Atacama tiene diez casos por presunta desgracia sin resolver
POLICIAL. La PDI entregó consejos a la comunidad para tener mayor cuidado.
Desde el año 2008 hasta octubre pasado, la región de Atacama registró un total de diez denuncias de investigación por presuntas desgracias. Dichos casos involucran tanto a menores de edad como adultos mayores, de acuerdo a las cifras entregadas por la Policía de Investigaciones (PDI) de la zona, en su último informe de octubre del 2017.
El catastro, en cuanto a los menores, precisó que durante el 2008 hubo un total de tres menores extraviados, mientras que en 2015, solo se constató una denuncia. En tanto, la población senil reportó aparentes desgracias en 2008 y del 2011 al 2014, además del año 2016, dejando un saldo de una pérdida anual.
Frente a este panorama, la PDI elaboró un instructivo para evitar estas situaciones y generar mayor conciencia sobre la importancia de estar alerta ante la pérdida temporal o permanente de un ser querido, especialmente en los períodos estivales.
Según detalló, las principales causas de pérdida en los menores de cero a ocho años, se caracterizan - en su mayoría - por la concurrencia a lugares de alta afluencia pública, playas, eventos masivos; y que finalmente acaban en descuidos, extravíos en centros y multitiendas. Otra razón implica que la madre o el padre se va con el menor y no da a viso a cercanos sobre su decisión.
En ese sentido, el organismo llamó a estar atento a detalles del menor extraviado como la vestimenta, además de portar una foto de éste en el celular. Nunca perderlo de vista, enseñarles a memorizar números y nombres completos de los padres, como también a ubicar al personal de seguridad del recinto. Asimismo, la PDI precisó que es importante acudir a la Unidad Policial más cercana.
En relación a los adultos mayores, la entidad estableció que las pérdidas siempre se dan por enfermedades degenerativas. Las recomendaciones implican que, quien esté a cargo del adulto mayor, debe asegurarse de que éste tenga entre sus pertenencias algún elemento que le facilite recordar su nombre u otra información relevante; saber con quienes se relaciona y entregarles información sobre cómo ubicar al cuidador si es necesario; en caso de no convivir en el mismo hogar, estar al tanto de la salud y estado emocional.