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Compromiso con el desafío del desarrollo sustentable

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Margarita Ducci

Han pasado 10 días del Foro Político de Alto Nivel sobre el Desarrollo Sostenible 2017 en Nueva York, espacio donde Chile dio a conocer su Informe Nacional Voluntario con relación a los Objetivos de Desarrollo Sostenible ( ODS). En esta presentación, se mostró el diagnóstico inicial del país, con información cuantitativa, énfasis en la legislación vigente del ámbito político y programas públicos desarrollados.

Por su parte, el Pacto Global, que en 2015 fue mandatado por la ONU para articular el aporte del sector privado a dichos objetivos, trabaja activamente en 170 países, para promover entre las empresas un mayor compromiso con el cumplimiento de la Agenda 2030 y el aporte concreto del sector privado a los ODS.

Sin embargo, el trabajo es arduo. Al igual que a nivel nacional, en el sector privado faltan metodologías e identificación de indicadores que permitan establecer parámetros de mediciones y resultados adecuados para monitorear el avance en los ODS. Algunos de los objetivos a seguir mejorando sin dudas son; "Fin a la pobreza"; "Hambre Cero"; "Salud y bienestar"; "Igualdad de Género"; "Infraestructura"; "Vida submarina", y "Alianzas para el desarrollo sostenible y medios de implementación".

El desafío es grande, movilizar al sector privado seguirá siendo nuestro propósito y trabajaremos a conciencia para contribuir de manera concreta al logro de los ODS. Si logramos que para 2018, nuestras empresas adheridas se comprometan a implementar medidas medioambientales, promover la igualdad de género, trabajar en pro de tener instituciones sólidas entre otras iniciativas, habremos avanzado una parte del camino hacia la Agenda 2030.

Se requiere un progreso colectivo y sistémico, en un mundo con grandes niveles de desigualdad, problemas ambientales y altos niveles de pobreza. Las empresas solo progresarán si se logran las metas que plantean los ODS. En este contexto, se tiene programado realizar en todas las regiones del país talleres que constituyan un espacio de diálogo en torno a la Agenda 2030 y los ODS, con fuerte énfasis en los desafíos específicos del territorio.

Pacto Global estima que cumplir los objetivos de desarrollo sostenible permitirá al menos 12 trillones de USD en ahorros e ingresos, y propiciará aproximadamente 380 millones de trabajos nuevos para 2030.

Científicos identifican el gen "amigable" que separa a los perros de los lobos

ESTUDIO. La investigación arrojó, básicamente, que el perro es una especie de lobo hipersocial. El gen denominado WBSCR17, que también se presenta en los humanos con altas habilidades sociales, hace la gran diferencia entre el comportamiento de los caninos. Las autoras esperan repetir el experimento pero a mayor escala.
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Matías Jullian Velásquez

La amistad entre los perros y los humanos radica en los genes. Según un estudio de la Universidad de Princeton, la sociabilidad de los caninos está relacionada con el mismo gen que hace que algunas personas sean hipersociales.

La investigación arrojó que la variación estructural en tres genes, en el sexto cromosoma, está relacionada con lo dispuestos que están los perros a relacionarse con los humanos. De hecho, la mutación desde ese mismo gen, pero en las personas, está conectada a la presencia de un desorden conocido como Síndrome Williams-Beuren (WBS, por sus siglas en inglés).

La gente con WBS es, generalmente, hipersocial, lo que significa que son capaces de rápidamente formar lazos y mostrar gran interés en el resto de las personas, incluyendo a desconocidos, entre otros síntomas.

Para Bridget von Holdt, quien estudia genética canina y es la líder de la investigación, algunos de estos rasgos son muy parecidos al comportamiento de los perros domesticados, especialmente si se compara con el de sus ancestros, los lobos. Por ejemplo, a los perros les gusta estar cerca de los humanos y contemplarlos por más tiempo que los perros. Además, tienden a ser menos independientes en la resolución de problemas cuando están en la compañía de personas. Por último, mantienen su afinidad con los humanos por el resto de su vida.

