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Claudia Campaña, Historiadora del arte

Interpretando la luz de Michael Jackson

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-En tu biografía, ¿cómo se coló Michael Jackson?

-Soy historiadora del arte y, como tal, siempre me sorprendió su maestría visual; Jackson es un perfecto binomio entre lo audible y lo visible. Cinco años atrás, en una de mis clases en la UC, analicé una performance de Michael Jackson, los alumnos quedaron entusiasmados pero cuando busqué bibliografía para que ahondaran en el tema no encontré más que breves notas, la mayoría en inglés; decidí entonces escribir al respecto. Así comencé a investigar.


En resumen

-¿Cómo dirías que pintaba su cuerpo?

-"Jackson estudió mucho sobre arte y comprendía muy bien los códigos visuales. Por ejemplo, él determinó que su figura capturara y emanara luz sobre un escenario. El guante y sus calcetines con pedrería, la franja blanca de sus pantalones, la camiseta alba y cada detalle, los pensó para generar y crear lo que definía como 'la magia de la luz'. Nada es casual en sus actuaciones, ni en su selección de vestuario. En su entrega en vivo de Billie Jean, él era, literalmente, 'luz' en desplazamiento".

¿Cuánto influyó y sobre quiénes la estética de Michael?

-No hay otro cantante popular que haya generado tal cantidad de obras de arte. Es interesante que igual o más número de trabajos visuales a partir de su imagen se han realizado después y antes de su deceso. Desde los 80' hasta ahora, muy diversos artistas han trabajado a partir de su icónica figura, el primero fue Andy Warhol y le siguieron Jeff Koons, Rufino Tamayo, Yasumasa Morimura, Marc Quinn, Paul McCarthy, David LaChapelle y Yan Pei-Ming, entre muchos otros.

claudia campaña dictará una conferencia en el festival puerto de ideas (puertodeideas.cl)

3 preguntas

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Claudia Campaña Hancke es Doctora en Teoría e Historia del Arte Contemporáneo y profesora de la Facultad de Artes de la PUC. Recientemente publicó Michael Jackson: artes visuales y símbolo (2018, Metales Pesados). Antes, escribió Adolfo Couve: una lección de pintura, El arte de la cita. Velázquez en la obra de Bru y Cienfuegos y El manuscrito de Winchester (2014).

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"Trastornos del sueño": filmando un agobio sin fin

Sofía Gómez y Camilo Becerra ("Perro muerto") construyen una ficción con métodos documentales. A través de las desventuras de un guardia, aborda el hacinamiento social. Cine local, crudo y necesario.
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Camilo Becerra debutó en "El último sacramento" (2004), película colectiva en la que compartió la dirección con Carmen García, Rosita Angelini y Eugenio González. Pero su verdadero despegue fue con "Perro muerto", largometraje que ganó el Festival de Cine de Valdivia en el año 2010. Ambientado en un Santiago en estado de reconstrucción, su foco fue una clase media descolocada que debe definir su lugar en el mundo.

Sofía Paloma Gómez ofició de guionista y actriz en esa lúcida ópera prima. Dos años más tarde, y con la producción de Becerra, ella retrataría la vida de adolescentes al interior de un centro de salud mental en el aclamado documental "Quiero morirme dentro de un tiburón" (2012). Becerra y Gómez formaban así una coalición que, de espaldas a las fórmulas de moda, y con ciertas conexiones con el cine de José Luis Sepúlveda y Carolina Adriazola ("Mitómana", "Il Siciliano"), se acercaba a la marginalidad lejos de idealizaciones de cartón piedra.

"Trastornos del sueño" es la primera película que co-dirigen. El centro es, una vez más, la clase media carente de grandes oportunidades, concentrada en Joel, un guardia nocturno que es despedido de su trabajo. Enfrentado a la precariedad, no le queda otra opción que regresar al hogar materno donde también vive una abuela que padece de Alzheimer. El espacio físico es tan agobiante como el mundo cerrado de un personaje que constantemente tiene encuentros sexuales con su prima Mari. No hay escapatoria ni sorpresas en este microsistema, y la cámara lo resalta a través de planos cerrados que privilegian los rostros al inhóspito paisaje urbano. Cuando los diálogos no son hirientes -producto del hacinamiento- se entregan a digresiones sobre el futuro, el trabajo y los sueños. En esto último hay un énfasis particular: este es un mundo de pesadillas y recuerdos rotos que no ayudan a aligerar la experiencia vital. "No tengo recuerdos buenos", dice en una escena la madre de Joel, descartando la nostalgia como sanación. El contexto en el que transcurre la historia -los días previos al Año Nuevo- tampoco genera expectativas. Ni el pasado ni el futuro funcionan para sobrellevar un presente agrio.

Como marca propia, Becerra y Gómez dirigen a no-actores, improvisando sobre situaciones delineadas. La intensidad de ciertas escenas -dotadas de un frenesí vital que algo le debe al cine de John Cassavetes- prueban el triunfo del método y, por consiguiente, de un cine de bajo presupuesto que respira incólume frente a modas y tendencias.

En Chile, ser independiente no es fácil, menos en tiempos de espaldarazos, triunfos y cálculos desesperados. "Trastornos del sueño" se abre camino a través de las canaletas subterráneas del cine.

Una imagen de la película, que muestra los dilemas del protagonista.

protagonista de la película.


en resumen

"Trastornos del sueño" es un largometraje chileno dirigido por Sofía Paloma Gómez y Camilo Becerra. Se exhibe desde el jueves en el circuito alternativo de salas que hay en todo el país.

Por Andrés Nazarala R

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