Secciones

50 de los 62 muertos en protestas en Gaza eran parte de Hamás

CONFLICTO. Benjamin Netanyahu calificó las manifestaciones de "actos de guerra".
E-mail Compartir

Un dirigente de Hamás aseguró ayer que 50 de los 62 palestinos baleados en las protestas de la frontera de Gaza esta semana por fuego israelí eran miembros del movimiento islamista, resaltando que las otras 12 personas asesinadas eran "gente normal".

"En la última ronda de confrontaciones, mataron a 62. De esos, 50 eran de Hamás y otros 12 no eran de Hamás y eran gente normal", dijo el destacado líder islamista Salah al Bardaweel, miembro del politburó de Hamás en una entrevista con el canal de televisión palestino "Baladna".

Consultado por la agencia de noticias EFE, el dirigente de Hamás matizó esa afirmación y señaló que 50 de los fallecidos "eran civiles, no milicianos. Los mataron cuando estaban participando en una protesta civil, pacífica y popular" y que "Hamás los adoptó como sus miembros".

Esto implica que el grupo islamista se hace cargo del coste de sus funerales y los tres días de luto y ofrece una compensación económica a sus familias.

Ante estas palabras, el teniente coronel Jonathan Conricus, vocero del Ejército israelí para medios internacionales, aseguró que "un alto oficial de Hamás aclara la verdad sobre quién murió en los últimos disturbios orquestados por Hamás", agregando que "50 de los 62 mártires eran de Hamás. Crean su palabra. Esto no fue una protesta pacífica".

"acto de guerra"

Ayer, el Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aseguró que los disturbios en la Franja de Gaza durante los últimos días fueron "un acto de guerra de Hamás" y no "protestas civiles". "No vamos a permitir que Hamás ni ningún otro grupo terrorista penetre en nuestras fronteras y nos amenace", dijo Netanyahu, quien colgándose de las declaraciones de Al Bardaweel agregó que "un gran número de los muertos son de sus filas. Nosotros también conocíamos esta información".

Incertidumbre ante eventual suspensión de cita Kim-Trump

DIPLOMACIA. Mientras el Mandatario estadounidense admitió que no hay certezas respecto a la cumbre, China y la ONU llamaron a que se concrete el histórico encuentro.
E-mail Compartir

Matías Jullian Velásquez /EFE

Incertidumbre mundial ha causado el anuncio de Corea del Norte sobre la posibilidad de suspender la esperada reunión entre Kim Jong-un y Donald Trump, prevista para el próximo 12 de junio en Singapur. Si bien todavía no hay un pronunciamiento oficial de Pyongyang, el propio Presidente estadounidense, al ser consultado al respecto, señaló que "veremos lo que ocurre".

Norcorea ya suspendió una reunión de alto nivel con Corea del Sur y amenazó con cancelar la cumbre con Trump debido a los ejercicios militares programados por Washington y Seúl, según informó la agencia surcoreana Yonhap, que cita a la agencia oficial norcoreana KCNA.

Pyongyang también se irritó con unas declaraciones del nuevo asesor de seguridad nacional de Trump, John Bolton, quien el mes pasado dijo que la negociación con Norcorea podría basarse en "el modelo de Libia en 2003 y 2004".

En 2003, Trípoli y Washington firmaron un acuerdo por el cual el régimen libio -finalmente derrocado tras el alzamiento de la oposición y los bombarderos aliados de 2011- elim inó su programa de armas de destrucción masiva y entregó su arsenal a cambio de incentivos económicos.

"Si EE.UU. está tratando de arrinconarnos para forzar nuestro abandono nuclear de manera unilateral, ya no estaremos interesados en el diálogo y tan solo podemos reconsiderar nuestra predisposición de cara a la cumbre", indicó el vicecanciller norcoreano, Kim Kye-gwan, en una nota publicada ayer por la agencia estatal KCNA.

"Veremos lo que ocurre"

Trump, al ser consultado por el anuncio norcoreano, señaló que aún "no hay ninguna decisión. No nos han notificado en absoluto, tendremos que ver. No hemos visto nada, no hemos oído nada. Veremos lo que ocurre". Luego, a pesar de las amenazas, el Mandatario aseguró que insistirá en la desnuclearización del régimen.

China y la onu

La incertidumbre también llegó a China y la ONU. Beijing, a través de su vocero de Gobierno, Lu Kang, pidió a EE.UU. y Corea del Norte que sean flexibles y no desperdicien la "duramente conseguida distensión en la península de Corea". El Presidente chino, Xi Jinping, por su parte, reiteró su apoyo a la desnuclearización de la península y al diálogo entre Pyongyang y Washington.

El secretario general de la ONU, António Guterres, manifestó su esperanza de que "prevalezca el sentido común" y se celebre la histórica cumbre prevista para el 12 de junio en Singapur.