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Eugenio Yáñez y la filosofía en estos tiempos

En resumen

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-¿Por qué es tan difícil filosofar ahora?

-Esta época está marcada por el utilitarismo,el nihilismo y la técnica. Todo esto hace "prescindible" la filosofía. En este contexto no sería necesario pensar para ser feliz. Filosofar a veces duele, en especial cuando nos encontramos frente al espejo de nuestra verdad o miseria. Cuesta filosofar entre tanta anestesia intelectual, sin embargo, filosofar, al igual que el dolor, se podrá anestesiar por un tiempo, pero tarde o temprano el efecto terminará y nuestro ser se estremecerá.

-¿Cuándo y por qué se jodió la filosofía?

-Cuando los filósofos empezaron a olvidarse de la realidad y se empezaron a "burocratizar". Es decir, a escribir artículos muy especializados que a muy pocas personas interesan. Quizá, la filosofía comenzó a decaer cuando los filósofos dejaron de ocuparse de las "cosas humanas", de "la realidad", del "ser", o como quiera llamarse, y empezaron a ocuparse de ellos mismos o de otros autores, y, por ende, dejaron de ser esos intelectuales, considerados como la "conciencia crítica" de la sociedad.

-¿A quién le sirve "Los Filósofos y sus fantasmas"?

-A todas aquellas personas que quieran plantearse preguntas filosóficas e "incómodas", que no se dejen atrapar por la post verdad. El libro no es sólo para filósofos, profesores, estudiantes y académicos con cierta preocupación filosófica. Si esto fuese así, incurriría en el mismo error que he criticado: escribir para un grupo selecto. Estas páginas tienen una pretensión mayor: aspiran a un universo amplio y quieren contribuir a recuperar el lugar que le corresponde a la filosofía.

yáñez se doctoró en la U. de Osnabrück y hoy dirige la facultad de filosofía de la USS.

3 preguntas

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"Los Filósofos y sus Fantasmas", del director del Instituto de Filosofía de la U. San Sebastián, Eugenio Yañez, es un ensayo que muestra cómola filosofía ha ido desapareciendo del quehacer social, de los colegios, las universidades y de las grandes discusiones públicas. Para el académico el hábito de "filosofar" sería una vocación del ser humano a recuperar.

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oscar galaz

"Toy Story 4": la nostalgia de los juguetes olvidados

Se estrena la impecable cuarta parte de una saga que no se desgasta y confirma el alto nivel de los estudios Pixar, tanto en términos técnicos como narrativos.
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John Lasseter concibió "Toy Story" a comienzo de los años 80. La idea era genial: un mundo de juguetes que viven de espaldas a sus dueños y anhelan sus afectos. Sin embargo, aún faltaba afinar los detalles. Después de reuniones, asesorías y una especie de iluminación que Lasseter recibió del gurú del guion, Robert McKee, el proyecto fue tomando forma. Su estreno, el 19 de noviembre de 1995, fue un hito dentro de la historia de los estudios Pixar. Nadie sospecharía que también sería el comienzo de una saga que, a 24 años de su aparición, sigue siendo refrescante y conmovedora.

Una muñeca que necesita una nueva caja de voz lidera la nueva cinta de la saga "toy story".


en resumen

"Toy Story 4" es la cuarta entrega de la impecable saga que comenzó John Lasseter en el año 1995.

Por Andrés Nazarala R.

No deja de ser interesante el efecto del tiempo sobre el universo que habitan estos personajes. Liderados por el vaquero Woody y el astronauta Buzz Lightyear, han vivido naufragios existenciales. El último gran golpe ocurrió en la tercera entrega, cuando Andy -el dueño- tuvo que partir a la universidad y sus padres decidieron donar los juguetes. Ese episodio -irresistiblemente lacrimógeno en sus últimos 15 minutos- estuvo marcado por la nostalgia y el abandono.

Ahora pertenecen a Bonnie, una niña que ha heredado el patrimonio infantil de Andy. El problema es que, en sus juegos, ella deja de lado -es decir, en el armario- a Woody y Buzz Lightyear, entre otros. Estos héroes de antaño no son de su preferencia. Para peor, en su primer día de jardín infantil fabrica con un tenedor de plástico una figura que se integrará al clan: Forky, un tipo raro que solo piensa en lanzarse a la basura.

La desaparición de Forky en medio de un viaje que Bonnie hace junto a sus padres por la carretera, llevará a Woody y compañía a una aventura que incluye una visita a una lúgubre tiene de antigüedades donde vive Gabby Gabby, una muñeca antigua que anhela una nueva caja de voz ya que la suya está descompuesta. La acompañan un par de siniestros mayordomos para ventrílocuos que transformarán la experiencia en una película de horror.

A través del dispositivo instalado, "Toy Story 4" puede hablarnos de la nostalgia por tiempos mejores (Woody parece un actor de western acabado), de la importancia de los afectos y de la vida como un eterno vagabundear en busca de sentido. Aunque no hay duda de que es una oferta infantil, muchos de sus referentes y chistes apelan a la melancolía intrínseca de un público mayor. Los guiños cinematográficos merecen mención aparte. Una de las subtramas más entrañables de esta entrega dicen relación con el romance entre Woody y Bo-Peep, una pastorcita de porcelana (fue fabricada como acompañamiento de una lámpara) que demuestra ser más empoderada y valiente de lo que dice su imagen. Contrastados contra un cielo colorido, esas escenas remiten a algunos viejos westerns en Technicolor. Quien quiera encontrar otros guiños al cine podrán hacerlo sin problemas. La saga se alimentó, de hecho, de algunas películas. Según Lasseter, hubo dos que iluminaron el camino cuando armaba su universo: "La extraña pareja", de 1968, con Jack Lemmon y Walter Matthau; y "Huida a medianoche", de 1988, protagonizada por Robert De Niro.

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