Desarrollo urbano como prioridad
El desarrollo urbano debe ser una de las prioridades en 2018. No esperemos otro desastre, sino que adelantémonos.
Desarrollo urbano como prioridad. Esta debería una de las máximas de las nuevas autoridades, ya que tendrán que asumir problemáticas urbanas que se han acentuado durante las últimas décadas en la región, como el crecimiento inorgánico de las ciudades, el déficit de viviendas sociales y la falta de planificación y ordenamiento territorial.
Todas estas problemáticas, que se conectan entre sí, han quedado en exposición tras los aluviones de 2015 y 2017 y en la mayoría de los casos tienen su génesis en una falta de visión de futuro, lo que ha provocado que las estemos resolviendo cuando "explotan", lo que tiene un mayor costo social y económico para la región.
Pero vamos por parte. En enero Diario Atacama publicó una noticia que debiera ser motivo de preocupación. Titulada "Más de 1.500 familias de campamentos viven en zonas de riesgo", la nota hace referencia a las ocupaciones irregulares que se han instalado en el borde de las quebradas en Copiapó. Un peligro inminente para la comunidad, dada la exposición en que se encuentran esas familias y también porque se están expandiendo las tomas sobre las piscinas decantadoras, anulando su funcionalidad.
Mientras esta dinámica avanza sin aparente control y que lamentaremos en caso de otro desastre, existe un déficit de más de 8 mil viviendas sociales en Atacama. A pesar de los esfuerzos por avanzar en este tema, esta labor debe seguir profundizándose, pues la aparición de campamentos -incluidos los que se instalan en el borde de las quebradas- están relacionados con este déficit. Hacerse cargo de estas problemáticas también incluye, para que puedan existir soluciones que se sostengan en el tiempo, una planificación territorial con mirada de largo plazo, a través de planes regulares actualizados. Esto implica proyectar terrenos para nuevas viviendas (incluyendo sociales) a 30 años, visualizar los sectores hacia dónde crecerán las ciudades y contener hacia donde no deben, provisionar equipamiento y servicios y construir la infraestructura necesaria para mitigar riesgos y mejorar el bienestar de la comunidad.
Lo hemos dicho: el desarrollo urbano debe ser una de las prioridades en 2018. No esperemos otro desastre, sino que adelantémonos, trabajemos en base a mejorar la calidad de vida urbana, construyamos mejores ciudades.
Carlos Aguirre Barraza
Vicepresidente de la Cámara Chilena de la Construcción Copiapó