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Gabriel León, el divulgador científico y su hija

En resumen

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-¿Cómo se hizo este libro ?

-Mi hija tiene 11 años y es muy curiosa. Un día, tras contestar una de esas preguntas que siempre me hacía, me dijo: "Tú deberías escribir un libro explicando estas cosas raras que le pasan al cuerpo". La colección de preguntas creció durante tres años, hasta que un día me llamaron de la editorial para preguntarme si me animaba a escribir un libro de ciencia para niños. Y pensé, "¡Ya lo tengo!". Así nació "¿Qué son los mocos? y otras preguntas raras que hago a veces", mi último libro.

"¿Qué son los mocos? Y otras preguntas raras que hago a veces" (B de Blok), es el flamante libro del bioquímico Gabriel León. Con ilustraciones de Balbonta responde a las preguntas que le fue haciendo su hija de 11 años. Entre otras, "Qué fue primero ¿el huevo o la gallina?".

-¿Cómo abrir el apetito científico de un niño, de una niña?

-Las niñas y niños son pequeños científicos, tienen muchas ganas de aprender y son extremadamente curiosos acerca del mundo. Creo que la clave está ahí: aprovechar esa enorme curiosidad -que traen reinstalada en su sistema operativo- para ayudarlos a pensar, a generar ideas, a proponer estrategias para averiguar algo. La curiosidad infantil es el mejor aliado para abrir el apetito científico de los más pequeños. Cultivarlo es fundamental para que no se pierda a medida que crecen.

-¿Qué preguntas aparentemente fáciles te resultaron difíciles?

-Muchas preguntas resultaron mucho más complejas de lo que presupuesté. Las relacionadas con el asco y disgusto fueron interesantes de resolver y aprendí muchas cosas contestándolas. También me sorprendió el hecho de que no exista una explicación clara para el origen del hipo. Lo mismo pasa con la falta de consenso con respecto a la causa y función fisiológica de los bostezos: desde la época de los griegos que nos preguntamos sobre qué los causa.

Gabriel León partió escribiendo un blog y luego publicó "la ciencia pop" (PRH).

3 preguntas

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Lorena palavecino

"Chernobyl": Cuando la mentira es la verdad

En su paso por HBO, la miniserie inspirada en la peor catástrofe nuclear de la historia demostró ser una de las mejores producciones televisivas del último tiempo.
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Cuando David Bowie comenzó a planificar su retiro de este mundo, contactó al cineasta sueco Johan Renck para que se hiciera cargo de sus dos videos de despedida: "Blackstar" y "Lazarus". Tres años más tarde, el director nos sorprendió con "Chernobyl", miniserie que aterrizó discretamente en HBO para ir ganando adhesiones mientras todos hablaban de "Games of Thrones". Ahora que llegó a su fin (consta solamente de cinco capítulos), sabemos que se trata de una de las grandes producciones de televisión realizadas en el último tiempo, no solo por la contenida majestuosidad visual con la que Renck construye el relato, sino que también por un guión firmado por Craig Mazin que se basa en hechos reales que ocurrieron en torno a la catástrofe nuclear que, según Gorbachov, detonó el fin de la Unión Soviética.

El cineasta sueco Johan Renck logró una de las mejores series del último tiempo.


en resumen

"Chernobyl" es una serie basada en la catástrofe de 1986. Se puede ver en HBO y en HBO-Go.

Por Andrés Nazarala R

El primer episodio revisa los pormenores del desastre ocurrido al interior de la central nuclear Vladimir Ilich Lenin, el 26 de abril de 1986. A modo de prólogo, somos testigos del suicidio de un científico llamado Valeri Legásov (Jared Harris) que, en 1988, decide dejar información crucial sobre lo que sucedió a través de unas grabaciones en cassette. Saltando hacia el pasado, lo vemos como uno de las pocas personas que comprenden la magnitud del desastre. Legásov se da cuenta de que la situación es gravísima y, por eso, es enviado a a Chernobyl junto a un ministro, Boris Shcherbina (Stellan Skarsgard), que irá abandonado su reticencia a medida que enfrente el horror.

Renck potencia la pesadilla retratado la inconsciencia en torno al hecho. En una escena, ciudadanos de Chernobyl contemplan las hermosas luces que deja la explosión como si fuese un espectáculo, mientras en la planta los encargados le bajan el perfil al accidente a fuerza de desinformaciones y datos falsos. Es que la idea de que un centro nuclear falle es perjudicial para la imagen de la Unión Soviética. "Chernobyl" es una serie política en la medida que retrata la lucha de defensores de la verdad contra burócratas partidistas que sostienen sus mentiras por motivos ideológicos. Legásov y Shcherbina son en el fondo héroes enfrentados a un sistema totalitario e inhumano. A ellos se sumará otra luchadora: Ulana Khomyuk (Emily Watson), personaje inventado que representa a todos los científicos que desafiaron al Partido en honor de la verdad.

Además de su denuncia sin concesiones, la serie de Renck está desbordada de una oscuridad poética (lo que cautivó a Bowie) que se ve reflejada en imágenes como la de cadáveres sellados con cemento, soldados que deben matar animales radioactivos o las nostálgicas postales de una Unión Soviética retrofuturista. Todo esto es envuelto en las intensas y conmovedoras atmósferas musicales de la compositora islandesa Hildur Guonadóttir. Son formas de transformar en arte una tragedia de la vida real que Renck, afortunadamente, no somete a golpes bajos ni a forzados mensajes de esperanza. "Chernobyl" es sombría, austera y acompasada como aquellas partículas radioactivas que tardarán en desmembrar todo.

fotograma de la serie