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Fortalecen sistema de atención a niños y niñas de Atacama

ENCUENTRO. Autoridades destacaron la capacitación de los funcionarios.
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Con el compromiso de otorgar una atención cada vez más actualizada y oportuna, diferentes profesionales de Atacama dieron vida a una nueva Jornada Regional de Salud de la Infancia. Fundamental espacio que permitió continuar trabajando bajo una mirada de desarrollo integral, protección y cuidado de las niñas y niños que se encuentren en algún grado de vulnerabilidad y requieran atención.

La actividad estuvo encabezada por la Seremi de Salud y Servicio de Salud de Atacama. Al respecto, la autoridad sanitaria, Lilian Sandoval, explicó que "unos de los focos primordiales del gobierno de nuestro presidente Sebastián Piñera, son los niños, donde nuestros niños estén primero en la fila, que tengan igualdad de oportunidades, que todos los niños que hayan sido vulnerados y vulnerables sean una urgencia prioritaria. Los equipos de salud se encuentran trabajando directamente para promover el desarrollo integral de todos los niños y su protección de los derechos de ellos".

Esta actividad está inserta dentro del Acuerdo Nacional por la Infancia y donde las niñas y niños son, obviamente, el foco principal.

Objetivo que está internalizado en los funcionarios de la salud, tal como detalló Jaime Feijoó, director (s) del Servicio de Salud de Atacama tras explicar que "para nosotros es vital que nuestros equipos de profesionales estén permanentemente actualizados en conocimientos técnicos que permitan el desarrollo de destrezas y contribuyan a una atención de calidad para los pequeños y sus familias. Queremos brindar una atención cada vez más empática, cercana, confiable y para eso estamos desarrollando esta jornada regional en beneficio de cada niña y niño".

Este nuevo encuentro contó con la presencia de médicos, enfermeras y nutricionistas, quienes abordaron diversos temas como el trabajo que se está realizando con niñas, niños, adolescentes y jóvenes en situación Sename.

El circuito para convertirse en familia adoptiva en la región de Atacama

OPORTUNIDAD. La adopción vela por el derecho de un niño a vivir en familia y no por otorgarle un hijo o hija a una persona o matrimonio.
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Redacción

C uando una familia ya ha decidido concienzudamente que desean adoptar un niño o niña, debe evaluar las instituciones a través de las que quiere tramitar el proceso. La adopción en Chile está regulada por la Ley 19.620 (1999). Esta ley otorga sólo al Sename y organismos acreditados la responsabilidad de realizar adopciones. El Sename realiza más del 80% de los procesos de adopción en el país, y está presente en todas las regiones. El otro 20% lo realizan tres fundaciones acreditadas para este fin: San José, Mi Casa y Chilena de la Adopción, en la Región Metropolitana

El Servicio Nacional de Menores, tiene un programa de Adopción, en cada dirección regional, que contempla el Programa de Acompañamiento a las Familias que desean Adoptar a través de la cual, abogadas, asesoran, informan, evalúan y acompañan a las familias en las distintas etapas.

Se conoce como el circuito para convertirse en familia adoptiva, y el primer paso es tomar contacto con Sename; puede hacerse presencialmente acercándose a sus direcciones regionales en todo Chile, telefónicamente, a través de la O.I.R.S o completando y enviando el formulario de la página www.sename.cl. En Atacama, la dirección regional se encuentra en el edificio MOP, 4° piso.

El segundo paso es la charla informativa. En esta instancia, se cita a todas las personas interesadas a fin de entregarles la información sobre el proceso. Luego comienza un proceso de evaluación en el que se comprueba que los postulantes posen las competencias idóneas para adoptar.

Antecedentes

Durante el 2017 en la región de Atacama y a través del Sename se concretaron 10 procesos de adopciones, todas nacionales. En lo que va de este año, van 6. A diferencia de lo que se puede pensar, los niños que permanecen en centros o residencias de protección no necesariamente están esperando ser adoptados. Los que están a la espera de una familia adoptiva bordean el 2%, y la mayoría de ellos tiene sobre 4 años de edad.

Para adoptar a un niño o niña, primero deben ser declarados "susceptibles de adopción", a través de un proceso judicial. ¿Qué debe ocurrir para esto? Generalmente se da en tres casos: cuando los padres biológicos voluntariamente lo ceden en adopción. Cuando la familia biológica se encuentra inhabilitada para asumir su cuidado. Y cuando el niño/a queda en situación de abandono.

Como referencia, en el año 2013 del total de niños y niñas a los cuales se les inició causa para declararlos susceptibles de ser adoptados, sólo el 17% obedece a casos de Cesión en Adopción. Generalmente en estos casos es la progenitora, quien expresa su voluntad de cederlo, durante la gestación o el nacimiento.

