Aulas de reingreso: sí, se puede
Visibilizar el problema de la exclusión educativa pasa por explicaciones con peras y manzanas. Y en este caso, las peras y manzanas son las historias de esos chicos marginados por su extrema vulnerabilidad, como Nayade, quien a sus 18 años intenta por cuarta vez sacar su primer año de enseñanza media. Nayade llegó este abril a un aula de reingreso decidida a lograrlo.
Su primer intento duró hasta mitad de año; la segunda vez, no pasó de mayo; la tercera, se enfermó y sólo asistió a clases durante un mes. Esta vez se ausentó durante una semana; nuevamente por problemas de salud, pero en esta oportunidad la fuimos a buscar… y volvió. Antes nadie se había dado el trabajo de ir a buscarla, de averiguar qué le podía estar pasando, de saber qué se ocultaba tras su aparente "deserción", como llaman a un acto que jamás es voluntario, sino producto de un sistema educativo insensible frente al que por su realidad de pobreza y vulnerabilidad se vuelve "problemático".
El estigma del fracaso escolar acompaña a Nayade como una sombra que no se despega. ¿Qué garantiza que ahora sí pueda lograrlo? Que está en un aula de reingreso con profesores dispuestos a ir a buscarla cuando flaquee, con una compañera que le ha ayudado a comprender ejercicios de matemáticas que antes nunca entendió, porque en esta sala dedicada a ella nadie se pregunta si va a poder, sino que se cree y se trabaja en su poder para salir adelante. El fracaso escolar para ser reparado no necesita exigencias, sino tiempo, dedicación y una permanente actitud de sí, se puede.
En todas las regiones del país abundan las Nayades, por lo que se requiere al menos 15 escuelas de reingreso en el país, y que en las comunas donde se concentra la mayor cantidad de niños y jóvenes vulnerados en su derecho a la educación haya aulas de reingreso, como la que hoy acoge a Nayade y desde donde estamos convencidas saldrá con su primero medio aprobado a fin de año.
Liliana Cortés, directora de Fundación Súmate
Seguro de salud
Señor director:
Los expertos de este Gobierno saben muy bien que el modelo de seguros, con su falsa sensación de bajos costos o de gratuidad, aplicado a medicamentos y a la derivación preferente de pacientes a clínicas, tiene totalmente quebrado, entre otros, el sistema de salud pública en Estados Unidos, que paga exorbitantes cuentas.
En Chile, días antes del anuncio presidencial, el Gobierno inició la tramitación del proyecto de ley que crea el "Seguro de Salud para la Clase Media", que busca pagar a los grandes laboratorios y clínicas privadas, lo que quieran cobrar, al tiempo que se da una esperanza de beneficio y seguridad a los pacientes de Fonasa.
Mientras se tramita esa terrible ley, el Ministro de Salud fue enviado a dar la sensación política de que el Seguro de Salud era ya un hecho y sus bondades inmediatas, para eso anunció por todos los medios, que las farmacias, -las mismas que hace un par de semanas culpaba del alto precio de los remedios-, confusa y mágicamente iban a venderle medicamentos más baratos a todos los beneficiarios de Fonasa a lo largo de Chile.
Pero que quede claro: a diferencia de lo que pasa con los laboratorios y clínicas, las farmacias no participan del negocio, no hay ganancias, porque en su caso, el menor precio será a costa de ellas y sin costo alguno para el Estado.
Héctor Rojas, presidente de AFFI-Chile
Mundo digital
Como Asociación Chilena de Empresas de Tecnologia de la Información, mostramos nuestra gran preocupación por los resultados del estudio "Perspectivas de habilidades en la OCDE 2019", el que arrojó -entre otras cosas-, que los chilenos "no cuentan con las habilidades básicas necesarias para florecer en un mundo digital".
Lo anterior se deduce luego que Chile, al igual que Grecia, Italia, Lituania y Turquía, entre otros países, lograran los niveles más bajos en materia de habilidades de alfabetización, aritmética y de resolución de problemas en entornos donde abunda la tecnología.
Nos preocupa ese resultado porque Chile es un país en vías de desarrollo, inserto en esta cuarta revolución industrial y en los procesos de transformación digital asociados.
No podemos vivir y desarrollarnos en una sociedad digital si no contamos con las habilidades y competencias tecnológicas mínimas necesarias para asumir todos los desafíos que esta época nos plantea.
Thierry De Saint Pierre, presidente Asociación Chilena de Empresas de Tecnologia de la Información