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Colegio de Abogados de Concepción se pronuncia sobre Caso Matute

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El presidente del Colegio de Abogados de Concepción, Ignacio Sapiaín, se refirió en radio Bio-Bío a las nuevas indagaciones de la ministra en visita Carola Rojas por la desaparición de Jorge Matute Johns, ocurrida en 1999.

"Es muy lamentable que un caso se mantenga 18 años sin llegar a una solución, eso no es justicia para nadie. El caso Matute es uno de tantos, los otros no se investigan. Hasta el día de hoy hay muchas muertes, muchas personas desaparecidas de las cuales no se investiga absolutamente nada, este caso solamente ha tenido revuelo gracias a la madre de Jorge Matute Johns (María Teresa Johns)", dijo.

Durante la tarde del viernes, Rojas comunicó la apertura de una nueva arista en la investigación, el delito sexual, del que Matute habría sido víctima en la discoteque La Cucaracha, propiedad del fallecido Bruno Betanzo.

Diputada UDI critica respaldo de alcalde de Valparaíso al candidato Guillier

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La diputada UDI por Valparaíso, María José Hoffmann, criticó que el alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp (Movimiento Autonomista), durante la inauguración del Centro de Salud Familiar de Rodelillo -actividad en la que participó la Presidenta Michelle Bachelet- dijera que "es muy importante ir a votar (...) contra la derecha", respaldando de manera implícita al candidato Alejandro Guillier. Sobre el hecho de que estas palabras fueran dichas en un recinto fiscal, Hoffmann afirmó que el edil está "subiéndose al carro del intervencionismo electoral". "La vieja política hizo que el Frente Amplio se rindiera rápidamente (...) No me cabe duda de que el miedo a ser vistos como los culpables de la derrota, los llevó a rendirse ante la candidatura de la Nueva Mayoría; y llama la atención porque el FA no quiere el odio que promueve Sharp sino que quieren optimismo y esperanza", agregó la parlamentaria, sosteniendo que los "electores en su momento le cobrarán" este gesto a Sharp.

Ni campañas del terror, Ni promesas con letra chica

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Andrés Zaldívar Larraín

Las recientes elecciones trajeron consigo una serie de sorpresas, escenarios nuevos y llamados de atención, de cuyo análisis ya se han hecho cargo cientistas políticos, dirigentes de partidos, autoridades del Gobierno y la propia ciudadanía. Sin embargo, creo importante hacer algunas reflexiones, pensando en los desafíos que se avizoran para el Senado a partir de marzo de 2018 y en los días que restan para la segunda vuelta presidencial.

Si bien para muchos los resultados de los comicios no fueron los esperados, la democracia nos obliga aceptar sus reglas y ello ha de hacerse con humildad e hidalguía. En este sentido, el debut del sistema proporcional corregido pudo haber perjudicado algunas postulaciones y favorecido a otras que obtuvieron menor votación, pero permitió una renovación del Parlamento, con toda la diversidad geográfica, de género e ideológica que éste, por esencia, debe tener.

El reto para los nuevos integrantes del Congreso es, ahora, responder a las expectativas de sus electores, contribuir a enriquecer el debate y ser fieles representantes incluso de quienes votaron por otra opción. Una doble responsabilidad tienen quienes lograron un escaño a pesar de haber tenido una baja votación, pues deberán encantar con sus ideas y con sus obras, demostrando en todo momento sus capacidades para legislar en bien de sus regiones y de todo el país.

Los partidos políticos, por su parte, viven un momento de definiciones trascendentales en todo sentido. Mientras unos deciden sus apoyos de cara al balotaje, los más pequeños analizan posibles fusiones para dar continuidad a sus postulados y otros intentan resolver en forma autónoma y lo más cohesionadamente posible sus propias crisis. Todos ellos son importantes para garantizar la pluralidad de pensamientos que está en la esencia de un régimen democrático; por ello, es de esperar que tomen las mejores decisiones y que éstas sean fruto de miradas de largo plazo frente a un proyecto de país más solidario, inclusivo y en crecimiento.

Pero la atención ciudadana está focalizada en la segunda vuelta. En estos días, los dos candidatos redefinen sus estrategias, establecen criterios de negociación, rearman equipos, exaltan las fortalezas propias y las debilidades del adversario. Por una parte, parecen tratar de marcar sus diferencias, pero al mismo tiempo dan señales de flexibilidad al relativizar planteamientos que inicialmente eran categóricos, en un denodado esfuerzo por captar la adhesión del centro, de los indiferentes, de los indecisos y de sectores que en la primera vuelta o en las primarias fueron sus oponentes.

Los partidos que apoyan a cada uno, más que reafirmar sus identidades buscan puntos de coincidencia o ceden en algunas de sus banderas para fortalecer las alianzas en torno a una candidatura, en una contienda que se anticipa muy estrecha. Algunos ya han tomado su opción, mientras otros han optado por dejar a sus militantes en libertad de acción para que voten de acuerdo a su conciencia y convicciones personales.

Con todo, las propuestas de los dos candidatos siguen siendo muy distintas y representan visiones contrapuestas, tanto en el diagnóstico como en el tratamiento de los problemas prioritarios de nuestro país. Entendiendo esas diferencias, quien gane deberá gobernar para todos, trabajar por la unidad, escuchar la voz de la gente y valorar las buenas ideas vengan de donde vengan, como corresponde a un verdadero estadista.

Todo ello hace especialmente relevante la participación ciudadana en el acto electoral del próximo 17 de diciembre. El voto en esta segunda vuelta es decisivo y debe hacerse con reflexión y serenidad, sin dejarnos atemorizar por campañas del terror ni embaucar por promesas con letra chica, especialmente en los temas que más inquietan a las chilenas y chilenos.