Error Conceptual
Hace unos días Evópoli lanzó su campaña "La Política es una Mierda" buscando cautivar a personas para que ingresen a sus filas. Si bien el eslogan es provocador y tiene como finalidad presentarse ante la opinión pública como algo "rupturista" lo cierto es que incurren en un error que no es menor: la desafección de la ciudadanía no es con la actividad política sino con los políticos. No es la política la que incurre en faltas a la probidad, actos de corrupción, abuso de autoridad o de poder. Son las personas quienes, haciendo mal uso del poder inferido a través de la confianza ciudadana depositada en ellos, incurren en faltas a la ética, a la probidad, corrupción, abuso de poder y tráfico de influencias, entre otros.
Decir que la política "es una mierda" no solo es una falacia argumental sino también es querer tapar el sol con un dedo y desconocer el hecho de fondo: el problema no es la política, sino algunas personas que ejercer indebidamente el poder.
Rodrigo Durán Guzmán
¡ Y ahora la teclera !
La noticia llevaba el título ¡Con esta "teclera" los profesores tienen más tiempo libre! (de la edición del 17.07.19 de La Estrella de Valparaíso), en la que se detallaban las bondades del uso de la mencionada "teclera" por parte de los alumnos de los colegios para responder las preguntas de las habituales pruebas, algo similar a lo que se ocupa en los programas de TV, como Vértigo (Canal 13), para que el público presente en vivo elija las opciones que le planteaban los animadores pulsando la muy cómoda "teclera"...
Es verdad, por un lado, más tiempo para los profesores, al no tener que revisar y revisar pruebas, tal vez mejor uso de los resultados para saber rendimientos mediante gráficos, tendencias y otros estadígrafos, incluso se asegura que no existiría la posibilidad de copia entre los alumnos, al cambiar las secuencias de las preguntas y las respectivas alternativas, algo así como las típicas fila A y fila B, ¿Se acuerda?, y por último los resultados obviamente estén mucho más rápido..., pero se olvida un importante detalle, de cambiar a este sistema de responder alternativas mediante el uso de la "teclera", cero posibilidad, pero cero posibilidad de que los alumnos, tengan como mínimo la obligación de explicar con lujo de detalles ¿el por qué de su respuesta?, ¿Con qué argumento?, ¿Por qué ocupó determinado concepto y no otro?, para que sigo, en resumen cero posibilidad de tener un razonamiento formal y por escrito, dejando muy claro que entendió la materia cuando la estudió y puede aplicarla para resolver problemas, en resumen cuando hoy en Chile, se sabe muy bien, que gran parte de nuestros alumnos, de todos los niveles, entiende muy poco y tal vez nada de lo que leen, por lo que a "teclera", no podía llegar en mejor momento para ellos, pero esta supuesta ayuda profundizaría sus incapacidades de entender y razonar como se debe, sin lugar a ninguna duda con la "teclera" más tiempo libre para los profesores, bien por ellos, pero para los alumnos con el uso de la "teclera", sin comentarios...
Con la llegada de la "teclera"... ¡Cada día puede ser peor!
Luis Soler Milla
El hombre en la luna
La primera imagen consciente que tengo de mi existencia es la luna en una noche oscura. Desconozco la edad que tenía o el momento exacto. Solo recuerdo haber estado en los brazos de mi mamá y recuerdo haberme sentido seguro. A veces creo esa imagen es la responsable de mi reacción y emoción a ver la luna brillando en el mar, un día que fuimos a la playa. Mi abuelo me compró una vieja revista sobre los avances espaciales de los soviéticos y de los norteamericanos, y en una hoja de papel me hizo calcular la velocidad de la luz. Aparte de aprender que no tenía dedos para el piano con las matemáticas, aprendí que quería ser un cosmonauta. Un astronauta. Mi mamá me compraba libros sobre los hitos de la carrera espacial y me emocionaba pensar y soñar como lo harán hecho Gagarin y Armstrong para aguantar la corporal presión espacial y la presión mental de estar haciendo algo increible. Repasé una y mil veces los relatos de Korolev y Von Braun, y sobre un sillón elucubraba acerca del frío espacial que debe sentirse estar en la luna. La misma luna que un par de veces regalé y la misma que me vió un par de veces fallar. La misma que me vió bailar en una Costanera con un recuerdo hermoso, su mano y la mía, la banca mirando al mar y un termo con Té. La misma que fue testigo de cuando tiré una botella de whisky al viento, mientras una historia se demoronaba entre palabras.
Se cumple medio siglo desde que el primer hombre piso la luna. Un hecho solo comparable con el encuentro de Europa y América. Encontrar un hermoso nuevo mundo, que día a día me iluminó en la noche y siempre estuvo ahí. Algo tan cotidiano y diario, pero también fascinante y desconocido. En las posteridades de las rimas de los viejos artilleros quedará grabado que, los cohetes fueron los responsables de llevarnos más cerca de la luna y más cerca del sol.
Alfredo Martínez Hidalgo