Secciones

Gobierno chino dice que no es posible negociar con EE.UU.

GUERRA COMERCIAL. Según el Gobierno de Beijing, las fricciones por la escalada arancelaria "son culpa" de la administración Trump. Situación se entrampa. CONFLICTO. La firma asegura que resolvió hasta ahora el 85% de afectados.
E-mail Compartir

El Gobierno de China aseguró ayer que no es posible mantener negociaciones con Estados Unidos para evitar una guerra comercial entre las dos economías, debido a las amenazas de Washington en forma de aranceles.

"Bajo las actuales circunstancias es imposible emprender negociaciones comerciales y las fricciones son culpa de Estados Unidos", destacó, en conferencia de prensa, el vocero del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Geng Shuang.

"Estados Unidos, por un lado, utiliza las sanciones como amenaza y por otro dice querer iniciar negociaciones, pero no sabemos cuál es el verdadero motivo tras esto", subrayó Geng, quien insistió en que China responderá a las medidas proteccionistas de EE.UU. con las contramedidas que sean necesarias.

"Si EE.UU. anuncia finalmente nuevos aranceles por valor de US$ 100 mil millones (como el Presidente Donald Trump insinuó la semana pasada) inmediatamente adoptaremos contramedidas sin dudarlo", aclaró Geng.

El vocero también advirtió que "el pueblo chino siempre cumple sus promesas". "Nadie debe infravalorar nuestra decisión a la hora de salvaguardar nuestros derechos e intereses legítimos", añadió.

Geng agregó que los primeros afectados por la posible guerra comercial han sido los valores de las bolsas estadounidenses, uno de los motivos que adujo para pedir a Washington que "no malinterprete la situación y detenga sus medidas lo antes posible".

La controversia

Beijing y Washington parecen abocadas a una guerra comercial luego de que la Casa Blanca de Trump anunciara aranceles contra la importación de productos chinos por valor de US$ 50 mil millones, como medida para compensar el déficit comercial crónico de EE.UU. con China.

Beijing, que dispuso aranceles por US$ 3 mil millones a las exportaciones estadounidenses, informó la semana pasada de la puesta en marcha de tarifas hasta por los mismos US$ 50 mil millones si EE.UU. materializa las suyas, lo que fue respondido por Trump con la amenaza de aumentar los aranceles hasta llegar a los US$ 150 mil millones.

"Por un lado, Estados Unidos blande la vara de las sanciones y, por el otro, repite constantemente que quiere negociar. No sé para quién interpreta esta comedia", agregó Geng.

Durante el fin de semana, la Casa Blanca pareció adoptar un tono más conciliador. "China retirará sus barreras de aduanas porque es lo que hace falta hacer (...) y se llegará a un acuerdo sobre la propiedad intelectual", escribió Trump el domingo en un tuit, prometiendo "un gran futuro para los dos países".

"Estamos en contacto permanente con ellos", dijo el principal consejero económico de Trump, Larry Kudlow, en Fox News.


LATAM cancela 620 vuelos y ofrece devolver dinero por huelga de tripulantes

LATAM anunció ayer la cancelación de 620 vuelos y la devolución del dinero de los pasajes ante la huelga legal que iniciarían hoy los tripulantes de cabina de Lan Express, su filial para vuelos internos en Chile. Poco antes del inicio de la última instancia entre las partes para evitar la huelga, la compañía lamentó los inconvenientes generados a los clientes y dio a conocer su plan de contingencia.

Claudia Sender, vicepresidenta de Clientes de LATAM, afirmó que el 85% de los casos de pasajeros afectados ya ha sido resuelto. "Nosotros nos anticipamos a los potenciales impactos que esta huelga pueda tener en la vida de nuestros clientes", aseguró.

El Sindicato de Tripulantes de Cabina de Lan Express confirmó más temprano que a las 00.00 horas de hoy comenzará una huelga indefinida, que afectará los vuelos nacionales y regionales de la empresa.

