Uno de los avances más relevantes que se ha podido constatar en el ámbito de la salud en los últimos años es el convencimiento -a nivel de especialistas, autoridades y personas en general- de que la prevención es más importante que la rehabilitación, lo que se ha reflejado en el diseño y la aplicación de diversos procedimientos que han resultado ser particularmente efectivos y beneficiosos para la población.
En el campo de las intervenciones fonoaudiológicas vinculadas al uso de la voz este parecer es valorado de manera especial, por cuanto el cuidado resulta esencial para la longevidad vocal. Más todavía si se tiene en cuenta que cerca del 5% de los habitantes del planeta padece a diario los efectos de la disfonía y otros trastornos asociados a ésta que se suelen manifestar como ronquera, carraspera, irritación, aspereza de garganta o cansancio al hablar, los que en casos severos pueden derivar en dolores intensos y en limitaciones momentáneas -totales o parciales- de las función comunicativa.
En nuestro país, este tipo de aflicciones representa un tercio de las patologías laborales, porcentaje que se concentra entre quienes trabajan con o hacen uso de la voz en forma permanente, a saber: profesores, vendedores de ferias libres y, en menor medida, locutores y cantantes, entre otros.
Avances
Pese a lo anterior, la mayoría de las personas no es consciente de que su voz puede sufrir daños. Hombres y mujeres -por igual- gritan, hablan o carraspean con fuerza, fuman y beben líquidos demasiado calientes o fríos y, también, enfrentan situaciones de estrés, fatiga o tensión emocional que afectan el funcionamiento de sus cuerdas vocales.
Aunque evitar este tipo de acciones es lo mejor y más recomendable para lograr que nuestra voz no se resienta, la ciencia de igual modo avanza en lo concerniente al desarrollo de terapias vocales que persiguen ese mismo fin.
"Hoy existen instrumentos sofisticados que nos entregan imágenes en vivo de las cuerdas vocales, como los laringoscopios asociados a luz estroboscópica o cámaras de alta velocidad, además de programas computacionales que analizan las voces de las personas y entregan gráficos que permiten determinar si una voz está dentro o fuera de la norma. Otros equipos permiten medir el flujo y presión de aire, la resistencia y el cociente de contacto de las cuerdas vocales. Es decir, hoy la prevención -ya sea mediante el cuidado diario o a través de intervenciones específicas- es más factible que nunca", afirma la fonoaudióloga Soledad Correa Forno, especialista en voz y profesora de la Escuela de Fonoaudiología de la Universidad de Valparaíso.
Cirugía como opción
Por defecto, la alternativa clínica a la prevención terapéutica es siempre la cirugía, que además implica una o varias fases posteriores de rehabilitación.
Aunque es un proceso por el que pocas personas quieren pasar, hay enfermedades de la voz en las que la opción cirugía es necesariamente el primer paso, como, por ejemplo, cuando se trata de una disfonía por cáncer laríngeo o papilomatosis laríngea, que compromete de manera considerable la fonación y la respiración. En esta situación la intervención de un médico especialista es obligatoria.
"No obstante, cuando el comportamiento vocal es la causa de la disfonía, la opción quirúrgica no tiene por qué ser la primera opción. Entonces, lo que corresponde es que un profesional fonoaudiólogo realice una terapia al paciente. En caso de que ésta no sea efectiva, por las características de la lesión (nódulos, pólipos, Edema de Reinke o lesiones exudativas del pliegue vocal) o como resultado de una inadecuada adherencia a la terapia por parte del afectado, lo adecuado es someter a este último a una evaluación médica para decidir si la cirugía es lo más apropiado. Cantantes y actores -por sobre todo- deberían evitar cualquier tipo de intervención quirúrgica y optar por una terapia, con el fin de mantener su voz lo más saludable posible", argumenta Soledad Correa.
Cuidados simples
Para mantener una voz sana, la docente de la Escuela de Fonoaudiología de la Universidad de Valparaíso recomienda seguir cinco sencillas indicaciones, además de consultar con un especialista en caso de padecer alguna molestia:
Beber abundante agua durante el día para mantener hidratada la garganta. Esto hará que la voz salga más fácil, con menos esfuerzo y esté menos propensa a sufrir daños.
Evitar los dulces y chicles mentolados. Provocan une "efecto anestésico" que puede enmascarar molestias, como dolor y fatiga vocal.
No fumar. El consumo de cigarrillos produce sequedad e irritación en la garganta y en las cuerdas vocales, además de dejarlas expuesta a lesiones más complejas.
Tomar té o café con moderación: ambas bebidas favorecen la deshidratación de la mucosa que cubre las cuerdas vocales. En su lugar, prefiera agua de hierbas.
Dormir bien: un buen descanso ayuda a la recuperación de los tejidos de las cuerdas vocales.