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La verdadera polarización

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Desde hace tiempo se viene hablando y constatando que se ha producido en la política mundial un desplazamiento hacia los extremos. Esto se da en un contexto de fuerte descrédito de las instituciones y un severo cuestionamiento de la función pública, lo que ha posibilitado la reaparición y la preeminencia de fuerzas centrifugas, las que se han impuesto alejándose de lo que se denomina el centro, el que era entendido hasta ahora como el amplio espacio que había posibilitado décadas de progreso y estabilidad en muchos países, pero que en la actualidad ha perdido su capacidad de conducción en muchas latitudes.

Es lo que clásicamente muchos denominan "polarización", y que en términos políticos tradicionalmente se ha concebido que se da entre la derecha y la izquierda. Sin perjuicio de que a niveles gubernativos la rotación es esencialmente entre partidos y/o movimientos de estos signos, conviene prestar atención a un fenómeno social que se ha consolidado en los últimos 10 años y que denominaré "la polarización ciudadana", la que ha llevado a que amplias capas de quienes pueden ejercer derechos como el de participar o elegir simplemente se han omitido de hacerlo, dejando de participar en lo público, en organizaciones sociales y comunitarias y de votar en los certámenes electorales. Las tasas de participación en las últimas elecciones han declinado peligrosamente frisando tasas del 40% o menores en nuestro país tanto en lo municipal como en lo presidencial o parlamentario, poniendo en riesgo la representatividad de instituciones como los gobiernos y el parlamento, y más complejo aun, su legitimidad al transformarse en expresiones del ejercicio de unos pocos, y por tanto de elites.

Estos ciudadanos, mayoría en el día de hoy, se han polarizado en un sentido político, social y ciudadano, pero no entre uno y otro extremo, sino que no siendo participes de la cosa pública y simplemente restándose de hacerse presentes, constituyéndose por tanto en sectores cada vez más lejanos y difíciles de interpretar.

Surge la necesidad de que los actores sociales y políticos, tradicionales y nuevos al igual que los gobiernos y las instituciones demuestren la capacidad de interpelar y/o representar a estos ciudadanos recuperando su rol de correas transmisoras y conductoras de las inquietudes de estos y su poder de intermediación ante el Estado.


Hoja de ruta 2019

La gran misión de nuestra generación es conquistar el desarrollo integral de nuestro país. Un Chile que brinde oportunidades de progreso a las familias y las seguridades de que vivirán una vida con dignidad. Estamos conscientes de que es un camino que supera los límites temporales de este mandato, pero todos los esfuerzos del Gobierno del Presidente Piñera están dirigidos a entregar un país y una región mucho mejor que la que recibimos.

En 2018 el Presidente Piñera recuperó la tradición republicana del diálogo y los acuerdos; se hizo cargo de las urgencias sociales y puso las prioridades de la gente en el centro de la acción política del Gobierno, logrando poner a Chile en marcha. Entre esas prioridades está la seguridad, porque es la primera prioridad de los chilenos, junto volver a crecer y crear empleo para abrir nuevas oportunidades. Aún falta mucho por hacer, pero el objetivo es compartido, el camino está trazado y estamos convencidos de que nuestras ideas permitirán que las familias de Chile tengan una vida más feliz.

Algunos dicen que vivimos una época de cambios y otros, un cambio de época. Por eso, hoy debemos mirar más allá del horizonte y tomar una decisión. Se acerca la cuarta revolución industrial, la sociedad del conocimiento y la información, que abrirá un mundo de oportunidades que debemos aprovechar.

Este 2019, el sello del gobierno del Presidente Piñera será la clase media, que es el alma de nuestro país. Queremos interpretar sus valores, sus aspiraciones y reducir sus temores. Por eso la agenda puesta en marcha está enfocada fundamentalmente en ellos, en seguridad, empleo y un Estado que los ayude en tiempos difíciles.

Por esto, la unidad a la que siempre ha convocado el Presidente Piñera será clave. Siempre es posible mejorar, por eso la gradualidad será protagonista a fin de que avancemos más seguros; y también es posible ir más rápido, si hay apertura y grandeza de todos los sectores políticos, a fin de contribuir a mejorar las propuestas, sin desnaturalizar el propósito del programa de Gobierno que eligió la gran mayoría de los chilenos.

Patricio Urquieta

Intendente de Atacama

Rodrigo Rojas

Rector Santo Tomás Copiapó