Correo
A trabajar por el voto
Ya aparecieron candidatos a la presidencia, y con ellos los rumores de volver al voto obligatorio, incluso algunos han llegado a reconocer que el haber aprobado el voto voluntario habría sido un gran error, lo anterior es la mejor muestra que cuando los cambios que produce la Familia Política & Asociados no le benefician, lo más fácil es borrar con el codo lo que con su mano firmaron, todas sus preocupaciones son a raíz de los altos índices de abstención.
Si a lo anterior le agregamos todos los hechos que han alejado a los chilenos de la política, siendo la guinda de la torta, el que nuevos parlamentarios se jacten de no saber nada de leyes y de las labores propias del Congreso y que no están interesados en aprenderlas, porque les da lata leerlas y en último caso, terminan diciendo, para eso están los asesores, como que se explica la gran abstención.
No hay que ser experto, para concluir que tienen mucha razón con estar preocupados, sin embargo ante el bajo interés ciudadano por votar, no lo piensan dos veces y eligen el camino más fácil, volver para atrás, si de algo debemos estar seguros es que el voto voluntario, le exige a la Familia Política más trabajo, transpirar la camisa, bajarse del limbo, claramente la vuelta al voto obligatorio no es la solución mágica para volver a tener las urnas llenas de votos válidamente emitidos, por el contrario el mantener el voto voluntario, es la gran oportunidad para ellos de hacer bien su trabajo ante la ciudadanía, conquistando los votos y no que les lleguen sin moverse del escritorio, con electores que solo aparecen en sus vidas unas semanas antes de cada elección para que los elijan y a la vez les concedan un mandato amplio sin ningún control de cumplimiento de metas, y como los chilenos y ellos lo saben muy bien, tienen muy mala memoria, vuelven a contar la letanía en la próxima elección.
En jerga de sastre, sería ya la hora que la Familia Política & Asociados deje la práctica de seguir haciéndose trajes a la medida dependiendo de la ocasión, deben acatar sus propias decisiones en forma seria, en este caso la vigencia del voto voluntario, para lo cual los insto a enfrentar las próximas elecciones con una cara llena de ganas de trabajar y trabajar para conquistar el voto de los chilenos, sin antes mejorar sustantivamente la oferta de los candidatos, aumentando drásticamente los requisitos para postularse al Congreso, cumpliendo lo anterior, de seguro tendrán las urnas repletas de votos, válidamente emitidos...
Luis Enrique Soler Milla
Día del Niño y la educación del futuro
En 1954 la Asamblea General de las Naciones Unidas recomendó a todos los países que destacasen un día en el calendario para dedicarlo a la promoción de los derechos de los pequeños y pequeñas. En Chile, a inicios del siglo pasado, se creó una semana de la niñez para, posteriormente, en la década de los ochenta establecerse el Día del Niño en el mes de agosto, en una alianza público-privada que permitía cumplir con lo recomendado por Naciones Unidas y ser funcional al mercado imperante en el país.
Ante la pronta celebración de un nuevo Día del Niño es tiempo de observar, de modo crítico, nuestro real cumplimiento de esta recomendación.
El acceso a educación de calidad por parte de los niños, en este contexto, es un derecho humano que se verá enfrentado a importantes cambios en los próximos años. Los sistemas educativos de todo el mundo sufrirán grandes modificaciones de aquí a 2030, propiciados por la revolución tecnológica y la era digital. En la próxima década, las redes digitales van a convertir los colegios en «entornos interactivos». Todo lugar será un espacio de aprendizaje, mientras que la frontera entre el colegio y el hogar se desdibujará y el aprendizaje no se restringirá a unas horas y a espacios concretos. El rol del maestro cada día más será el de un guía y facilitador de los talentos de los niños.
La educación del futuro valorará el desarrollo y la capacidad creativa e innovadora de los niños, fomentando el pensamiento complejo, crítico y reflexivo, acompañado de un aprendizaje colaborativo y con adecuado uso de la tecnología y mundo virtual. Pero también requerirá una mayor inversión en capital humano de calidad que guíe a las niñas y niños en una gestión de los aprendizajes con mirada estratégica y no cortoplacista.
José Albuccó, académico de la Universidad Católica Silva Henríquez y autor del Blog Patrimonio y Arte