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Francisco Molina y sus metáforas de la vida actual

En resumen

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- ¿Por qué eliges quitarte la atención?

-Al escribir desde la experiencia llega un punto donde revolcarse en el yo satura. La autorreferencia tiene un tope y escribir se vuelve obsceno. El imaginario se desinfla y ese yo pierde grandilocuencia. Se siente diminuto. En ese punto tienes opciones como narrador de autoficción. Puedes insistir en el yo o aprovecharlo como un medio y así dar cuenta de una experiencia de mundo compartida, invitando a otros "yo" a escribir contigo. Así, lo particular se vuelve común y la sensación de impotencia se generaliza.

Francisco Molina (1992) debuta con el libro de cuentos "El amor de los salmones" (Los libros de la mujer rota) que reitera la voz de sus personajes, como si fueran una novela. Es la vida de una especie de álter ego de Molina va esparciéndose en potentes imágenes, en un lenguaje que le acerca tanto a la poesía como a los medios de comunicación que ocupamos a diario.

-¿Vendrán más libros como el tuyo, que abordan las relaciones homosexuales?

-Me gustaría. Hay una posición subalterna en relación a la masculinidad dominante, que se resiente cuando te asumes cola. Esas interacciones que guardamos en la nube, es lo que debemos revisar si queremos rastrear lo común. Estamos en deuda con Juan Rulfo, el primer tristecito, que en sus cartas a Clara da cuenta de una masculinidad vulnerable y bruta, muchas veces desorientada, pero siempre autocrítica. Me gustaría leer más de eso en la narrativa cola actual.

-¿Cuál es tu conexión con la poesía?

-Prefiero los modos de nombrar a las historias. "Antitierra", de Valeria Tentoni -por ejemplo, es atravesada por la cotidianidad, el tedio y la extrañeza. A ese registro quise acercarme. El poema "Adentro de la heladera siempre es de día" lo ilustra increíble: "Las cosas que están ahí no se quejan, no le piden a ningún dios/ que apague la luz. Esperan su turno./ Algunas se vencen, pero se quedan igual./ Me gustaría ser la botella de Coca-cola/ que cargo con agua de la canilla. Algo que acepta su destino/ sin escándalos".

Francisco molina ganó una Beca de creación Literaria para terminar este libro.

3 preguntas

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Cristopher Ulloa

Isabel Allende, premiada en el corazón de Manhattan

The National Book Foundation anunció el jueves un galardón a la escritora chilena por su "distinguida contribución a las letras de Estados Unidos".
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El premio es una tradición desde hace casi 70 años a lo mejor de la literatura en Estados Unidos. Allende, de 76 años, es la primera autora en lengua española que obtiene el reconocimiento y la segunda nacida fuera de Estados Unidos a quien se le concede, luego que en 1990 lo obtuviera Saul Bellow que nació en Canadá pero que -al igual que Allende- se hizo ciudadano norteamericano.

Este 14 de noviembre le entregarán una medalla en una ceremonia y cena que se realizará en Manhattan. Allí la presentará el novelista mexicano Luis Alberto Urrea. Lisa Lucas, directora ejecutiva de The National Book Foundation, explicó que su trabajo es la prueba de que la excelencia artística y la viabilidad comercial no son conceptos excluyentes y que "las historias sobre mujeres escritas con la mente puesta en las mujeres no son solo un buen negocio, sino que también representan una contribución crucial al paisaje literario".

Las primeras palabras de Isabel Allende, al teléfono, fueron para Associated Press a quienes les dijo que no cree que las mujeres piensen mucho en términos de legado, que le parece una palabra muy masculina: "Las mujeres somos más prácticas y sabemos que las tendencias no duran para siempre. La gente y las cosas se olvidan. Ahora mismo estoy muy feliz de tener tantos lectores", enfatizó una de las plumas en español más conocidas y dueña de un catálogo de más de una veintena de novelas que han sido traducidas a más de 35 idiomas, con ventas que superan los 60 millones de copias en todo el mundo.

En 2016, la escritora dijo a Harvard Business Review que sus libros se "venden como panqueques", y allí mismo también contó que sus historias le vienen "tarde o temprano", eso sí tras una rigurosa disciplina que comienza los ocho de enero de cada año. Una cadena que se remonta al ocho de enero de 1981, cuando recibió en Venezuela el llamado telefónico de su abuela avisándole que su abuelo había muerto en Santiago de Chile. Esa noche, en la cocina de su casa, comenzó una larga carta a él que devino en su exitosa primera novela "La casa de los espíritus".

Actualmente trabaja en una ficción inspirada en la travesía del Winnipeg y la misión que se impuso Pablo Neruda de sacar en ese barco a la mayor cantidad de refugiados españoles de la Guerra Civil. Allende ha dicho que esa época, los años 30 del siglo pasado, le parece historia reciente porque conoce a alguien que aún está vivo y pasó por esa experiencia. Apuntó que ya se siente capaz de dar con el color, el sentido y el sentimiento de esa época, comparando la historia a la narración que dio origen a su novela "La isla debajo del mar" que le demandó años de investigación para dar con el tono del siglo XVIII en el que transcurre.

Por cierto, el pasado 5 de septiembre falleció a los 97 años su madre Francisca Llona Barros, a quien la escritora siempre confiaba sus primeros esbozos y de quien posteó en su Facebook una hermosa foto en blanco y negro acompañada de un mensaje en el cual confesaba que había sido su mejor amiga y cómplice durante 76 años.

Allende ultima un libro sobre la travesía del winnipeg y el rol de pablo neruda en el episodio.

"La casa de los espíritus".

Por Amelia Carvallo

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