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Abandono de la Corfo

daniel.goya@pucv.cl DANIEL GOYA LEÓN, PH.D., Académico, Escuela de, Negocios y Economía, PUCV.
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La Corfo (Corporación de Fomento de la Producción) está llamada a cumplir un rol central en la transformación de Chile en un país desarrollado. Algunas de sus principales áreas de acción son: fomentar la inversión, el emprendimiento, la innovación y el desarrollo de capacidades tecnológicas, todos elementos clave para lograr un cambio cualitativo en nuestra economía, que permita seguir creciendo de manera económica, social y ambientalmente sostenible.

Si bien el gobierno declara tener interés en esos temas, los hechos sugieren otra cosa. Para empezar, en lo que va de este gobierno, la Corfo ha estado sin nadie al mando por cerca de tres meses. Luego de asumido el gobierno el 11 de marzo de 2018, recién se nombró a Sebastián Sichel como vicepresidente ejecutivo el 24 de abril; y luego de su salida, el 13 de junio de este año, transcurrió un mes y medio hasta que fuera nombrado Pablo Terrazas el 31 de julio.

Más aún, durante los últimos 25 años la Corfo estuvo dirigida por personas con experiencia en políticas de fomento productivo, o como mínimo, con formación relacionada a estos temas. Eso también cambió con estos dos últimos nombramientos, que si bien puede que tengan experiencia en otras áreas, no tienen formación ni experiencia en las áreas de trabajo de la Corfo.

En mi opinión, ya es problemático que la Corfo pueda cambiar sus prioridades cada cuatro años, pero si a eso se suma un gobierno que parece no creer en su importancia para el crecimiento a largo plazo, me parece difícil que podamos avanzar hacia el desarrollo.

Escuela de Negocios y

Economía PUCV

COPIEMOS LO BUENO

DESAFÍO. En Chile no se opta por políticas que permitan un desarrollo sostenible.
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Ingeniero Agrónomo, U. de Talca

Países como el nuestro, generalmente carentes de iniciativas tendientes a mejorar las condiciones productivas nacionales, no optamos por políticas concretas de largo plazo para lograr condiciones para el desarrollo sostenible. Pero a falta de creación, la "buena copia" o "copia mejorada", como la hicieran los japoneses para afianzar su desarrollo industrial, deberían dar buenos resultados si tomáramos aquellas con buena perspectiva.

El caso europeo

La política de energía renovable de la Unión Europea, adoptada originalmente en 2009 para los 28 países miembros con miras a sustituir buena parte de los combustibles fósiles y otras fuentes de energía poco amigables con el ambiente y generadoras de gases contaminantes. Originalmente establecía un modesto compromiso de 10% de mezcla de biocombustibles con los combustibles fósiles para el transporte el cual entraría en vigor para todos los miembros a más tardar el 1 de enero de 2020, como entrará en vigor. El "Paquete de Energía y Cambio Climático de la Unión Europea", determinaba sus objetivos en la "Directiva de Energía Renovable", RED por su sigla en Inglés, cuyo precepto esencial era exigir a cada país una reducción de Gases de Efecto Invernadero de 35 % entre 2009 y 2017, por el uso de combustibles renovables, a diferencia de los que se hubieran generado con el uso de combustible fósil.

Para garantizar la generación de biocombustibles, a partir de 2018 se reconoce a los miembros una reducción de 50% para biocombustibles generados antes del 5 de octubre de 2015 y de 60% para los biocombustibles cuyo proceso de producción se haya generado con una fecha posterior. Como toda política seria, los objetivos y metas comenzaron a ser revisados y discutidos desde hace alrededor de dos años y, para su desarrollo e implementación futura, los países de la UE alcanzaron en 2018 lo que se conoce como el RED II, en el cual los objetivos y metas se proyectan hasta el año 2030. La RED II establece un objetivo global de energía renovable vinculante de al menos el 32% para 2030, con un 14% como objetivo para el sector del transporte y con una posible revisión al alza para 2023.