En los últimos años ha disminuido en general el total de adopciones. Esta baja tiene relación con el número de niños que los tribunales de familia determinan que pueden ser adoptados, o sea, declarados "susceptibles de adopción".

De los 131 niños que estaban susceptibles de adopción al 31 de marzo del 2018, el 74% tenía 4 años o más, lo cual no significa que han estado esperando por adopción todo ese tiempo. Una vez que un tribunal de familia determina la susceptibilidad de adopción de un niño, es decir, que puede ser adoptado, el promedio de espera del niño por una familia es de 5 meses.

Familias adoptivas

Distinto es el tiempo que deben esperar los postulantes. Una vez que son declaradas idóneas para adoptar, las personas esperan en promedio un año. Ese periodo se reduce si están dispuestas a adoptar a un niño de 4 años o más, y aumenta para quienes desean adoptar a una guagua de pocos meses, pudiendo llegar en estos casos a 2 y hasta 3 años de espera.

Afortunadamente, la primera vez que el matrimonio Pineda Valdez, adoptó no debió esperar tanto. Tenían 3 años de casados cuando

Consuelo y Carlos decidieron aventurarse en el proceso de la adopción. Para ella, no era desconocido, pues como voluntaria conoció la dinámica de las residencias de menores y hogares de acogida en Curicó. "No sigamos perdiendo el tiempo" le dijo a su marido y se contactaron con el Sename de Maule. Ambos asistieron a la primera charla informativa "eran muchos matrimonios. Vamos a tener 0 opción" pensó la pareja. Sin embargo, continuaron avanzando en el proceso, más charlas y entrevistas "y fuimos pasando etapas. Salimos bien en la parte psicológica y ahora nos tocaba empezar a armar la carpeta social" cuenta Consuelo.

Con la asesoría de un psicólogo, se elabora una carpeta con documentos que acrediten las habilidades parentales, salud mental, entre otros antecedentes de los postulantes. Lo mismo se hace con un trabajador social; en esta carpeta los papeles deben dar cuenta de "lazos familiares, una autobiografía, un informe social, me acuerdo que me pidieron. Era muy larga" recuerda ella.

Con el informe social y psicológico listos, los Pineda Valdés entregaron las carpetas a los profesionales de adopción del Sename, quienes revisan y cuando está todo en norma, les confieren la calidad de matrimonio o postulante idóneo para la adopción. Ese fue su caso y, más cerca de su anhelo, el joven matrimonio participó de convivencias grupales con otros matrimonios en su misma posición, donde "Se trabaja en grupo con otros matrimonios. Te das cuenta que nos somos los únicos. Conoces muchas experiencias, in-vitro fallidas, por ejemplo. Vas viendo la parte más humana; se generan lazos, es muy rico" reflexiona la mamá adoptiva.

Unos meses después, de ese mismo año (2009), recibieron el llamado de Sename anunciándoles que un bebe de 9 meses de edad, esperaba en una residencia de Talca. "Comenzamos a visitar a la niña, todas las semanas viajábamos a Talca a estar con ella. Ella vivía en una residencia de religiosas, muy lindo el lugar. Así estuvimos por tres semanas, generando el apego, con la que iba a ser nuestra hija, nuestra Josefa" expresa Consuelo. Luego de eso el tribunal de familia los citó a una audiencia, en la que finalmente le entregaron los cuidados personales de Josefa.

Actualmente el matrimonio, vive en Curicó. Pero antes en el 2014, cuando Josefa tenía 4 años, y ya habían decidido iniciar un nuevo proceso para darle un hermanito u hermanita a su hija, la familia debió trasladarse a Copiapó por motivos laborales. Aquí continuaron los tramites con el Sename Atacama. "Fue como empezar casi de cero. Ya teníamos adelantado algunos documentos, pero tuvimos que actualizar el tema social y familiar" recuerda Consuelo. En Copiapó, las cosas fueron distintas, en el año 2017 finalmente tuvieron la audiencia, en la que el juez de familia les entregó los cuidados de Felipe, un bebé de 7 meses. "Cuando uno adopta un segundo hijo, existe un poco de discriminación por parte de los tribunales, pues éstos privilegian familias primerizas. Además, el juez pide una terna de postulantes y vivimos muchos llamados que no prosperaron y estas fueron grandes desilusiones" relata la madre.

Con Josefa de 9 años y Alberto de casi 9 meses, el matrimonio se muda a Curicó. Desde allí, hoy por hoy, crían a sus dos hijos adoptivos. "Es increíble cómo les cambia la mirada. Cuando los recibes de pequeñitos tienen una mirada distinta y cuando pasa el tiempo, te das cuenta que hay un nuevo brillo en sus ojos", reflexionó Consuelo.

131 niños estaban susceptibles de adopción al 31 de marzo del 2018. De estos el 74% tenía 4 años o más.

10 procesos de adopción se concretaron el 2017 en la región de Atacama informó el Sename.