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La Plaza Arturo Prat, el centro del patrimonio copiapino

HISTORIA. La Plaza de Armas fue fundada hace más de 200 años y se han hecho remodelaciones que la han convertido en una de las más atractivas en el país.
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La Plaza de Armas de Copiapó , llamada Arturo Prat Chacón, tiene una historia que evidencia no solo el desarrollo de la capital regional, sino también la importancia de Atacama para el país.

El historiador Vidal Naveas Droguett, explicó que la plaza data desde el 8 de diciembre de 1744, fecha de la fundación de la Villa de San Francisco de la Selva de Copiapó, nombre con que fue bautizado el caserío que se encontraba en las orillas del río, en el Valle del Copayapu.

Según Naveas, el gobernador del Reino, don José Antonio Manso de Velasco, ordenó al capitán de milicias, don Francisco Cortés Cartabío y Roldán, buscar un sitio en las orillas del valle para fundar una villa de españoles en esta parte del territorio, y controlar para los intereses de la Corona, la producción minera y ganadera, además de encargarse de las reducciones de indios.

Carlos María Sayago, en su libro Historia de Copiapó, dice que al fundarse la ciudad, fueron trazados los terrenos y luego medidos con cordeles. Conforme se hizo el reparto, los escribanos anotaron a los poseedores de los nuevos sitios y la entrega de éstos, se hizo de acuerdo a su rango e importancia.

Tras las mediciones y repartos, se nombró los diferentes lugares, principalmente aquellos destinados a los edificios públicos, la cárcel, el cuartel de policía, el cabildo y la iglesia matriz. En el centro quedaría la plaza pública.

El espacio, en esa época, estaba destinado para reunir a los vecinos, leer los edictos del rey, ejecutar las sentencias a los condenados por las leyes, y también para la recreación y los deportes (carreras de caballos, reñideros de gallos, juegos de bolas y otras destrezas de los habitantes de ese tiempo).

Según la historia, entre los primeros hechos que ocurrieron en la plaza de Copiapó, está la llegada de las unidades chileno argentinas que atravesaron Los Andes y liberaron a Copiapó del gobierno realista. Zelada, Dávila y Larrahona entraron hasta la plaza y en ella nombraron a las nuevas autoridades. Es así como el 6 de marzo de 1834, fue designado Gobernador de Copiapó don Juan Melgarejo Villalón, quien implantó una nueva cultura cívica y adelanto urbano, lo que según el historiador fue significativo para la ciudad.

Castigos

Se practicaba en aquella época, tener en la plaza un madero, en el cual se ataba a los reos de delitos ordinarios, los infractores eran azotados con latigazos. Este castigo era conocido como el rollo. El gobernador Melgarejo, en su administración mandó suprimirlo, por cierto era solo aplicable a la plebe. Esta autoridad, delineó las calles de Copiapó y dictó nuevas ordenanzas de edificación.

Toma

En la plaza, ocurrieron hechos históricos poco conocidos, como la Toma de Copiapó que protagonizó un grupo de 40 presidiarios que, escapando de la prisión de Juan Fernández, llegaron hasta la ciudad en diciembre de 1831. "Venían fuertemente armados, exigieron comida y animales para atravesar la cordillera y así escapar de la justicia chilena", contó.

Otro de los casos policiales ocurrió el 25 de mayo de 1842, cuando fue fusilado en la plaza de Copiapó Rafael Aracena, apodado El Chango, quien había sido condenado a morir decapitado. El reo fue traído caminando con grilletes desde Paposo, lugar donde se había escondido después de dar muerte a un ciudadano francés, en Chañaral de las Ánimas. "El ajusticiamiento en principio era decapitarlo, pero por falta de verdugo fue arrastrado por bestias y luego fusilado".

Naveas expresó que "le cortaron las manos y su cuerpo fue exhibido durante cuatro horas, para el escarmiento público".

En 1851 se hizo cargo de la Provincia de Atacama, el coronel don Victorino Garrido, por causa del repliegue que hicieron algunos participantes de la revolución de 1851, que tuvo su mayor efecto en La Serena, cuando esta fue sitiada por parte del gobierno constituido.

Finalizado este evento, el comerciante huasquino Bernardino Barahona, se apropió de la ciudad y en la plaza montó su estado mayor.

Barahona, al enterarse de la venida de Garrido lo esperó en Los Linderos, (límite de las haciendas Bodega, Chamonate y Ramadillas), donde fue derrotado el 8 de enero de 1852.

Algunos meses antes, según los datos históricos relatados por Naveas, en la plaza de Copiapó fueron ajusticiadas 6 personas de un total de treinta condenados por la justicia. "Eran mineros participantes de un conato de revolución en el Mineral de Tres Puntas. En un confuso incidente judicial fueron indultados todos los revoltosos por la Corte Suprema de Justicia, pero, las autoridades políticas de la ciudad en esa época desatendieron esta orden. Entre los ajusticiados se encontraba un gran patriota: Remigio Blanco, quien estuvo confinado en el archipiélago de Juan Fernández en 1814, junto a Juan y Mariano Egaña, Manuel Blanco Encalada e Ignacio de la Carrera, por causa de la Independencia de Chile".

Estatua jUAN GODOY

Mientras era intendente de Atacama, don Francisco Gana López, cargo en el que estuvo hasta 1851, promovió en la Municipalidad de Copiapó, la idea de hacer un monumento a Juan Godoy, el Descubridor del Mineral de Chañarcillo, como un homenaje de gratitud.

Fue así como mandó a fundir a Inglaterra una pila alegórica, una que simbolizara al descubridor. La pila fue fundida en la ciudad de Birghmingam, Inglaterra, e inaugurada en 1853.

