1.000 trasplantes, 1.000 donantes
En el primer trimestre de este año, nuestro país registró la mayor cantidad de donantes desde 1998: 50 personas y a la fecha se han realizado más de 213 trasplantes de órganos sólidos. A pesar de estas auspiciosas cifras, la realidad que enfrenta en Chile el trasplante es muy compleja. La tasa de donantes es baja: llega apenas a 5,4 personas por millón de habitantes, según cifras de la Corporación del Trasplante, muy por debajo de las que alcanza Argentina y Colombia con 14 y más aún de las casi 20 de Uruguay y de las 34 de España. Es una realidad que afecta a más de mil trescientas personas que esperan un órgano.
Si bien por ley en Chile todas las personas son donantes, es la familia del fallecido la que tiene la última palabra y en más del 50% de los casos se niega a la donación, muchas veces por desconocimiento de la disposición a ser donante de la persona que ha muerto. Esta carencia hace que los pacientes que necesitan un trasplante enfrenten largas esperas, lo que al momento de la cirugía influye en el período posoperatorio y en la recuperación. En cambio, en países como Estados Unidos o España, el 80% va a trasplantarse desde su casa, lo que hace que la hospitalización sea más corta -alrededor de 15 días- y con menores riesgos en el proceso.
Recientemente, la Red de Salud UC CHRISTUS cumplió 1.000 trasplantes de órganos sólidos realizados, importante logro que nos motivó a transformar este hito en una ocasión para fortalecer nuestro compromiso con la posibilidad de vida que abre cada trasplante y fomentar una conversación significativa sobre este tema. Es así como, a través de una campaña interna reunimos más de 1.000 nuevos donantes, entre los trabajadores de nuestra institución y la comunidad de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Como una de las instituciones líderes en trasplante, hemos trabajado comprometidamente para dar alternativas que acorten los tiempos de espera, minimicen impactos para los donantes vivos y optimicen las donaciones recibidas. Así, en los últimos años desarrollamos importantes innovaciones como el trasplante hepático con donante vivo, el trasplante hepático con Split (que permite trasplantar a dos pacientes a partir de un solo órgano) y en cerca de la mitad de los casos, se recurre a un donante vivo para el trasplante renal, usando también cirugía laparoscópica con el donante.
El ministerio de Salud proyecta que en 2017 podrían llevarse a cabo 400 trasplantes y la cifra de donantes alcanzar dos dígitos. Es una meta importante y podría reflejar el inicio de un necesario cambio cultural en materia de donación de órganos.
Felipe Heusser