En resumen
-Correctores, lentes relojes. ¿Por qué elegiste esos elementos visuales para "Torpedos"?
-La poesía es como asaltar un banco, la idea es entrar, dar una voz, hacerse con el botín y salir corriendo. Me ha interesado desde siempre la poesía oral y performática, la que está condenada al movimiento. En el caso de "Torpedos" tiene que ver con el hastío de algunos deberes culturales, como memorizar, enseñar y cumplir sistemáticamente expectativas y objetivos, tal como se da en muchos espacios educativos formales.
-¿Por qué esta antología se llama "Objetivo General?
-Escribiendo "Torpedos" llegué a una clave de lectura, a un trance. Así le di título a esta suerte de obra reunida que es "Objetivo General". Obviamente, y más allá del guiño malévolo a Neruda, es una auto burla en la medida que tras ese aparatoso y tecnocrático título, hay una enclenque evidencia. Así, por su revés, el título es una renuncia a cantar por boca de otros. "Objetivo General" trata fundamentalmente sobre el fracaso, de esa manera si el libro no se lee o no vende, será un éxito.
-¿Cómo percibes la poesía chilena?
-Como un tumor ignorado, la poesía chilena avanza como si nada y como siempre. Es decir, se multiplican los poetas y agonizan los lectores. Nada nuevo. Quizás la vieja novedad es ver muchachos cultivando formas poéticas cerradas, el soneto, la décima. Virtuosismo puro. Claro, los reparos vendrán por cierta jactancia del sonetista que quiere hacer el jaque mate en 14 jugadas. El lector ruega para que el poema se rinda, tire su rey y le arruine al poeta la condena de ser prisionero de su talento.
Yanko González es doctor en antropología y académico de la U. Austral.
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