En 2008, Felipe Sánchez llegó junto a otras 38 familias a levantar el campamento La Higuera en la localidad de San Pedro. En 2014 vieron concretado el sueño de la casa propia y hoy a más de una década de haber llegado a habitar aquellos terrenos, dice sentirse satisfecho con su vivienda.
San Pedro, junto a la población Manuel Rodríguez fueron los dos sectores de Copiapó en los que las personas registraron una alta satisfacción residencial (ver recuadro). Esta aseveración es el resultado de un análisis que hizo el Observatorio de Opinión Pública de la Universidad San Tomás, y que lideró Sara Arenas, directora del organismo.
El análisis se hizo de la siguiente manera: se le preguntó a 600 personas de Copiapó, solo una vez, sobre su satisfacción con su casa. Esto en diez sectores distintos de la capital regional. San Pedro, Alameda, Cartavio, centro, Rosario, Pedro León Gallo, Palomar, Manuel Rodríguez, Pueblo San Fernando y Paipote.
Resultados
"Nos damos cuenta que el indicador más alto, de todos los indicadores que medimos, es satisfacción residencial. Entonces hoy la calidad de vida de la gente está en su espacio más íntimo, en sus propias casas", dijo Arenas.
Y más que la intimidad, la calidad de vida o satisfacción con el lugar de residencia es bastante alto, agregó la psicóloga. De hecho en el resultado del análisis se pudo observar que la satisfacción residencial de la casa, la mejor evaluada tuvo un promedio de 4,9, donde la nota máxima es seis.
Incluso por sector, esta satisfacción del lugar en el que vivo, crece. En San Pedro la nota obtenida fue de 5,3, al igual que en Paipote; seguido por la población Manuel Rodríguez.
¿Para qué?
Inevitablemente se podría preguntar para qué medir este indicador. Sara Arenas comentó que dentro de la psicología ambiental es un indicador alto, "porque tiene que ver con la deseabilidad. Estamos en una cultura donde por lo menos ese bien, es altamente deseado o aspirado". Aunque la desventaja está en que "nosotros hemos volcado todo nuestro espacio comunitario puertas adentro y me relaciono muy poco con los demás".
De hecho la directora del observatorio apuntó a que de todos los análisis que hicieron a lo largo del 2018, sobre comportamiento social, como el apego de lugar, participación cívica, sentido de la comunidad; este último, orientado a la residencia, fue donde se obtuvo el más alto resultado.
"Entendemos que la situación residencial especialmente de mi casa es muy alta, pero también se nos presentan otros desafíos. Por ejemplo con los vecinos, en el barrio, porque la idea no es quedarse en lo grato que puede ser el dato, sino en los desafíos que presenta", planteó Arenas.
Fresia Flores nació, creció y aún vive en la población Manuel Rodríguez. Ella fue la tercera generación que vivió en la casa que construyeron sus abuelos, aunque en el inmueble ya vive la quinta generación, sus nietos.
"Yo soy feliz. Resulta que soy nacida y criada en este terreno, los primeros pobladores fueron mis abuelos, mi mamá llegó a los cuatro años y nos tuvo a nosotros tres. Yo aquí tuve a mis hijos, ahora tengo a mis nietos. Entonces es una tradición", dijo la Flores, quien además es presidenta de la junta de vecinos de la población.
Su satisfacción es enorme, no solo con la vivienda, también con el barrio. Sector por el que ha trabajado a lo largo de los años como dirigenta social.
"Vimos que en barrios específicos hay mejor evaluación que en otros, hay dos: Manuel Rodríguez y San Pedro. Ahí tú te das cuenta que son espacios que mayoritariamente las casas son de autoconstrucción. La teoría también dice que cuando la gente participa en la construcción de su vivienda la satisfacción es más alta", dijo la psicóloga Sara Arenas.
De hecho, en el caso de Felipe Sánchez, en San Pedro, la comunidad participó en la elección de material entre otras cosas para las viviendas que construyó el Estado.
"Nosotros participamos en el proyecto de la vivienda, por eso estamos satisfechos", dijo Sánchez, quien agregó que además el conjunto habitacional venía con permiso de ampliación, lo que ha favorecido a los habitantes.
"La satisfacción residencial no es solamente la cosa física, también lo psicológico del espacio y el esfuerzo es una de esas cosas. Es la historia del cómo voy construyendo el espacio", dijo Arenas.
El estudio concluyó que "la satisfacción residencial tiene componentes individuales y sociales de carácter subjetivo y objetivos que entran en juego con las necesidades y satisfacción de éstas. A pesar que algunas investigaciones afirman que Copiapó no es un lugar para vivir, trabajar, estudiar o pasear, sigue siendo un lugar que genera satisfacción en quienes lo habitan y que ese valor está determinado con el sentido que le demos los ciudadanos al hecho de vivir en la ciudad".
Finalmente, con la presentación de estos resultados, el observatorio dio por cerrado el año de análisis social del observatorio.
¿Qué es la satisfacción residencial?
El centro de investigación social de Un Techo para Chile, actual ONG Techo, define la satisfacción residencial como "un concepto que permite medir los niveles de complacencia que las personas perciben del ambiente en que viven, abarcando desde la vivienda hasta su entorno".
"Vimos que en barrios específicos hay mejor evaluación que en otros, hay dos: Manuel Rodríguez y San Pedro. Ahí tú te das cuenta que son espacios que mayoritariamente las casas son de autoconstrucción"
Sara Arenas, Directora del Observatorio, de Opinión Pública de la, Universidad Santo Tomás"
"Soy nacida y criada en este terreno, los primeros pobladores fueron mis abuelos, mi mamá llegó a los cuatro años y nos tuvo a nosotros tres. Yo aquí tuve a mis hijos, ahora tengo a mis nietos"
Fresia Flores, Vive en Manuel Rodríguez"
600 personas fueron encuestadas por la Universidad Santo Tomás.
10 sectores de la capital regional concentraron la atención del análisis.