preservar nuestras tradiciones está relacionado, precisamente, con nuestra historia y de allí que sea necesario que la contemos correctamente. Independientemente de los aforismos y las variaciones que tengan los festejos productos de los cambios culturales y demográficos, es de gran relevancia que las instituciones, y no sólo las educacionales, se esfuercen por dar un sentido a las actividades que realicen en este período y por qué no durante todo el año.
Fiestas Patrias debe ser considerada como una oportunidad para conocer de dónde provienen ciertas tradiciones, qué elementos son endémicos de nuestra tierra, cuál es la mirada al respecto de nuestros pueblos originarios, reflexionar por qué si la empanada es de origen español la sentimos como nuestra, conocer qué platos sí son chilenos y probarlos, aprender a bailar cueca si no lo ha hecho antes, o cualquiera de los ritmos folclóricos que recorren nuestra geografía, como las diabladas, la refalosa, los ritmos rapa nui, etc .
¿Sabía usted que nuestra Parada Militar tiene su origen durante la primera mitad del siglo XIX? Luego de ocurrida la Batalla de Chacabuco y tras la creación de la Academia Militar por parte de Bernardo O'Higgins en 1817, se inició la práctica de reunir a las tropas y realizar ejercicios militares a modo de entrenamiento para los combates y la ciudadanía llegaba en masa a presenciarlos. En 1832 José Joaquín Prieto decidió decretar como oficial la celebración de este desfile cada 18 de septiembre.
Valentina Bobadilla Seguel, coordinadora Vinculación con el Medio y Extensión Cultural UNAB