Capital de las energías renovables: un título engañoso
Que Atacama sea una de las tres regiones con una menor baja en las ya pocas devoluciones por medidores inteligentes ante un escenario de constantes alzas de luz, demuestra que ser líder de energías limpias no necesariamente trae beneficios a los ciudadanos.
En Chile podíamos decir que somos "campeones" cuando se trata de colocar "títulos" a las regiones para crear una sensación de ser una zona ganadora a partir de la explotación de recursos o ser fuente de producción para el país. En Atacama y en mayor medida Antofagasta, se les llama las que dan el "sueldo de Chile", sin que tengan los beneficios prometidos por años a través de royaltys y otros. Al menos en la llamada "capital minera de Chile" se han visto mayores avances como un nuevo hospital y mejoras en la costanera, pero aún los ciudadanos reclaman por un mayor desarrollo.
En Atacama, el título del momento es el de ser la "capital de las energías renovables no convencionales", logrando cifras tremendas como que a diciembre de 2018 contaba con 2.552 MW instalados y el 49% era de energías limpias.
La zona ha sido destacada fuera de las fronteras del país, lo que ha sido motivo de orgullo porque finalmente está siendo parte importante en crear un mejor medioambiente al reemplazar las fuentes tradicionales.
Muy gratificante es ser parte de este proceso, pero cuando se habla de "capital de" necesariamente tienen que haber otros componentes como el beneficio directo a la comunidad, lo que en este caso no ocurre.
CGE anunció que devolverá cerca de $2 mil por el inusual cobro de arriendo de medidores inteligentes que nunca se instalaron, pero no consignó que viene una nueva alza en las cuentas este segundo semestre que se suma a la de mayo de este año que bordeó el 10% en la región.
En el "ranking" nacional por el descuento de los medidores, la "capital del sol, el viento y otros" es una de las tres regiones con menor baja en los montos de descuento (promedio de $1.850 por una cuenta de 180 kWh/mes) y el de menor baja en todo el norte.
Ni siquiera le sirve la Ley de Equidad Tarifaria implementada en 2017 y que entre su puntos asegura una rebaja mensual para las comunas que generan energía eléctrica, por el contrario las tarifas siguen al alza, encareciendo la vida por lo que solamente queda esperar al 2021. ¿Por qué ese año? Porque se supone que bajarían las cuentas de la luz producto del "boom" de generación renovable y por ende licitaciones de suministro más bajos, aunque se espera que el impacto positivo en los bolsillos sería mayor en 2024.
Así, queda un largo tiempo en que los atacameños no tendrán otra opción que seguir pagando más por un servicio que no entrega nuevos beneficios, porque CGE no tiene competencia y porque la alternativa de los paneles solares seguirá lejos producto de su alto costo.
¿Y CGE? Muy cómodo, sin competencia directa, limitándose a divulgar lo justo, con un acercamiento con la comunidad muy limitado.