Comportamiento

"Muchos perros mantienen el entusiasmo por interacción social que tenían cuando eran cachorros, mientras que los lobos abandonan este comportamiento", dijo Monique Udell, quien estudia comportamiento animal en la Universidad del Estado de Oregon y es la coautora del estudio.

Para los científicos, este desarrollo en el comportamiento es un típico ejemplo del síndrome de domesticación. El desafío, dicen, es que aún no entienden completamente cómo se desarrolla este cambio en la genética.

El 2010, von Holdt trazó todo el genoma de 225 lobos grises y el de 912 perros de 85 razas distintas. Allí, el gen que da origen al WBS, denominado WBSCR17, es uno de los pocos que era notoriamente diferente entre estas especies de caninos.

Así, hace tres años, conoció a Udell y empezaron a trabajar con la mente puesta en encontrar el eslabón perdido entre perros y lobos.

Experimentos

Luego de seleccionar a 18 perros y a 10 lobos, empezaron a realizarles pruebas de comportamiento, utilizando en primera instancia una caja con un pequeño problema que, al ser resuelto, entregaba una salchicha a modo de premio.

Mientras sólo dos de los perros lograron abrir la caja, independiente de la presencia o ausencia de humanos, ocho de los 10 lobos lograron hacerlo cuando una persona estaba presente y nueve cuando estaban solos.

Cuando los perros estaban con los humanos, utilizaban un 20% del tiempo mirando a éstos y un 10% contemplando la caja. Los lobos, en cambio, se enfocaron el 100% del tiempo en la caja, independiente de la presencia de personas. Según Udell, esto confirma la teoría de que los perros se distraen fácilmente por la estimulación social.

Luego vino la prueba de sociabilidad, la que consistía en cuatro fases. En cada una, un humano se sentó en una silla cerca de un perro o un lobo y los investigadores debían medir el tiempo que los caninos pasaban en un radio de un metro con respecto a la persona.

En la primera fase, la persona era un desconocido que se sentó de forma pasiva, sin hacer contacto visual ni hablar con el animal. En la segunda, el desconocido buscó activamente conectarse con el animal. Luego, ambas fases fueron repetidas pero con el dueño o el cuidador de cada canino en lugar de un desconocido.

Allí se determinó que, cuando los humanos familiares estaban presentes, los perros pasaron un 93% del tiempo cerca de ellos, mientras que los lobos un 36%. Sin embargo, cuando las personas eran desconocidas, las cifras bajaron a 53% en los perros y 28% en los lobos.

Estudios de adn

Tras esto, se dio paso a los estudios de ADN. Se tomaron muestras del sexto cromosoma, incluyendo la región asociada al WBS.

Ahí encontraron mutaciones en tres genes que eran mucho más comunes en los caninos hipersociales, los que en su mayoría eran perros. Estos genes, llamados GTF2I, GTF2IRD1 y WBSCR17, también han causado un incremento en el comportamiento social de ratones y se cree que tendrían el mismo efecto en los humanos.

Interesantemente, dos de los lobos que eran muy sociales y con comportamiento perruno, mientras que uno de los perros actuaba como lobo. El equipo descubrió que esos dos lobos tenían efectivamente más mutaciones en esos tres genes, mientras que el perro tenía menos.

Si bien estos resultados han sido valorados por los expertos, la pequeña muestra utilizada en el estudio lo hace poco convincente. Las autoras, si bien admitieron este problema, aseguraron que la conexión entre el ADN y el comportamiento es muy distintiva.

A pesar de la dificultad que supone encontrar humanos dispuestos a hacer experimentos de comportamiento con lobos, las autoras esperan realizar una investigación a mayor escala con el objetivo de dar más luces sobre como los lobos evolucionaron en el mejor amigo del hombre.