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Al son de la Banda del Ejército se rindió homenaje a Francisco "Pancho" Guerra

RECUERDO. Más de un centenar de personas se reunieron a las afueras de la sala de operaciones de Radio Festiva, para ser parte de la despedida pública del reconocido locutor radial.
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Nicolle Vivanco

Tras la repentina partida del querido locutor radial Francisco "Pancho" Guerra, cientos de personas han asistido a su velorio en las instalaciones de "Cadena 33", espacio donde se ubica la estación de Radio Festiva, en la que el comunicador trabajó por 24 años.

El copiapino es recordado como una persona franca, directa y creativa, con un gran gusto por las marchas de guerra, sonidos que ayer pasadas las 12 horas, se escucharon en el centro de Copiapó, dentro de una ceremonia organizada para recordar su legado.

De esta forma, la calle Colipí se repletó de personas de todas las edades, quienes a cada minuto comentaron lo importante e influyente que era "Panchito" en sus vidas, ya que muchos de ellos se sentían acompañados por su voz, aprendían de sus comentarios políticos y disfrutaban de los desfiles imaginarios que el relataba periódicamente por la radio.

Homenaje

Entre aplausos y algunas lágrimas, Francisco fue despedido públicamente por su comuna, el evento comenzó con la presentación de un quinteto de cuerdas de profesores del Liceo de Música, quienes interpretaron tres melodías para acompañar a los asistentes. Tras esa intervención, se realizó un pequeño desfile a cargo de la Banda del Ejército de Atacama, quienes fueron acompañados por los asistentes, los cuales marcando el paso, recrearon el evento favorito del fallecido.

La melodía de guerra fue acompañada por la voz de "Pancho", momento que logró quebrar a más de un asistente. La ceremonia culminó con el discurso de su hijo Francisco Guerra, quien agradeció a las personas e instituciones asistentes y plantío la esperanza de que el locutor sigue realizando sus programas en otro lugar.

Recuerdos de "Pancho"

La calle Colipí estaba llena de recuerdos y anécdotas del comunicador que acompañó a generaciones a través de las frecuencia de diferentes radios regionales.

Carmen Videla, quien asistió al evento de despedida contó que era parte de su rutina escuchar a "Panchito", antes de dar desayuno a sus nietos "Estoy muy dolida, lo voy a echar de menos. Él siempre decía que se levantaran los niños flojos, que hay que ayudarle a la mamá", dijo. Carmen explicó que ella conoció su voz cuando vivía en Tierra Amarilla "en ese tiempo ponía canciones mexicanas".

Por su parte, Wilson Margaret comentó que conoció a Francisco jugando fútbol en las canchas y que siempre fue una persona muy querida. "Él trabajó en la Radio Juan Godoy, después se vino a la Festiva. Yo siempre lo he seguido, me gustaba cuando hacia sus desfiles imaginarios. A él le gustaba la banda, el Ejército, entonces inventaba las escuelas, los nombres".

De la misma forma, Daniel Pérez relató que conoció a "Pancho" Guerra, el año 1993 cuando llegó a vivir a Atacama, el hombre recordó como el locutor retaba a las personas para que dejaran la cama hecha antes de salir. Sobre el homenaje Pérez reclamó que se había realizado muy tarde "debió ser en vida, es uno de los mejores locutores en la región y yo creo que en Chile, él se murió en su radio, si yo lo escuché el sábado, de ahí se lo llevaron y se fue el martes, me dio una pena. Sería bonito que esto lo viera en vida, que viera la banda", enfatizó.

Asimismo, Mariela Araya también reconoció que el homenaje, se estaba realizando de forma tardía, que tendría que haber sido en vida, "Nosotros tenemos un recuerdo de él porque el día domingo hacía los desfiles, entonces mi hijo llego y me gritaba ´mamita, mamita, están haciendo un desfile en la plaza´, entonces nosotros vinimos y no había desfile, siempre hacia lo mismo. Ahora sin él no habrán desfile los domingo, murió el desfile", concluyó.

Funeral

La ceremonia de despedida de Francisco Guerra se realizará hoy a las 12 horas, en el Cementerio General de Copiapó. Instancia a la que la familia extendió la invitación, ya que esperan que el estimado locutor sea despedido de la forma que lo merece.