El cerebro de las mujeres recompensa con más intensidad la generosidad
EXPERIMENTO. El de los hombres, en cambio, premia más las actividades egoístas. Los expertos advierten que esto estaría ligado al aprendizaje.
El género sí tendría incidencia en actitudes humanas como el altruismo. Las mujeres tienden a compartir más que los hombres debido a que su centro de recompensa en el cerebro se activa de forma más intensa. Así lo estableció una investigación de un equipo de neurólogos de la Universidad de Zurich, en Suiza, que publicó la revista "Nature Human Behaviour".
Para llegar a esta conclusión, los expertos a cargo de la investigación hicieron pruebas en las que bloquearon la actividad del centro de recompensas del cerebro a través de un medicamento, partiendo de la base de que los comportamientos de género son algo marcado por la sociedad y no necesariamente algo determinado biológicamente.
Pruebas
Así fue que el académico del Departamento de Economía de la casa de estudios helvética, Alexander Soutschek, junto a su equipo, realizó un test de comportamiento a 21 hombres y 19 mujeres mientras se les practicaba una resonancia magnética.
Durante la prueba, los participantes tenían que decidir si preferían quedarse con una gran suma de dinero o compartir una suma más pequeña con otra persona anónima. Una actitud que podría ser comprendida como altruista o generosa.
En esta prueba, tanto mujeres como hombres, cobraban el monto. Estudios anteriores ya habían dado como resultado que las mujeres solían optar con más frecuencia por compartir que los hombres.
Diferencias entre ambos
Durante la prueba de este experimento, los neurólogos investigaron la actividad del cuerpo estriado del cerebro, responsable de las valoraciones y compensaciones y que se activa con cada decisión.
Éste enviaba sentimientos positivos liberando hormonas como las endorfinas. En el caso de las mujeres, el cuerpo estriado se activaba de manera especial cuando optaban por compartir, señalaron los investigadores. En el caso de los hombres, en cambio, se activaba más cuando tomaban una decisión egoísta.
Cambio de resultado
Para contrastar los resultados, el equipo realizó la misma prueba con otros 65 participantes, pero sin "escanear" el cerebro. El objetivo era comprobar si el comportamiento cambiaba al inhibir la actividad del cuerpo estriado mediante un medicamento.
De esta manera, la mitad del grupo recibió Amisulpride, un medicamento que inhibe la dopamina (un neurotransmisor encargado de activar el sistema de recompensas), y la otra mitad, un placebo. Entre estos últimos, el 51% de las mujeres optó por compartir el dinero, mientras que en el primero siguieron haciéndolo un 45%.
En el caso de los hombres, el comportamiento social mejoró con el medicamento inhibidor: cuando se les administró un 44% decidió compartir, mientras que, sin el compuesto, un 40% lo hizo.
En general, los científicos observaron que todos los participantes en el experimento estaban más dispuestos a compartir si recibían la información de que la persona anónima les era conocida.
Conclusiones
De este modo, los investigadores demostraron por primera vez neurológicamente que el cerebro masculino recompensa las actividades egoístas, mientras que el femenino se activa más con las opciones más sociales.
No obstante, según los expertos, esto está estrechamente ligado a procesos de aprendizaje. "Las mujeres aprenden a esperar una recompensa por ser más favorables a lo social que por actuar de forma egoísta", señalaron.
Según Soutschek, la diferencia de género que se observó en el estudio se explicaría sobre todo "mediante los diferentes valores culturales de hombres y mujeres". Con todo, este mecanismo de recompensa puede generar adicción por repetición. Según qué comportamiento se repita, sus consecuencias pueden ser negativas, como sucede con la ludopatía o la adicción a las drogas.
La generosidad es la clave de la felicidad
Un estudio publicado en septiembre pasado por la revista "Nature Communications", aseguró que ser generoso con los demás podría ser la clave para alcanzar la felicidad y que esto, a su vez, se traduce en mayor bienestar. A través de un experimento del que fueron parte 50 personas, el equipo de la misma Universidad de Zurich comprobó que los participantes se sentían más felices cuando gastaban dinero en otras personas que cuando recibían un regalo.
hombres y 19 mujeres participaron en la primera prueba que realizaron los expertos de la U. de Zurich. 21
participantes fueron parte de una segunda prueba para contrastar los resultados de la primera. 65
de los hombres sin inhibidor de dopamina compartió el dinero, mientras que 45% de las mujeres lo hicieron. 40%