El Intendente de Atacama, don Antonio de la Fuente, en su Memoria de Atacama, comenta - ya está establecida la pila en el centro de la plaza - su cañería es toda de hierro, barnizada interior y exteriormente - el importe de esta pila, junto a la del hospital y otra junto a la Matriz, han costado $ 18.000.00 desembolsando la Municipalidad de Copiapó, $ 13.000.00. "El pueblo que carecía de agua potable, la tiene ahora, muy buena, y posee al mismo tiempo un adorno", dijo la autoridad.

En 1863, es suplida la estatua del minero Juan Godoy y trasladada al sector de la Iglesia de San Francisco, y allí crearon un nuevo paseo público. Mientras que la ciudad en navidad recibe un gran regalo, en la plaza de armas es entregada a la comunidad el Monumento a la Minería de Atacama, conjunto escultórico único en nuestro país. En el año 1880, siendo Intendente y Comandante General de Armas de Atacama, don Guillermo Matta, ordena plantar 84 pimientos en la plaza pública de Copiapó, en memoria de los caídos en la Batalla de Tacna. A la vez ordena bautizar con el nombre de Arturo Prat Chacón, este paseo público.

En 1910, para el Centenario de Chile, las celebraciones se hicieron en la Plaza de Armas de Copiapó, era Alcalde don Manuel R. Peralta. Fue engalanado el paseo público con luces y jardines.

El 4 de diciembre de 1918, ocurrió un gran terremoto en Atacama, el Monumento a la Minería sufrió un daño considerable al perder un porcentaje de estabilidad, el vecino Ramón Olea Palma, se convierte en su reparador, con barretas logró estabilizar la alegoría reparando lo que la naturaleza intentó destruir.

En el 1932, don Guillermo Rojas Carrasco, rector del Liceo de Hombres de Copiapó, escribe la historia de su liceo. Allí habla de las pequeñas estatuas que estaban rodeadas por una protección de madera. En 1952 don Orlando Poblete González, el nuevo alcalde de Copiapó, hace importantes reparaciones en la plaza de la ciudad, entre las novedades que se agregan al nuevo paseo, está la incorporación de una moderna pileta de azulejos y juegos de aguas danzarinas y multicolores que, en las noches iban cambiando de colores. La llamaron Espejos de Agua.

Esta fue la reparación - probablemente - más importante que se haya hecho en la plaza pública de Copiapó. Pero no todo había de ser maravillas, según los vecinos de Copiapó, en aquella reparación se perdieron bastantes monumentos que adornaban nuestra plaza.

Acotan los vecinos antiguos, que parte de la comunidad se reunió en cabildo, para defender la principal pileta, El Monumento a la Minería de Atacama se dice que - estuvieron a punto de llevárselo -.Uno de los vecinos que defendió esta pileta, fue don Rodolfo San Román, importante vecino de Copiapó y funcionario municipal que, fusil en mano hizo defensa de la alegoría. ¡Este monumento de aquí no se mueve, para llevárselo deberán pasar sobre mi cadáver…!

De la misma forma fueron retiradas las rejas de fierro forjado que rodeaban el contorno de la plaza, las que fueron llevadas a una nueva plazoleta creada por la municipalidad, conocida actualmente como Placilla Morales.

En 1978, es retirado el busto de don Arturo Prat Chacón, que estaba ubicado en el contorno suroeste de la plaza, frente al edificio de una cadena hotelera y es trasladado a la plazoleta de la Intendencia Regional.

Remodelaciones recientes

En 2006, una nueva remodelación en la plaza, ahora bajo el mandato del Alcalde don Marcos López.

El nuevo diseño elimina un paseo circular de doscientos veinte metros que giraba interiormente, solo se mantienen el patio interior con sus asientos semicirculares en forma de herraduras. Es cambiado el sistema de alumbrado de globos de vidrio por unos focos tipo media naranja. Las baldosas tipo dama reemplaza los resquebrajados cementos y es ampliado el sector central, para concentrar mayor cantidad de gente que asista a las actividades culturales y/o comerciales que ahora ocupan los bandejones centrales.

En 2010 el alcalde de Copiapó, don Maglio Cicardini Neyra, ordena una poda y tala general de los pimientos centenarios por el desprendimiento de ramas secas. De la misma forma, fueron restauradas las estatuas menores del paseo, el trabajo de restauración lo hizo el artista Higinio Gutiérrez, las estatuas ya habían sufrido un desgaste serio por el paso del tiempo y las difíciles condiciones atmosféricas, más los continuos sismos. Las bases fueron confeccionadas por la artista plástica, Mirtha Colman. La reinauguración se hizo el 26 de octubre de 2010.

Los 200 años

En 1944 se cumplieron 200 años de la fundación de la ciudad, el alcalde de la comuna, Humberto Rivera Medina, en su política de celebración del bicentenario, hace reparaciones importantes en la plaza, se modifican algunas calles interiores del paseo, se cambia de lugar el odeón de fierro y hormigón que estaba a un costado de la calle Chacabuco, frente a donde hoy está una entidad bancaria. Allí se hacían las retretas dominicales que amenizaba el Orfeón Municipal de Copiapó, al mando de su director don Gumersindo Ipinza, creador del himno Adiós al Séptimo de Línea. El nuevo odeón es construido a un costado de la calle O'Higgins, frente a donde se encuentra ahora el edificio de una cadena hotelera.

El 28 de mayo de 1879, las mujeres de Copiapó recibían en la plaza de Copiapó telas para coser camisas, pantalones y toda la indumentaria que necesitaba el batallón de milicianos que iría a la guerra. Las máquinas de coser competían en ruido con la de los talabarteros y zapateros que confeccionaban los calamorros de los soldados.