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El final del camino

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Justo al comienzo de un nuevo proceso con la Selección Chilena de la mano del colombiano Reinaldo Rueda, Claudio Bravo explotó bajándose de la convocatoria para los amistosos de esta semana, barriendo con la ANFP y especialmente con Arturo Salah. Todo se originó porque, según él, hace más de un mes que había comunicado que no se sumaría a esta fecha FIFA por considerar que la preparación de arqueros no estaba a la altura de una selección top ten mundial.

Aún así, su nombre fue publicado en la nómina y ahí estalló todo: Bravo dijo que la Federación lo incluyó de adrede para obligarlo a explicar públicamente por qué se bajaba y así dejarlo expuesto, denunciando también malas prácticas por parte de la ANFP y Salah.

Prácticamente todos destrozaron y dejaron solo a Claudio Bravo. Sin embargo, lo que veo en el arquero de Manchester City es un hastío que se arrastra desde hace tiempo. Lo ocurrido ahora fue sólo el detonante de una bomba que ya llevaba tiempo haciendo "tic tac".

Hace bastante ya que el capitán de la "Roja" viene manifestando su intención de dejar la Selección para pasarle su puesto a la siguiente generación. El dejar a su familia para jugar por Chile le pesa y seguramente está parado en ese incómodo vacío en el que le cuesta irse, pero también quedarse. Entonces es en esa indecisión donde aparecen las condiciones. En este caso, Julio Rodríguez.

La desmotivación de Bravo se entiende: después de tantos años, tener que ir de trabajar todos los días en un club de la elite mundial a Juan Pinto Durán, con un ex preparador de arqueros con sobrepeso o uno actual sin experiencia de alta competencia y partiendo un proceso nuevo, cuesta.

Además, sin Mundial, sin ilusión cercana, ya de retirada en su ciclo y con la relación con sus compañeros dañada luego del incidente con Arturo Vidal, peor aún. Para muchos, Bravo también queda como el arrogante que ya bajó a Rodrigo Gómez de la gerencia de selecciones (lo que le costó a la ANFP una indemnización de $ 23 millones) y que ahora quiso imponer a su propio preparador. Y en todo esto, el jamón del sándwich es Rueda, que sabe que Bravo no estará a largo plazo, pero que quizás ahora tenga que encontrarle reemplazante mucho antes de lo previsto.

Es momento de tomar decisiones. Si Bravo se queda, deberá ser incondicionalmente. Pero la ANFP también ha quedado expuesta en su mediocridad: quizás ya no meten la mano a la caja, pero sería bueno que dejaran de imponer a sus conocidos en vez de contratar a los mejores. Ojo con todo lo que Bravo ha denunciado porque, más allá de sus propias fallas, hasta ahora el tiempo le está dando la razón.

Cecilia Lagos

"Prácticamente todos destrozaron y dejaron solo a Bravo. Sin embargo, lo que veo en el arquero del City es un hastío que se arrastra desde hace tiempo. Lo de ahora fue sólo el detonante de una bomba que ya llevaba tiempo haciendo 'tic tac'"."

*Cecilia Lagos es periodista deportiva. Ha colaborado con medios como ESPN y Dailt Mirror y fue rostro de esa área en TVN.