Combustibles renovables y producción de alimentos

Hasta allí la fórmula parece simple, pero involucra un mayor nivel de exigencia para cada país miembro, en la medida que su sustitución de energía, por combustibles renovables, esté más o menos ligada a la producción de alimentos, lo que impone un mayor esfuerzo a los países para no enfocar su esfuerzo en sustituir alimentación por energéticos. En síntesis, el objetivo por una parte es reducir en la mayor medida posible la utilización de combustibles fósiles sin descuidar la producción de alimentos, con lo cual se potencian las dos actividades.

La producción global de biocombustibles está creciendo sostenidamente y continuará haciéndolo. Los biocombustibles ofrecen mayor seguridad energética, menores emisiones de gases invernadero y de material particulado, desarrollo rural y un mejor desempeño de los vehículos. Al reducir la demanda de petróleo los biocombustibles podrían volver más seguro el abastecimiento de energía.

Su uso también reduciría los costos de importación a países con déficit de energía y ofrecería mejores balanzas de pagos.

Las emisiones de gases invernadero, monóxido de carbono y particulados podrían reducirse de forma significativa. Adicionalmente, los biocombustibles mejoran el desempeño de los vehículos; de hecho, la lubricidad del biodiésel extiende la vida de los motores diésel. Hay potenciales beneficios para el desarrollo agrícola y rural, incluyendo nuevos trabajos y la generación de ingreso, lo que indudablemente ayuda a alcanzar las Metas de Desarrollo del Milenio planteadas por la ONU.

El caso chileno

El uso de biocombustibles es algo muy incipiente, lo anterior llama mucho la atención, dados los pésimos indicadores de calidad del aire en diversas ciudades del país. Lo anterior, conlleva varios problemas de salud pública, con el consiguiente cargo para el gobierno. Por ende, el uso de combustibles alternativos se presenta como una herramienta con mucho potencial para aminorar los problemas ambientales en nuestras ciudades.

Tal vez si se revisa en detalle lo hecho por los europeos, se puedan copiar los elementos más favorables de esta política, para que quienes deseen utilizar fuentes renovables de energía y biocombustibles, no sucumban ante la incapacidad de generación de verdaderas políticas estables en el tiempo. Lo incuestionable es la necesidad de adoptar políticas serias en materia de producción y desarrollo de este tipo de productos para fomentar el cuidado medioambiental y el desarrollo económico sostenible.

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Su autor, el legendario inversor John Doerr, presenta de manera didáctica y amena un protocolo de colaboración para establecer objetivos en empresas, equipos e individuos, denominado OKR, Objetivos y Resultados Clave, (Objectives and Key Results) y revela la experiencia de aplicación de esta metodología de gestión en empresas icónicas de Silicon Valley. El autor del libro visualiza el enorme aporte del sistema OKR en las organizaciones, animando al planteamiento de objetivos ambiciosos, a pesar de que sostiene que: "Tener ideas no es complicado. Lo importante es saber ponerlas en práctica". Con todo, el libro contribuye a alcanzar esto último en las organizaciones.

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Http://www.freakonomics.com

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Freakonomics comenzó como un libro que pretendía referirse a la psicología del dinero. Sus creadores se conocieron en una entrevista: un periodista y un renombrado economista, ambos norteamericanos. De ese encuentro comenzó una alianza para hablar de otra manera del mercado, usando anécdotas y ejemplos pop para su comprensión más transversal. Hoy continúa siendo un best seller a nivel mundial. Eventualmente eso derivó a una web, donde se pueden encontrar cómo "Spotify salvó la industria musical (pero no a los músicos)", hasta un debate sobre la guerra del azúcar. Hoy se concentra en el formato podcast y notas (en inglés) que permiten tener una visión diferente de la economía, centrada en orientar la toma de decisiones, entendiendo la diversidad de sus lectores.

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