Hoy por hoy en la realidad construida por las organizaciones chilenas y particularmente lo que respecta a mi experiencia trabajando con ex trabajadores despedidos y su reinserción al mercado laboral, llama profundamente la atención la forma en que acontecen estos despidos. Es una realidad que las personas en sus trabajos construyen una vida que va más allá del pago de su remuneración, se forman relaciones de amistad, una adhesión a una cultura empresarial determinada, son parte de una realidad específica sujeta a lo que significa ser una persona, con sus emociones, preocupaciones, vidas familiares, crecimiento personal, etc. Ya es sabido que la idea popular que las cosas del trabajo quedan en el trabajo y las cosas del hogar queda en ella, no es así, las personas son un todo integrado, donde las vivencias repercuten en un lado y el otro, son sujetos históricos que escriben su historia con la historia de las empresas.
Por ello, llama en especial la atención de algunas jefaturas y gerentes, que ante la desidia de la desvinculación de uno de sus trabajadores lo hacen desde el ejercicio del poder descarnado y sin control de daños con ese trabajador, lo que en la actualidad dentro del dominio organizacional y técnicamente disfrazado lo llaman "carencia de habilidades blandas" sin embargo nuestros abuelos y padres los conocen como "respeto básico" como el actuar del funcionario intachable de los años 50 y 60.
Todo indica que el modelo neoliberal, al incrementar el individualismo y la búsqueda desmedida del éxito, sobre todo por parte de aquellos que ya poseen un cargo de reconocimiento en la jerarquía de la empresa y el riesgo que significa de perder ese éxito impulsa estas relaciones frías con falta responsabilidad sobre los daños sobre los otros.
Si bien, también es posible entender que las empresas funcionan de manera impersonal, tanto así que las funciones son impersonales dado que emergen como necesidad productiva y orientada a objetivos (en el mejor de los casos) esto no quiere decir que se deben establecer relaciones entre jefaturas y su equipo pensando en las personas como un recurso, como un recurso funcional y desechable, si no en la necesaria condición que esas relaciones son entre personas que trabajan juntas en posiciones laborales diferentes haciendo historia, pues entonces, también se minimiza el daño al momento de desvincular al otro; es distinto cuando una persona se ubica como tal (como persona) ante el otro al momento de comunicarle que se ha decidido prescindir de su labor. Es frecuente que los ex-trabajadores que presentan daños, son aquellas que poseen una alta vivencia de compromiso con la empresa, personas que trabajaron 13 años en una minera por ejemplo, recuerdo el caso de un trabajador que había sido premiado por su desempeño hace unos meses y luego fue desvinculado, con una trayectoria reconocida, lo que genera repercusiones significativas tanto en la vida personal del trabajador como en la historia de la empresa y sus relaciones entre los equipos de trabajo.
Maximiliano González sicólogo