El Presidente de Brasil, Michel Temer, tuvo un respiro ayer cuando el principal partido socio de su Gobierno, el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), anuló una reunión en la que iba a decidir si retirarle el apoyo, ante la investigación por corrupción al Mandatario.
Temer se tambalea desde la aprobación de una investigación por presunta obstrucción a la Operación Lava Jato, después de que se revelara una grabación en la que presuntamente avalaba comprar el silencio del ex presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, preso por acusaciones de corrupción.
La mesa directiva del PSDB tenía previsto reunirse ayer en Brasilia para definir su posición, pero canceló la reunión.
La anulación de la reunión da un respiro a Temer, contra quien aumentan los pedidos de que renuncie o que se active un procedimiento de impeachment.
Temer asegura que las pruebas en las que se basa la investigación están "manipuladas", y pidió al Supremo Tribunal Federal que suspenda las pesquisas.
Para evitar que prosperen los pedidos de "impeachment" en su contra, Temer necesita contener la disminución de su mayoría en el Congreso. El sábado se registró la primera baja, la del pequeño PSB.
Por eso todas las miradas están puestas en el PSDB, que no gobierna Brasil desde Fernando Henrique Cardoso (1995-2002) y que se recupera aún de la caída estrepitosa de su presidente, Aécio Neves, que fue suspendido como senador esta semana al verse implicado también en las grabaciones de Joesley Batista, uno de los dueños de la gigante alimenticia JBS, quien grabó en una cita a Temer en la casa de Gobierno.
La izquierda brasileña, encabezada por el Partido de los Trabajadores , convocó ayer manifestaciones para exigir la salida de Temer.