Una palanca para el desarrollo de la pesca artesanal
Isaías Zavala , Alcalde de Diego de Almagro, Román Zelaya R., Subsecretario de Pesca y Acuicultura
ELos pescadores de Chile tienen hoy a la mano una herramienta para encaminarse con paso firme al desarrollo: la Ley de Caletas.
La norma fue promulgada en 2017, pero faltaba un reglamento para que sus disposiciones pudieran aplicarse en plenitud, lo que ya ocurrió.Esta ley era un antiguo anhelo de los pescadores, cuya labor cotidiana está íntimamente ligada a las 461 caletas existentes en el país.
Nadie sabe con exactitud cuándo ni dónde surgió la primera. Pero las raíces de algunas -como sitios de pesca o recolección- pueden rastrearse incluso antes de la Colonia, cuando ya nuestros pueblos originarios buscaban el sustento en el mar.
Como sea, las caletas terminaron convirtiéndose, con su colorido y forma de vida, en elementos distintivos del borde costero y de la cultura nacional. Así como en protagonistas del sector pesquero, y proveedoras de alimentos sanos y frescos para la población.
Sin perder su identidad, estos asentamientos podrán transformarse ahora en polos de desarrollo, a partir de esta ley. Por eso, uno de nuestros desafíos es dar a conocer su alcance, y animar al sector artesanal para que aproveche todo el potencial de esta norma.
Una novedad radica en que las organizaciones de pescadores podrán pedir sus caletas, bajo destinación, por hasta 30 años, a diferencia del modelo previo que considera concesiones por 10 años.
Por otro lado, la diversificación productiva y la agregación de valor -promovidas por esta norma- implican que el sector artesanal podrá incursionar en actividades distintas de la pesca tradicional. Turismo, gastronomía, venta de artesanía, administración de estacionamientos e, incluso, distribución de combustibles, se cuentan entre ellas.
Pero hay más. Quienes se acojan a la destinación, dejarán de pagar la actual patente asociada a la concesión. Así, una caleta de 20 mil metros cuadrados que hoy paga anualmente $4.200.000, rebajará ese costo a cero, si cumple con exigencias de administración.
Otra novedad de la ley es que cuenta con herramientas enfocadas en el fomento de la acuicultura de pequeña escala. Ámbito en el que hay grandes oportunidades para los pescadores, y que, por su naturaleza, se adecua al principio de la sustentabilidad.
La Ley de Caletas se perfila, entonces, como una palanca de progreso para el sector artesanal. Y un instrumento que contribuirá a la modernización de esos enclaves, sin alterar los rasgos que con el paso del tiempo los transformaron en elementos constitutivos del alma de Chile.
Oponiéndonos a la oposición
A fines de los años 80, la gente tenía un sueño, derrocar al dictador que por cerca de dos décadas, se perpetuaba en el poder y según a sus intenciones, quería hacerlo por mucho tiempo más. Detenidos desaparecidos, torturados y violaciones a los derechos humanos, hacían que nos uniéramos en una causa común: sacar a Pinochet del poder. Luego, la concertación y posteriormente la nueva mayoría, llevaron a los partidos, a buscar unificar puntos en común y encontrar acuerdos para dar gobernabilidad a nuestro país. Pero hoy que somos oposición, no hemos estado a la altura de lo que demandan las circunstancias. Acuerdos que no se respetan e ideas que pesan más que los intereses de las personas, han permitido que un pésimo gobierno como el de Piñera aun tenga sustento en la comunidad.
No somos capaces de instalar un discurso común el que en muchos casos, se ve superado por las ideas mezquinas de unos pocos. Así, la oposición no existe como una colación unificada en ideas, que nos permitan unirnos responsablemente en un proyecto común. Si bien en los 80 el desafío era derrocar al dictador, hoy, en pleno siglo XXI, tenemos un objetivo que nos debe unir y hacer más fuertes: poner los intereses de las personas, del pueblo, por sobre los intereses de los empresarios, esa es nuestra lucha. Puesto que la mayoría de nosotros, los que enfrentamos a la dictadura, hoy, claramente somos oposición al gobierno de los empresarios. Y eso no es volver al pasado, sino más bien señalar que la oposición tiene más cosas en las que converge, que aspectos que nos dividen.
Nos oponemos al lucro en la educación; somos claros en que las AFPs abusan de la mayoría de los chilenos; también sabemos que un sistema impositivo que recaude más de los empresarios, inclina un poco la balanza en favor de los que más necesitan y luchamos por pensiones dignas para todos. El resto, los temas menores, debemos trabajarlos poniendo siempre por sobre cualquier interés, a las personas, eso nos llevará, estoy seguro, a configurar una oposición seria, con ideas claras y progresistas, que acerque más la justicia a todos, que empareje un poco más la cancha, los chilenos se lo merecen…