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REALIDAD. La OMS teme que surja una epidemia a escala global, pues la pobreza, las guerras y la desconfianza han desalentado la vacunación.
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió hace pocos días una advertencia de alcance global luego de que un informe elaborado por epidemiólogos de ese organismo revelara que durante 2017 se registró un alza de 30% en los casos de sarampión respecto de 2016, y que el porcentaje final correspondiente a 2018 sería -con toda seguridad- aún mayor.

Lo anterior llevó a la coordinadora del Programa Ampliado de Inmunización de la OMS, Ann Lindstrand, a manifestar públicamente su preocupación por esta realidad con una frase que caló hondo: "La pobreza, los conflictos y sobre todo la desinformación y la desconfianza desalientan la vacunación. Estamos perdiendo terreno frente al sarampión, porque la gente olvida que es una enfermedad espantosa".

En efecto, solo el año pasado 110 mil personas -en su mayoría niños- murieron a nivel planetario por causa de este mal, del que a la vez se confirmaron 173 mil casos oficiales. Sin embargo, sobre la base de una serie de otros cálculos y estudios, los expertos de la OMS están convencidos de que el número de infectados superó los seis millones y que la cifra de fallecidos fue mucho más elevada, ya que en vastas regiones de África y Asia son incontables los infectados que la padecen y mueren sin que antes se los alcance a diagnosticar.

Pero el asunto no termina ahí. En la última década, como resultado de los movimientos antivacunas, los casos de sarampión también evidencian un incremento sostenido en países de alto desarrollo como son Alemania, Reino Unido, Italia y Francia, lo que obligó a la Organización Mundial de la Salud a retirarle a Europa la certificación de territorio libre de contagio.

En América, en tanto, la situación está todavía bajo un aparente control. La excepción es Venezuela, donde hasta agosto de este año se habían confirmado más 4 mil casos y 62 fallecidos.

"En Chile, gracias a las campañas de vacunación obligatoria, estamos bien. El sarampión fue erradicado en 1992, cuando se certificó la interrupción de su transmisión endémica, y si bien persiste el riesgo de su importación, desde entonces en el país apenas ha habido unos pocos casos aislados, y por períodos cortos, todos asociados a personas que ingresaron ya infectadas o a chilenos que tomaron contacto con ellas en días posteriores, los cuales fueron oportunamente tratados, por lo que no hemos tenido una verdadera aparición de la enfermedad", explica el pediatra infectólogo Rodrigo Vergara Fisher, director de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso.

Muy contagiosa

El sarampión es una enfermedad infecciosa causada por un virus que tiene como único huésped al ser humano, el cual se trasmite principalmente por vía oral, a través de las secreciones respiratorias.

Afecta en lo esencial a los niños pequeños y, en menor grado, a los adultos de entre 20 y 30 años. Suele comenzar con una fiebre alta, seguida de rinitis, conjuntivitis, ronquera y tos intensa. A los pocos días brotan sus características manchas de color rosado en la piel -similares a las de la rubeola, pero más intensas- que aparecen detrás de las orejas primero y luego se extienden por todo el cuerpo.

Si bien se desconoce su origen, se sabe que es de antigua data, pues el famoso Galeno consignó en sus escritos de finales del siglo II cómo una gran peste mató a miles de ciudadanos romanos, cuyas características permiten suponer que se trató de este mal.

"El problema con el sarampión no es su letalidad sino su gran capacidad de propagación. Es una de las enfermedades más contagiosas que existen. Ostenta una baja tasa de mortalidad (dos muertes por cada mil casos) pero su peligrosidad radica en que puede afectar a poblaciones enteras en poco tiempo, lo que hace que igual genere un elevado número de víctimas", precisa el doctor Vergara.

Además, si no se la diagnostica ni trata a tiempo el sarampión puede derivar en complicaciones auditivas y respiratorias graves, incluso en daño cerebral o pérdida de la visión.

"En general es una enfermedad autolimitada. Suele afectar en forma leve a quienes recibieron solo una dosis de la vacuna. Pero un porcentaje de infectados se complica: un 25% de los niños menores de cinco años debe ser hospitalizado, principalmente por insuficiencia respiratoria, un 6% presenta neumonía y el 0,1% sufre de encefalitis", advierte el director de la Escuela de Medicina UV.

Adecuada cobertura

El jueves pasado, el Ministerio de Salud confirmó el tercer caso importado de sarampión en lo que va de este en Chile, lo que despertó preocupación entre la gente.

Al respecto, el doctor Vergara llama a la calma, ya que en nuestro país la cobertura de la vacuna es cercana al 95%, por lo que en caso de que algún chileno entre en contacto con un extranjero enfermo lo más probable es que no tenga problemas.

"Para evitar la propagación del sarampión hay que vacunar a la mayor cantidad de personas posible, porque así se logra un efecto de rebaño o bloqueo, lo que permite aislar este mal porque el virus no logra infectar a otros. Esto es lo que ocurre en Chile. Además, contamos con un muy buen sistema de vigilancia epidemiológica, que facilita la pesquisa de posibles contagiados, a los que se comprueba que tengan las vacunas al día. Si no se puede comprobar que las tengan, ésta se les suministra de inmediato. Por consiguiente, más allá del natural temor, la gente tiene que estar tranquila. Y quien quiera asegurarse debe acudir al consultorio más cercano para saber si fue vacunado, cuántas dosis tiene o si necesita una", concluye el médico y docente.

El Ministerio de Salud recomienda a los chilenos que visitarán países afectados por brotes de sarampión acudir con la debida antelación a los centros de Atención Primaria de Salud y privados en convenio para saber si están inmunizados o si debe vacunarse. La vacuna es gratis, pero para obtenerla deben exhibir el pasaje como prueba de su viaje.

http://www.minsal.cl


¿Qué es el sarampión y


por qué preocupa tanto


el aumento de casos?

La vacuna es la clave

En Chile, la vacuna contra el sarampión comenzó a ser suministrada en forma sistemática a partir de 1964, con una pequeña ventana entre los años 1971 y 1981, período durante el cual se aplicaron dosis incompletas. En 1992, el Ministerio de Salud decidió colocar dos dosis en vez de una sola, por lo que desde entonces los niños chilenos son inoculados en forma gratuita contra este mal al cumplir el primer año de vida y, luego, al enterar los seis años, mediante campañas cuya cobertura alcanza a casi toda la población susceptible de contagio. Gracias a estas medidas, y a un sistema de vigilancia epidemiológica que incluye un registro en línea, nuestro país entera la lista de aquellos territorios donde el sarampión se considera técnicamente erradicado.


Inmunización

La Organización Panamericana de la Salud, como entidad perteneciente a la OMS, mantiene activos programas de vacunación para ayudar a sus Estados miembros a prevenir enfermedades y a reducir de manera sostenible y equitativa su morbilidad y mortalidad, como parte de sus estrategias destinadas a mejorar la calidad de vida de los pueblos.

https://www.paho.org

en la web

Dr. Rodrigo Vergara Fisher, pediatra infectólogo, director de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso.