Alejandro Núñez

De la euforia a un silencio total. Así fue como vivieron los vocales de mesa el partido de Chile y Alemania en la final de la Copa Confederaciones. Televisores, celulares, computadores y tablet fueron los artefactos ocupados para no perderse ningún momento del encuentro, a pesar de que aún llegaba gente a votar.

Desde primeras horas se pudo observar una lenta constitución de mesas, pero en paralelo los vocales designados llegaban con televisores y vestidos con la camiseta de la selección para acompañar a la "roja de todos".

María Angélica Figueroa llegó hasta el Liceo Tecnológico con una polera de fútbol que decía "finalista y campeón". "Me encanta el fútbol, vine a votar y de ahí me voy a preparar el asado, la parrilla. Esta polera me la regalaron mis hijos. Decidí venir con la chalina y la polera", resaltó.

En tanto Arturo Durán, uno de los vocales de la mesa 31 a la 33, fue uno de los que llegó con un camiseta de la Selección Chilena. "Cuando supe que iba a ser vocal de mesa, lo planee, tengo la camiseta desde el mundial de Brasil. Siempre cuando juega Chile me coloco la camiseta, es como una cábala. Me uno con quienes tienen televisor".

Pasaban las horas y aumentaba la ansiedad de los votantes que se apuraban para llegar a ver el partido, pero algunos debieron quedarse en el recinto dado que eran elegidos para ser vocales y constituir las mesas.

Anaiza Escobar comentó que su mamá le dijo que no fuera a votar, pero ella decidió participar en el Liceo Bicentenario Mercedes Fritis Mackenney. La mujer indicó que "yo iba a votar y después tenía que ir al supermercado a comprar el pollo para el asado, pero terminé acá".

En la mesa adaptaron una pequeña pantalla para ver el partido. Anaiza lamentó que en su casa se juntó toda la familia para ir a disfrutar de un almuerzo que ella ayudó a organizar y que finalmente quedó postergado para cumplir con el deber cívico.

José Retamal también tenía todo listo para ver el partido donde sus suegros hasta que el delegado le indicó que debía quedar como vocal. El hombre prefirió escuchar el partido porque "no veo nada" en la pequeña pantalla que adaptaron.

Avanzaba el partido y los nervios también tras el gol alemán. Fabiola Vallejos dijo que la sensación de estar observando la final es "estresante porque estamos atendiendo a la gente y mirando la tele al lado". La mujer criticó que llegaban personas adultas y les pedían que se apuraran porque estaban muy lentos.

Por su parte, José Luis Stefanini catalogó como "poco agradable" ver el partido en un centro de votación. Para el joven se mezcló el nervio de ser vocal por primera vez y el desenlace de la final. Además entre bromas dijo que "en la casa están con asadito rico y acá todavía ni almuerzo".

Derrota

Finalizado el partido las caras largas y el silencio se apoderaron de las salas. Francisco Varas se tomó la cabeza sentado sobre una mesa. El hombre con rabia indicó que "hubiese preferido verlo en la casa con mi familia por lo menos para pasar la pena".

En tanto Yerko Espinoza enojado dijo que "no es lo mismo que verlo en la casa con los amigos". El joven frustrado afirmó que "uno pasa futbolizado todo este tiempo y justo hoy día tenía que ser vocal de mesa. Yo ahora ando en otra e igual me he pegado hartos descuidos con los votos".

Para Mónica Urtubia la derrota fue "fome", pero la experiencia de ver el partido en un centro de votación fue "entretenida" en el fondo. "La idea no era verlo acá, pero llegué temprano y me calzaron", reconoció.

En una esquina aislado y pasando la rabia se encontró a Patricio Pérez. El vocal puntualizó que no es lo mismo ver el partido en su casa, ya que "acá todo tiene que ser más contenido y no puedes ser tan eufórico como en la casa".

El hombre sostuvo que seguir la votación tras la derrota "es fome", pero no quedó otra que cumplir con el deber cívico y llegar luego a la casa.

"Yo iba a votar y después tenía que ir al supermercado a comprar el pollo para el asado, pero terminé acá".

Anaiza Escobar, Vocal elegida en el local"