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Consumo desenfrenado

La WWF estimó que bajo la situación actual, la humanidad requiere 1,7 planetas para satisfacer sus necesidades. Y el planeta no es infinito. Chile está igual que el año pasado. Pero es muy temprano para decir que logramos revertir la tendencia negativa. Según los datos, los chilenos necesitamos 1,2 veces los recursos del país para satisfacer nuestro consumo.
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Esta semana volvió a incumplirse una de las metas medioambientales de la Tierra. Cuando todavía quedan 22 semanas para que termine 2017 ya gastamos todos los recursos renovables que debería consumir en un año. De esta manera, el planeta, otra vez, entró en "sobregiro ecológico", según la nomenclatura establecida por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), que hace este cálculo cada año. De esta forma, estima la organización internacional, la Tierra empezará a vivir "a crédito".

Como sabemos, nuestro planeta tiene recursos finitos; más bien, la mayor parte de lo que hoy usamos lo es: principalmente combustibles fósiles. Las energías renovables no convencionales ganan espacio, pero se enfrentan al mayor consumo existente por la irrupción de nuevas clases medias.

Esto implica que la Tierra tenga "sobregiros", vale decir, gaste mucho más de lo que posee, o de lo aconsejable, lo que tiene efectos sobre todo el ambiente: la desaparición de bosques, animales, en la escasez de agua, la desertificación, la erosión de los suelos, la caída de la productividad agrícola, menor presencia de peces y otros organismos que habitan los océanos. El asunto es grave, como es sabido.

Así, no es extraño que el gasto límite -por cierto una nomenclatura- se volviera a adelantar. Si en 2016 el sobregiro empezó el 8 de agosto, esta vez ocurrió el día 2 de agosto, lo que en palabras de Juan Carlos Olmo, secretario general de WWF España significa que: "Estamos viviendo a costa de los recursos naturales de las futuras generaciones".

Todo significa que bajo la situación actual, la humanidad requiere 1,7 planetas para satisfacer sus necesidades.

Afortunadamente en el caso de Chile parece haber una leve mejora, ya que la cuota de 2016 ocurrió el 31 de octubre, y este año se calculó que sucederá el 4 de noviembre. Aun así, somos una pequeña economía que poco puede hacer ante las demandas de las potencias más relevantes. Esto no es obligatorio, pero es una campanada de alerta respecto del impacto que tenemos los seres humanos sobre el planeta. De seguir así, el futuro se aprecia muy complicado.