"La huelga se extenderá hasta que la empresa entregue una oferta acorde a lo solicitado", dijo la presidenta del sindicato, Silka Seitz. La dirigente aseguró que el gremio cuenta con el "apoyo absoluto de todos los asociados para hacer efectiva la huelga unidos, sin miedo y por todo el tiempo que sea necesario".

"Le pedimos a los pasajeros que aún no han tenido una solución ingresar a la página web y ahí van a tener varias alternativas de protección de su itinerario, sea a través de una reprogramación de su vuelo hasta 30 días después sin multa hasta la devolución total de los valores de su viaje", aseguró la empresa.


¿Una guerra comercial o un


amague de fuerzas?

Ha comenzado una evidente confrontación comercial entre los gobiernos de EE.UU. y China, con mensajes y anuncios de ambas partes que asemejan ser los primeros disparos de una batalla que bien puede seguir escalando. Esto, en un escenario donde, hasta ahora, si bien los productos efectivamente gravados por medidas arancelarias de ambos países suman más de un centenar, con un valor que alcanza los US$ 6 mil millones en total, no representa más del 1% del comercio total entre ambos estados. Dicho eso, bien cabe preguntarnos: ¿Estamos frente a una verdadera guerra comercial o es un amague de fuerzas entre ambas naciones?

El intercambio comercial, que alcanzó el año 2017 los US$ 630 mil millones y que bien podría ser un orgullo para ambas naciones, se ha convertido en un dolor de cabeza para la administración de Donald Trump, quien cuestiona un déficit comercial multimillonario que mantiene hace años.

Poner el acento en esta realidad, sumado a múltiples quejas por "dumping comercial", el robo de propiedad intelectual y las exigencias que desde Beijing se imponen a la inversión extranjera -en este caso, estadounidense- son las principales motivaciones que han empujado al Presidente Trump a realizar distintos anuncios, proponiendo establecer aranceles a miles de productos chinos por un valor superior a US$ 150 mil millones.

China ha anunciado que impondrá medidas semejantes y por el mismo valor. De hecho, en una jugada que parece sacada de un tablero de ajedrez, ha incluido dentro de la lista de los productos susceptibles de ser gravados la soja, los aviones y los automóviles. Se trata de bienes que son producidos mayoritariamente en estados que fueron decisivos para el triunfo del entonces candidato republicano (Trump), y que de sufrir las consecuencias del aumento de los aranceles podrían verse fuertemente perjudicados.

Es cierto que EE.UU. tiene, en buena medida, razón en reclamar un trato justo para sus inversiones en China y para exigir el respeto a la propiedad intelectual de sus innovaciones. También son plausibles sus argumentos críticos sobre los estándares laborales y por su laxa política monetaria que favorece a las exportaciones chinas en el mundo. Sin embargo, la aplicación de aranceles no resuelve por si sola ninguna de estas quejas ni reduce el déficit comercial. Ejemplo de esto es la aplicación de gravámenes a las importaciones de acero desde China, que representan sólo el 2% del total importado de ese producto, aunque efectivamente su solo anuncio ha sido capaz de encender las alarmas en Beijing y ha empujado para que se abran canales de diálogo y negociación entre las partes en vista de resolver las principales tensiones del comercio bilateral. Esto da luces que el objetivo de Donald Trump ha sido siempre llevar a China a la mesa de negociación.

Todavía hay tiempo para que esta disputa no escale a una guerra comercial que traería consecuencias insospechadas para la economía mundial. Una guerra comercial puede ser evitada si ambos países logran sentarse y acordar nuevas reglas para el comercio mutuo. En tal caso, la estrategia de presión de Donald Trump habría conseguido su objetivo.

Rodolfo Vilches

"Hay tiempo para que esta disputa no escale a una guerra comercial que traería consecuencias insospechadas para la economía mundial. Puede ser evitada si ambos países logran sentarse y acordar nuevas reglas"."

* Socio fundador de Velasco, Rioseco & Asociado, experto en comercio y ex negociador de la Direcon.