Rana africana en el Río Copiapó
Señor director: La llegada de esta rana africana es más que preocupante, la conocí de cerca hace unos años.
Es una rana que en la época de celo, migra y lo hace por tierra, desde su fuente de agua a otra.
La gran diferencia con la rana chilena es que come de todo, mientras la chilena solo come alimentos vivos, ( insectos, larvas ), ésta come lo que encuentra, incluso otras ranas de su especie,
Si estás pescando, puede salir en el anzuelo.
Nunca ha habido una política seria de erradicar, no creo que ahora se haga. Se seguirá desplazando y eliminado a las otras especies nativas de nuestros ríos y lagos.
Roberto Miranda
Nuevas generaciones
Las nuevas generaciones de chilenos al parecer estan olvidando que lo regalado alguien lo debe pagar, por lo general a traves de impuestos financiados por nuestro trabajo, que lamentablemente termina siendo mal usado por quienes tienen una cultura de lo desechable.
Natalia Veliz, antropóloga social
Nuestra historia
La coyuntura en torno a la no obligatoriedad de la asignatura de Historia nos hace necesario plantearnos ¿Cual es nuestra Historia?
En ese sentido se ha establecido un relato histórico muchas veces carentes de sentido en donde la disciplina ha establecido una brecha en relación a su labor esencialmente humanista. De esta forma es necesario replantearnos el "sentido de la historia" en nuestros establecimientos, evidentemente alejada del nefasto materialismo histórico que tantos males ha hecho a la disciplina, así como también evitar la simple crónica o fechas sin sentido.
Es por ende necesario volver a retomar una Historia basado en el proceso de la libertad, república y capacidades de las personas, lejos de toda discusión ideológica-partidista y procurando además el desarrollo de una historia descentralizada.
Para esto es necesario potenciar la Historia como una disciplina dinámica que encante y reencuentre a las distintas generaciones con "Nuestra Historia".
Francisco Sánchez
Inteligencia artificial
¿Qué pasaría si una máquina, por ejemplo un robot, se comportara como si fuera un ente inteligente? Esta pregunta se hacía el gran Alan Turing a comienzo de la década del 50 mientras redactaba su artículo titulado "Computing Machinery and Intelligence" ("Computador e inteligencia"), pionero en el tema en esa década.
Las aplicaciones de la IA están en acelerada expansión. Ya existen en el ámbito de la economía, finanzas, psicología, etc. Y pareciera ser que el límite de su uso lo pone solo la imaginación.
Ahora bien, ¿cómo nos impactará a nivel del bienestar de nuestra sociedad?, ¿de qué manera cambiará la forma en que nos relacionamos los seres humanos?, ¿llegará el tiempo en que las máquinas nos desplacen en todo orden de cosas?
Por el momento, solo podemos hacer el análisis básico esencial de lo que la IA nos puede aportar, entendiendo que la inteligencia como la conocemos, y de una forma muy simplista, se puede entender como aprendizaje acompañado de razonamiento. Es justamente lo primero lo que los algoritmos hacen muy bien, de ahí que si le entregamos los datos correctos, aprenden de sus características y son capaces de darnos consejos muy útiles e incluso, tomar decisiones por nosotros.
La importancia que tiene y tendrá la IA en nuestras vidas es tal que ya hay varios países, como Francia, España y EEUU que están definiendo su estrategia a mediano y largo plazo para Investigar y Desarrollar la IA, con miras a la fabricación de productos, servicios y procesos innovadores, que den paso a la creación de nuevas empresas basadas en conocimiento.
¿Y en Chile cómo estamos? Un tanto al debe. No tenemos una estrategia que desarrollo a nivel país de la IA, aunque en forma sectorizada y no necesariamente articulada, hay desarrollos que no tienen nada que envidiar a lo que se ven en otras latitudes. Pero se nos olvida que la suma de las partes es mucho mayor que el todo, o dicho de otra manera, si trabajáramos en forma colaborativa podríamos hacer grandes contribuciones a nivel de investigación y desarrollo en IA, y por supuesto, la innovación y el emprendimiento vendrían de inmediato y como parte de una cadena virtuosa que puede cambiar nuestra sociedad, mejorando su bienestar y acercando los beneficios de la IA a todos los habitantes de esta larga faja de tierra.
Juan Velásquez, investigador del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería, ISCI