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Salida de ministros I

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Salida de ministro II

La segunda responsabilidad sí es de Rojas, de manera clara, pues bien sabe él que los periodistas se quedarán con las cuñas, y si él dice de forma secuencial las palabras "el", "museo", "de", "la", "memoria", "es", "un", "montaje", que es una frase sin matices, que suena a como que en verdad en Chile no existió ninguna detención con desaparición, ninguna tortura, o ninguna ejecución, cosas que ninguna de ellas él por supuesto cree, entonces no tiene derecho a alegar a que no atienden a los matices que coloca. Él dio el material para las reacciones emocionales esperables.

Lo tercero es que el control de daños fue malo. Las disculpas deben parecer reales, y decir que "mis palabras de antes no me representan", en el entendido de que fueron hace (apenas) tres años y no ha ocurrido nada que haga suponer un cambio drástico en el pensamiento de Rojas sobre esta materia en el periodo desde esas declaraciones hasta hoy, es lamentablemente poco creíble. Incluso si es verdad que ya no cree eso, tal vez algo mejor era decir que lamentaba herir los sentimientos de miles de chilenos, que como ministro no volvería a decir algo así, etc. Por lo demás, el tiempo vuela, y para cuando dijo que se arrepentía, ya media derecha había salido en medios y en redes a "apañarlo", por lo que al desdecirse deja terriblemente disconforme también a las bases de su sector.


Agosto

Agosto, el Mes de la Solidaridad, ha pasado inadvertido y mientras nos entrampamos en gustitos ideológicos o en la "chimuchina" política, aún hay personas sin acceso al agua potable, analfabeta, sin techo y vulnerada en sus derechos. En Chile. No en Haití o en África. A un par de metros o kilómetros de nuestros hogares. Se lo aseguro. Así, ojalá que esta realidad, en algún momento, nos estremezca y nos volqué definitivamente a las urgencias sociales y a la opción preferencial por los más vulnerables, pues, en palabras de Alberto Hurtado: "Mi misión no puede ser solamente consolarlos con hermosas palabras y dejarlos en su miseria, mientras yo como tranquilamente y mientras nada me falta. Su dolor debe hacerme mal: la falta de higiene de sus casas, su alimentación deficiente, la falta de educación de sus hijos, la tragedia de sus hijas: que todo lo que los disminuye me desgarre a mí también".


Ni demócratas ni cristianos

Con una clara división en torno a si legislar o no acerca del aborto, una vez más la DC muestra la profundidad de una crisis ideológica que se viene gestando desde hace muchos años.

Si los demócratas cristianos votan en contra del proyecto de aborto libre, no les ocurrirá nada, pues actualmente no son parte de una coalición ni tampoco la iniciativa es algo imprescindible para una sociedad que hace pocos meses aprobó las 3 causales.

Sin embargo, si apoyan la moción, atentando una vez más contra sus propios principios y arrimándose a proyectos que históricamente tanto católicos como evangélicos han condenado, deberían considerar quitarse el término "cristiana" de su nombre.

Entonces, ¿por qué lo hacen? No creo que vayan a perder alguna elección por este motivo, o añadir más adeptos siendo el partido de moda; en cambio, ganarían el desprecio de todos quienes hasta ahora han creído que es un partido de inspiración cristiana.

Con eso, ya podría avizorarse el fin de su existencia tal como ocurrió en Italia y en otros países. O quizás, sin ir más lejos, replicar lo que ocurrió este verano en Chile: una fuga masiva de militantes que notaron lo poco y nada que queda de un partido demócrata y de inspiración cristiana.

La salida del cargo de ministro de Cultura de Mauricio Rojas, tras la polémica desatada en torno al Museo de la Memoria la cual nadie fue capaz de chequear y anticipar como "manejo de crisis - control de daños", deja en evidencia un problema de fondo que tiene que ver con la capacidad política y eficiencia comunicacional del actual gobierno. Ciertamente, y en tan sólo cinco meses, el número de autogoles ha sido tan morboso que, para fortuna, se agradece que la oposición aún permanezca en la banca ante la ausencia de un director técnico que los ordene y saque al campo de juego para disputar el partido más importante de cara al 2021.

Rodrigo Durán Guzmán

Seamos sinceros: si el Gobierno lo que quería era dejar de pagar costos por los dichos presentes, pasados y futuros de sus ministros, aun cuando esos dichos pueden suscitar parte del sentido común, pues son demasiado feos para la corrección política, entonces el cambio de gabinete fue un soberbio tiro por la culata en donde no se hizo un "due diligence" en torno al candidato a ministro, en atención al contexto en que asume, la cartera que asume, etc. Hay una primera responsabilidad allí.

Joaquín Rodríguez

Estimado director:

Javier Labrín Jofré

Señor director:

María Francisca Matamala, cientista político